El blanco móvil y las ventanas de oportunidad
CARLOTA PÉREZ ha analizado los factores que condicionan el ingreso en las nuevas tecnologías[1] .para un país en desarrollo.
CARLOTA PÉREZ ha analizado los factores que condicionan el ingreso en las nuevas tecnologías[1] .para un país en desarrollo.
De acuerdo con su análisis, los países en desarrollo parecen perseguir un blanco móvil.
Sin embargo a veces es posible abrir ventanas de oportunidad. Para que esto se produzca tienen que darse una serie de condiciones.
Sin embargo a veces es posible abrir ventanas de oportunidad. Para que esto se produzca tienen que darse una serie de condiciones.
(1)
Es fundamental mantenerse informado sobre cuáles son los patrones de
competencia prevalecientes en el mercado, para identificar los intereses de
posibles aliados y competidores y
evaluar su fortaleza.
(2) Es importante identificar hasta dónde ha
llegado el despliegue tecnológico ¿En que fase se encuentra?
(3)
Hay que optar por el ingreso autónomo o por
el ingreso dependiente.
Cuanto más débil se sea, más importante será aprender a “bailar con lobos” poderosos, distinguir entre ellos y descubrir cómo manejarlos.
No se deben confundir las situaciones en las que es posible la negociación, con aquellas en las que es inevitable el enfrentamiento.
Identificar los intereses y necesidades de posibles aliados evita los peligros de apuntar a blancos equivocados, negociando desde el conocimiento del valor de las propias ventajas competitivas[2].
Cuanto más débil se sea, más importante será aprender a “bailar con lobos” poderosos, distinguir entre ellos y descubrir cómo manejarlos.
No se deben confundir las situaciones en las que es posible la negociación, con aquellas en las que es inevitable el enfrentamiento.
Identificar los intereses y necesidades de posibles aliados evita los peligros de apuntar a blancos equivocados, negociando desde el conocimiento del valor de las propias ventajas competitivas[2].
En
los países en desarrollo, es una ilusión creer que puedan lograrse avances
significativos sin esfuerzos igualmente significativos.
Es
necesario el dominio tecnológico, lo cual significa que algunas personas habrán
de tener el saber hacer social,
técnico y económico suficiente.
Los
años en los que se practicó la sustitución de importaciones, dice PÉREZ, dieron la impresión
falsa de que podían lograrse éxitos extraordinarios solamente invirtiendo en
instalaciones, equipos y tecnologías maduras; sin demasiados esfuerzos en
aprendizaje y capacitación.
En
el nuevo paradigma (de producción en red) es más importante que nunca el
desarrollo de la capacidad para aprovechar la información y el conocimiento. La
tecnología debe ocupar un lugar central en las políticas de desarrollo y la
reforma educativa debe mejorar la calidad de los programas técnicos y debe
poner el acento en el proceso de aprender
a aprender y de aprender a cambiar.
En
los países en desarrollo, hay una distancia entre la
universidad y la industria que frustra el trasvase de las innovaciones que se
generan en los laboratorios, por lo que finalmente los tecnólogos se convierten
en simples apéndices de la comunidad científica, con sus métodos, escalas temporales,
valores y actitudes.
Para
C. PÉREZ, el modelo de estado nacional desarrollado después de la segunda Guerra
Mundial ha de ser también definido y reinventado.
El Estado ha de ser a la vez fuerte y
descentralizado. El estado nacional debe ser capaz de asumir el papel de
promotor de consensos entre los distintos protagonistas que han surgido como
consecuencia de la dispersión del poder[3]:
empresas globales, medios de comunicación, grupos de interés organizados y
organizaciones no gubernamentales.
El
mensaje final de Pérez en este ensayo, muy propio del momento en que se
escribe (cambio de milenio), es que el único programa político que ha
adoptado de forma coherente el nuevo
paradigma es el neoliberalismo; del mismo modo, que después de la Segunda Guerra
Mundial se adoptó íntegramente, incluso en las naciones más liberales, el
modelo de intervención estatal en la economía, siguiendo las ideas keynesianas.
En
los últimos años las cosas han cambiado lo suficiente para preguntarse:
¿Qué
sigue siendo válido de este análisis y qué tiene que ser repensado?
Sin duda, hay dos expresiones que siguen siendo sugerentes: aprender a aprender y aprender a cambiar. Lo difícil es llenar de contenido concreto estas expresiones. Un camino adecuado para obtener respuestas es el análisis de las estrategias que han seguido los países del sur que dado el salto del desarrollo en las dos últimas décadas.
Sin duda, hay dos expresiones que siguen siendo sugerentes: aprender a aprender y aprender a cambiar. Lo difícil es llenar de contenido concreto estas expresiones. Un camino adecuado para obtener respuestas es el análisis de las estrategias que han seguido los países del sur que dado el salto del desarrollo en las dos últimas décadas.
[1]Pérez, C., (2001): “Cambio tecnológico y oportunidades
de desarrollo…”. Cuadro 1: los cambios en los patrones de la competencia y las
estructuras de poder como condicionantes de las posibilidades de ingreso, según
la fase tecnológica.
[2] Este es un punto en el que C. Pérez apoya su
argumentación con conceptos de la teoría
de juegos, que utiliza para representar este tipo de situaciones en las que
existe competencia estratégica.
[3] Un tema en el que Carlota
Pérez se remite a los trabajos de Strange de 1996.
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