HOBBES Y LOCKE CONTEXTUALIZADOS. LA GUERA CIVIL Y LA REVOLUCIÓN DE 1688.

El hombre en estado natural es antisocial por naturaleza y sólo se mueve por el deseo y el temor. Su primera ley natural, que es la autoconservación, le induce a imponerse sobre los demás; de donde se deriva una situación de permanente conflicto: «la guerra de todos contra todos», en la que «el hombre es un lobo para el hombre».

Así ve Hobbes la naturaleza humana en el Leviathan, un texto que edita en 1651.

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Una biografía breve de Hobbes:

Thomas Hobbes

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La fecha de la edición del Leviathan (1651) es muy significativa. Hobbes tiene dos experiencias a la vista: por un lado, la guerra civil en la islas británicas;  por otro, la también complicada situación política en Francia.

En las islas, la guerra civil estalla en 1642. Tras unos años muy conflictivos, en 1649 se celebra el juicio del que resulta la ejecución de Carlos I. Entre ese año y el siguiente, Oliverio Cromwell conquista Irlanda y se produce la masacre de Drogheda, y está en marcha también la conquista de Escocia.

En Francia, El cardenal Richelieu fallece en 1642 siendo sucedido por el Cardenal Mazarino. Meses después fallece el mismo rey, al que le sucede su hijo Luis XIV bajo la regencia de Ana de Austria.

En 1648 comienza una guerra civil francesa: la Fronda. Mazarino continua con las políticas de centralización emprendidas por su predecesor, Richelieu, aumentando así el poder real a expensas de la nobleza. 

Ese mismo año, se intenta imponer un impuesto a los miembros del Parlamento, el cual estaba constituido, principalmente, por miembros de la nobleza y altos cargos eclesiásticos. Los miembros del Parlamento no sólo rechazaron el impuesto, sino que también ordenan la quema de todos los edictos financieros de Mazarino. El cardenal ordena arrestar a algunos miembros del Parlamento. París estalló en insurrección. La reina regente huye de París con el rey y sus cortesanos. 

Ese mismo año, la firma de la Paz de Westfalia pone fin a la guerra de los Treinta Años, que permite al ejército francés asistir a Luis XIV y su corte real. Ya en enero de 1649 comienza el asedio de la rebelde París. 

La calma dura poco. Se organiza una segunda Fronda. Nobles de todo rango participan en la rebelión contra el poder real. Incluso el clero tiene  representación en la rebelión en la persona de Jean-François Paul de Gondi. Como resultado a estos días tumultuosos, en los que se dice que la reina madre tuvo que vender sus joyas para alimentar a sus hijos, Luis XIV desarrolló una gran desconfianza hacia la nobleza.

Lo que hay tanto en en las islas como en el continente es conflicto y guerra. La salida de ese estado la ve Hobbes más del lado de como están yendo las cosas en Francia que como se desenvuelven en Inglaterra, Escocia e Irlanda: más poder para el Estado y más poder para el rey.

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EL MITO PLATÓNICO DE ER Y LAS EXPERIENCIAS CERCANAS A LA MUERTE

El modo en que Platón utiliza los mitos no es un problema menor ni trivial. No es difícil ponerse de acuerdo en que éstos forman parte de la argumentación filosófica de los diálogos; pero esa afirmación abre más que cierra el debate de con qué fin se utilizan y hasta qué punto cada mito concreto tiene o no un fundamento real. Y si lo tiene, cuál es su alcance. 

Pocos irían mucho más allá de decir que el mito de la caverna es una metáfora de cómo se alcanza el conocimiento de lo realmente verdadero, relacionada con la teoría de las ideas y con la concepción platónica de que saber es recordar. 

Sin embargo, de pocas cosas se ha escrito tanto como de la admisión o no del mito de la Atlantida como una descripción puntual de dónde estaba y cómo era el territorio citado por Platón.

Un caso bien distinto de los anteriores y quizá mucho más interesante es el mito de Er.

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El mito de Er cierra el dialogo República y está puesto por Platón en boca de Sócrates.

Sócrates relata la experiencia de Er, que caído en batalla, es recogido diez días después, con la sorpresa de que no está muerto y de que tiene una historia que contar, que se refiere nada menos que a su estancia en el más allá y a todo lo que allí ha visto.

La primera parte del relato de Er se refiere al periplo de las almas que han abandonado el cuerpo. En él se observa cómo la multitud es discriminada por unos jueces y sentenciada a transitar dos caminos: uno hacia el cielo, ordenado a los justos, y otro que se introduce en la tierra y que recibe a los culpables de injusticia.

El primero lleva a un lugar de dicha y belleza, en tanto que el segundo conduce a un lugar en el que abundan los padecimientos.

Se cuenta aquí que existe una proporción entre cada obra buena y cada obra mala. las unas son recompensadas diez veces y las otras diez veces expurgadas. Se insiste en la maldad de la tiranía y se pormenoriza además sobre que los más gravemente sancionados son los delitos de impiedad con los padres o con los dioses y el homicidio a mano armada.

