La crisis de
la filosofía significa la crisis de todas las ciencias modernas y una crisis de la humanidad europea
misma, dice Husserl. Primero latente, pero después cada vez más manifiesta la incapacidad de su vida cultural de tener sentido en su
“existencia” conjunta.
El escepticismo respecto de la posibilidad de una metafísica y el desmoronamiento
de la fe en una filosofía universal implica el desmoronamiento de la creencia en la razón absoluta a partir de la cual el mundo adquiere su sentido.
¿Cómo hemos llegado hasta aquí?
En los comienzos de la Modernidad, dice Husserl, comienza a su vez la conquista y descubrimiento de los infinitos horizontes matemáticos. Muy pronto se anticipa a partir de ahí el gran ideal de una ciencia racional omniabarcadora, sobre la idea de que la totalidad infinita de lo existente en general, es en sí una unidad total, que debe ser dominada totalmente mediante una ciencia universal.
Pronto se llega a la idea completamente nueva de la ciencia natural matemática: la de Galileo, tal como ella fue correctamente denominada desde hace mucho tiempo. Tan pronto como por ese camino se llega a una realización exitosa, la idea de la filosofía se transforma.
El conocimiento “filosófico” se idealiza y se convierte en el modo de pensar puramente geométrico. El arte de la medida se convierte en precursor de la geometría finalmente universal y su “mundo” de puras formas-límite.
Galileo se dijo: siempre donde tal método se haya configurado, habremos superado también la relatividad de las concepciones subjetivas. Pues de ese modo alcanzamos una idéntica verdad no-relativa, con respecto a la cual se pueden convencer quienes logren comprender y practicar este método.
En los comienzos de la Modernidad, dice Husserl, comienza a su vez la conquista y descubrimiento de los infinitos horizontes matemáticos. Muy pronto se anticipa a partir de ahí el gran ideal de una ciencia racional omniabarcadora, sobre la idea de que la totalidad infinita de lo existente en general, es en sí una unidad total, que debe ser dominada totalmente mediante una ciencia universal.
Pronto se llega a la idea completamente nueva de la ciencia natural matemática: la de Galileo, tal como ella fue correctamente denominada desde hace mucho tiempo. Tan pronto como por ese camino se llega a una realización exitosa, la idea de la filosofía se transforma.
El conocimiento “filosófico” se idealiza y se convierte en el modo de pensar puramente geométrico. El arte de la medida se convierte en precursor de la geometría finalmente universal y su “mundo” de puras formas-límite.
Galileo se dijo: siempre donde tal método se haya configurado, habremos superado también la relatividad de las concepciones subjetivas. Pues de ese modo alcanzamos una idéntica verdad no-relativa, con respecto a la cual se pueden convencer quienes logren comprender y practicar este método.
En virtud de la matemática pura y del arte práctico de
la medida se puede crear para todo lo corpóreo, se puede “calcular” con necesidad rigurosa, a partir
de acontecimientos dados y medidos, otros desconocidos. De este modo, la geometría
ideal ajena al mundo se vuelve “aplicada”, y así, desde cierto punto de
vista, se convierte en un método general de conocimiento
de realidades.
Y eso es lo que es en definitiva, denuncia Husserl: un método.
Un método con una metodología que es una concreta, y no la única posible, y para Husserl, no la mejor de las posibles. Con esta metodología se tiene acceso al mundo científico pero no al mundo de la vida. El mundo científico está tecnificado y domesticado y ha perdido toda enigmaticidad. Es un mundo ya interpretado y explicado por la ciencia en el que no entran más que explicaciones basadas en hechos y no cabe la comprensión del sentido. Este mundo es mudo con respecto al desarrollo del sentido.
Y eso es lo que es en definitiva, denuncia Husserl: un método.
Un método con una metodología que es una concreta, y no la única posible, y para Husserl, no la mejor de las posibles. Con esta metodología se tiene acceso al mundo científico pero no al mundo de la vida. El mundo científico está tecnificado y domesticado y ha perdido toda enigmaticidad. Es un mundo ya interpretado y explicado por la ciencia en el que no entran más que explicaciones basadas en hechos y no cabe la comprensión del sentido. Este mundo es mudo con respecto al desarrollo del sentido.
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Leer a Husserl directamente:
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