Transcurridos más de cincuenta años desde su publicación, las preocupaciones filosóficas son otras y este texto sigue siendo una referencia para algunas corrientes, entre ellas, el aceleracionismo.
Gilles Deleuze y Félix Guattari
"En el giro de la filosofía francesa posterior al '68, guiado por un rechazo completo al estancamiento en las dinámicas de la política partidaria, la corriente subterránea
aceleracionista encuentra un vector para una intensidad
mayor. En las obras de Deleuze y Guattari, sobre todo en El
Anti Edipo y Mil mesetas, Lyotard (en Economía libidinal,
por ejemplo) y Lipovetsky, la indiferencia de la forma-valor, la composición maquínica del trabajo y el reformateo
despiadado que lleva a cabo sobre todas las relaciones sociales previas, son percibidos como una máquina para la
creación de un nuevo y fluido cuerpo social"
Armen Avanessian [et aL] (2017).
Uno de lo párrafos más citados del El Anti Edipo:
"¿Retirarse del mercado mundial, como aconseja Samii Amin a los
países del tercer mundo, en una curiosa renovación de la "solución económica" fascista? ¿0 bien ir en sentido contrario? Es
decir, ir aún más lejos en el movimiento del mercado, de la descodificación y de la desterritorialización. Pues tal vez los flujos
no están aún bastante desterritorializados, bastante descodificados, desde el punto de vista de una teoría y una práctica de
los flujos de alto nivel esquizofrénico. No retirarse del proceso,
sino ir más lejos, "acelerar el proceso", como decía Nietzsche: en verdad, en esta materia no hemos visto nada".
El diagnostico del problema y la solución que se propone.
"Nunca una discordancia o un disfuncionamiento anunciaron la muerte de una máquina social que, por el contrario, tiene la costumbre de alimentarse de las contradicciones que levanta, de las crisis que suscita, de las angustias que engendra, y de operaciones infernales que la revigorizan: el capitalismo lo ha aprendido y ha dejado de dudar de sí mismo, mientras que incluso los socialistas renuncian a creer en la posibilidad de su muerte natural por desgaste. Nunca se ha muerto nadie de contradicciones. "
Y la afirmación propositiva:
"...ir aún más lejos
en el movimiento del mercado, de la descodificación y de la desterritorialización".
Desafortunadamente Deleuze y Guattari no aclaran qué significa esto. Lo cual ha llevado a que se les eche en cara a los del 68 haber contribuido al rebrote neoliberal de los noventa.
En esta línea crítica está Nick Land, lo cual no es trivial puesto que Land es una referencia de uno de los lados del aceleracionismo de ahora.
Otros como Ellen Willis, sin embargo, puede llegar a converger con Deleuze y Guattari. Vemos en qué.
Mark Fisher, desde el otro lado del aceleracionismo, en UNA REVOLUCIÓN SOCIAL Y PSÍQUICA
DE MAGNITUD CASI INCONCEBIBLE":
LOS INTERRUMPIDOS SUEÑOS ACELERACIONISTAS
DE LA CULTURA POPULAR, explica esta convergencia.
"Para Deleuze y Guattari, es quizá la familia, más que cualquier otra institución, el principal agente de reterritorializadón capitalista: la familia como una estructura trascendental ("mamá-papá-yo") asegura provisionalmente la identidad en medio y contra las tendencias delicuescentes del capital, su propensión a derretir todas las certezas preexistentes. Es justo por esta razón,
sin duda, que algunos izquierdistas se allegaron a la familia
como un antídoto a, y un escape de, el colapso capitalista.
Pero esto pasa por alto el modo en que el capitalismo se apoya en la función reterritorializante de la familia".
Un punto de convergencia entre Willis y D y G era pues la creencia común en que la familia estaba en el centro de las políticas de la reacción.
En definitiva, El Anti Edipo
(1972), La economía libidinal (1974) de Lyotard, y El intercambio simbólico y la muerte (1976) de Baudrillard; todas
estas obras pueden leerse como respuestas desesperadas a
los fracasos del radicalismo popular de los sesenta (y, especialmente en Francia, al fracaso de las revueltas de Mayo
del '68). De diferentes maneras, estos textos argumentan
que, ya que no existe un Afuera al sistema capitalista, el
capitalismo solo puede ser superado desde dentro,
Todo este planteamiento no ha tenido un recorrido muy exitoso desde los setenta. Pero, ¿dónde estamos ahora?
Dice Benjamin Noys:
(Sobre) el desarrollo de nuevos modos "aceleracionistas"
de pensamiento, que dan prueba del poder de la aceleración
como medio para explorar formas de conocimiento y tecnología que podrían ser reorientadas hacia la generación de un
futuro no-capitalista. Mi argumento es que no estamos acelerando, o que no estamos acelerando suficientemente.
Noys describe tres momentos (estéticos musicales) del aceleracionismo.
1. "aceleracionismo clásico". Se refiere al trabajo de Nick Land y sus aliados en
la Unidad de Investigación de Cultura Cibernética (CCRU), en funcionamiento durante los años noventa en la universidad de Warwick. Land dio una provocadora forma punk a los argumentos previos a favor de
una aceleración social como medio para perforar los límites
del capitalismo. El elemento figurativo lo proveería el surgimiento del "jungle" o "drum and bass", un género de música
dance desarrollado en Gran Bretaña a partir de la así llamada
"rave" y que usaba rápidos breakbeats (160-180 bpm).
2. El
surgimiento del techno de Detroit en la primera mitad de los
ochenta y su solidificación como género; ese "Afrofuturismo"
autoconsciente (Eshun) dirigido a generar una nueva estética de la aceleración que fuese explícitamente postindustrial.
3. Intervenciones contemporáneas. El aceleracionismo contemporáneo regresa a y modula el
esquema de Nick Land. Mientras Land buscaba la aceleración en la línea del capitalismo arriesgándose así a la disolución en los flujos capitalistas, el pensamiento aceleracionista contemporáneo propone la aceleración contra el
capitalismo. En el influyente "Manifiesto por una Política
Aceleracionista", Nick Srnicek y Alex Williams sostienen
que Land cree en la sola velocidad del capital y por lo tanto
permanece dentro de los "parámetros capitalistas". Lo que
se requiere no es velocidad, o sea meramente "un simple
espasmo clínicamente muerto", sino aceleración como "un
proceso experimental de descubrimiento dentro de un espacio universal de posibilidades".
El asunto del prometeismo (Ray Brassier. EL PROMETEISMO Y SUS CRÍTICOS).
Desde la perspectiva heideggeriana, la identificación marxista del ser del género
humano con la "actividad consciente libre" -una actividad
que permite a los seres humanos reconfigurar su mundo y
a sí mismos- es ella misma una reificación de la trascendencia que constituye al humano.
(tenemos lo hecho por la actividad humana y lo dado a los humanos por la naturaleza).
Pero ¿cómo debemos identificar el punto justo de
equilibrio entre lo hecho y lo dado? ¿Cómo se supone que
debemos saber cuándo hemos perturbado este delicado
balance? Para Ivan Illich, a quien Dupuy cita con aprobación, existe para ello un criterio claro: consiste en reconocer el nacimiento, el sufrimiento y la muerte como constantes ineliminables de la condición humana.