¿Qué sucede con las almas encontradas culpables de injusticia?: son conducidas por el lugar subterráneo: el Tártaro,  y son custodiadas por seres terroríficos. La propia abertura del antro infernal funciona rechazando a  aquellos que osan el intento de abandonar el lugar (antes de tiempo).

Una vez que se ha concluido con la pena o con la recompensa, las almas llegan a una corte reunida entorno al huso de la Necesidad (un mecanismo con rodamientos esféricos con el que se gobierna el movimiento del cosmos), por medio del cual quedan concatenados en su movimiento los astros y el mundo sublunar en armonía cósmica. Junto con la Necesidad aparecen otros personajes: ocho sirenas acompañan con su canto la escena, mientras que las Moiras (Láquesis, Cloto y Átropos), hijas de la Necesidad, mantienen en movimiento el huso.

En este escenario se produce el sorteo y elección de los hados para la siguiente reencarnación. El sorteo se introduce con un breve discurso de Láquesis advirtiendo la independencia de las condiciones sorteadas respecto de la participación en la virtud, y se advierte de la responsabilidad absoluta del hombre en sus elecciones: (el libre albedrío se conserva en todo caso). Aparece también otro personaje: un emisario o adivino cuyo papel es el de guiar a las almas durante el proceso.

El relato del proceso se detiene en este punto para dar ejemplos de la variedad que cabe a las fortunas particulares: venturas y desventuras, mendicidad y riqueza, vigor y debilidad física, salud, enfermedad, mando, obediencia, etc.

En este sorteo concreto, al que ha tenido la oportunidad de asistir Er,  se dan varios casos: el de quien en su vida pasada obró sin injusticia por porvenir de una ciudad justa y opta ahora en este sorteo por ser el mayor de los tiranos (dice el texto por carecer de filosofía); por otro lado, están los que pagaron en el Tártaro y optan ahora por vidas más tranquilas, ya escarmentados, a causa de sus padecimientos. También se ilustra con el ejemplo de algunos héroes griegos como Agamenón y Orfeo que por odio a la humanidad ( que se supone los ha maltratado) optan por vidas de animales: el águila y el cisne; o Ulises, que por las fatigas de su viaje decide asumir la condición de hombre común y sin fama o ambición.

Después de este paréntesis se sigue con el relato del proceso que prosigue a la elección, con los dos hechos finales que experimentaban las almas antes de su nuevo ciclo. Sócrates se extiende acerca de cómo el hado o démon elegido es establecido como guardián de la vida por iniciar. Todo esto queda dispuesto irremisiblemente por el hilar de las Moiras en el huso de la Necesidad.

El paso final del proceso es la marcha de las almas por el campo del Olvido bajo un calor abrasador, lo cual las fuerza a beber del río que por allí discurre, llamado de la Despreocupación, aunque al hacerlo olvidaban todas las cosas. Finalmente se cuenta que acampando allí, llegada la medianoche, con un trueno y un temblor, las almas son llevadas al sitio para su nuevo nacimiento.

Er, impedido de beber del río, simplemente de pronto se vio en su cuerpo sobre la pira. Punto final del relato.

La enseñanza que debe extraerse de este mito, puesta por Platón en boca de Sócrates,  es que  teniendo al alma por inmortal y capaz de mantenerse firme ante todos los males y todos los bienes, nos atendremos siempre al camino que va hacia arriba y practicaremos en todo sentido la justicia acompañada de sabiduría, para que seamos amigos entre nosotros y con los dioses, mientras permanezcamos aquí y cuando nos llevemos los premios de la justicia, tal como los recogen los vencedores. Y, tanto aquí como allí seremos dichosos.

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Un texto muy interesante sobre el detalle concreto de la elección de la vida siguiente, como el momento más determinante de la existencia cíclica.

DECIDIENDO LA VIDA: EL MITO DE ER EN REPÚBLICA, DE PLATÓN

 CHOOSING LIFE: THE MYTH OF ER IN PLATO’S REPUBLIC

Lorena Rojas Parma1 Universidad católica Andrés Bello (Caracas, Venezuela)

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Er y las ECM

El pensamiento de Platón tiene siempre un trasfondo político, Es ése el hilo conductor con el que ha de ser interpretada toda su filosofía. Este mito, que se introduce no por casualidad al final de la República, no es una excepción sino todo lo contrario.

Sin embargo, para el lector del siglo XXI, no es la conclusión política, pensada para el entorno muy concreto de la polis griega, la que más interés puede suscitar. 

Es ineludible que este texto sugiera ahora la referencia a la experiencias cercanas a la muerte (ECM), hasta el punto de que cobra entonces un renovado interés porque se convierte en una cuestión relevante si la experiencia que Platón reproduce está basada en una experiencia real. Y si es así, hasta qué punto Platón reproduce esta experiencia de un modo fiel, y en que aspectos de la descripción está introduciendo elementos extraños.

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