Los positivistas han visto su propia imagen en la filosofía de la naturaleza de los antiguos filósofos griegos. En el otro extremo, la reacción antipositivista ha visto en la cosmología griega un vástago del orfismo. Es decir, o bien la física de los griegos es como la física del XIX, o bien esconde realmente un relato místico.
Sin embargo, dice Jaeger, si se abandonan estos extremos, puede verse en los griegos una teología filosófica, y que ésta es su manera racional de acercarse
a la naturaleza de la realidad.
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por Werner JAEGER
Las investigaciones de Werner Jaeger sobre el pensamiento de Aristóteles lo hicieron mundialmente famoso, y sus trabajos sobre los filósofos presocráticos y sobre la evolución de las ideas aristotélicas tuvieron una influencia decisiva sobre los estudios y el conocimiento de la filosofía griega y sobre la historia antigua de Grecia en general.
Las investigaciones de Werner Jaeger sobre el pensamiento de Aristóteles lo hicieron mundialmente famoso, y sus trabajos sobre los filósofos presocráticos y sobre la evolución de las ideas aristotélicas tuvieron una influencia decisiva sobre los estudios y el conocimiento de la filosofía griega y sobre la historia antigua de Grecia en general.
Sus principales obras (algunas de ellas publicadas inicialmente en alemán, otras en inglés) son: Historia de la evolución de la metafísica de Aristóteles (1912), Aristóteles. Fundamentos de una historia de su desarrollo (1923), Diocles de Caristo (1938), Paideia. La formación del hombre griego (1933-1947), Humanismo y teología (1943), La teología de los primeros filósofos griegos (1948) y Cristianismo primitivo y paideia griega (1961).
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Un filósofo como el milesio Anaximandro, dice Jaeger, tuvo que haber experimentado sentimientos despectivos al considerar lo que contaban los mitos (de Homero y Hesiodo) acerca de los dioses y acerca del origen del mundo. Cabría esperar que todo el que tuviera semejante punto de vista se lavara las manos ante aquello que hemos venido llamando teología. Que se llame a estos nuevos hombres filósofos naturales o físicos pudiera parecer la expresión de un deslinde de intereses que eliminaría automáticamente toda preocupación por los dioses. Al confinarse en los hechos comprobables por los sentidos, los jonios parecerían, pues, haber tomado una posición francamente no teológica. Pero vayamos más despacio.
Tales dice que todas las cosas han venido del Agua. Pero su agua es una parte visible del mundo de la experiencia (a diferencia del Océano de Homero). Su manera de ver el origen de las cosas le acerca mucho a los mitos teológicos de la creación, o más bien, le lleva a competir con ellos.
Si bien su teoría parece ser puramente física, evidentemente la piensa como teniendo también un carácter metafísico (utilizando esta expresión antes de tiempo). Este hecho se revela en la única de sus sentencias que ha llegado hasta nosotros en su tenor literal: "todo está lleno de dioses".
Ahora bien, los dioses de Tales no viven aparte, en alguna región remota e inaccesible, sino que todo, esto es, todo ese mundo que nos rodea familiarmente y que nuestra razón toma con tanta tranquilidad, esta lleno de dioses y de los efectos de su poder.
Una vez que se hace esta afirmación, la física que se puede hacer no puede tener mucho que ver con la física del XIX.
Una anécdota atribuida a Heráclito.
Estando él al lado del hogar de su casa, calentándose, se dio cuenta de unos visitantes que se hallaban en el umbral de la misma y vacilaban en entrar. Entonces les gritó: "Entrad. También aquí hay dioses". Las palabras de Heráclito suponen la sentencia de Tales, de que todo está lleno de dioses, ingeniosamente aplicada aquí a la situación del momento.
Una anécdota atribuida a Heráclito.
Estando él al lado del hogar de su casa, calentándose, se dio cuenta de unos visitantes que se hallaban en el umbral de la misma y vacilaban en entrar. Entonces les gritó: "Entrad. También aquí hay dioses". Las palabras de Heráclito suponen la sentencia de Tales, de que todo está lleno de dioses, ingeniosamente aplicada aquí a la situación del momento.
El cuento es simbólico del progreso intelectual que caracteriza los comienzos de la filosofía griega. Sobre las puertas
de la filosofía del Ser, que empieza con Tales, figura la inscripción,
visible desde lejos a los ojos del espíritu:
"Entrad. También
aquí hay dioses".
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