miércoles, 28 de mayo de 2014

PÁISES EN DESARROLLO Y LA METÁFORA DEL BLANCO MÓVIL ¿PUEDE ROMPERSE EL CIRCULO VICIOSOSO DEL SUBDESARROLLO?


CARLOTA PÉREZ utiliza UN aparato conceptual basado en  las nociones de trayectoria tecnológica, sistema y paradigma tecnoeconómico para explicar algunas de las limitaciones a las que hace frente el desarrollo cuando se sustenta en la transferencia de tecnologías maduras, y sobre todo, hace una serie de propuestas referidas al modo en que los países en desarrollo pueden incorporarse a las nuevas tecnologías.

Un nuevo paradigma proporciona un nuevo conjunto de principios que orientan la toma de decisiones de empresarios, gerentes, administradores, ingenieros e inversionistas,  hacia la máxima eficiencia y eficacia.

para aquellos que habían obtenido resultados satisfactorios con un paradigma anterior, el proceso de adopción de uno nuevo puede ser devastador en tanto que les exige abandonar la experiencia adquirida con gran esfuerzo.

Cambian no sólo las técnicas, sino también los criterios de gestión en todos los campos, desde la selección y diseño de productos a las estructuras organizacionales, los modos de funcionamiento y las relaciones con el personal.

 La revolución tecnológica no se aplica sólo a la economía sino también a las políticas y a las instituciones.

La globalización y la descentralización política guardan estrecha relación con el cambio de paradigma que ha sustituido la producción en serie por un modelo de producción en red. Los procesos de transformación no son en ningún caso fáciles y pueden prolongarse durante dos o tres décadas. En este esquema,  los recién llegados tienen la ventaja de no tener que desaprender gran parte del viejo paradigma. Pero, La evolución tecnológica se caracteriza por ser  un proceso en el que se alternan períodos de continuidad y discontinuidad. Las discontinuidades inducen oleadas de crecimiento que se inician en los países industrializados, en los que las industrias nuevas abarcan y rejuvenecen a la mayoría de las existentes.

Cuando el conjunto se acerca a la madurez,  el proceso se difunde hacia la periferia, mientras que en los países centrales se esta gestando ya la próxima oleada innovadora.  Los países en desarrollo “persiguen un blanco móvil” que avanza y cambia de dirección cada cincuenta años, más o menos.

Los países que no optan por la autarquía deben aprender a practicar este juego de desplazamiento y variación constante de objetivos.  

Son las empresas nuevas de los países ya industrializados las que tienen las mejores opciones.

La buena noticia, de acuerdo con el análisis de PÉREZ, es que el círculo vicioso del subdesarrollo puede romperse, mediante la adopción de políticas adecuadas, aprovechando que las condiciones más favorables para avanzar se dan precisamente en los períodos de cambio de paradigma.

Las oportunidades aparecen paradójicamente en los momentos de peores condiciones sociales y económicas. En los momentos de transición, se abren dos ventanas simultáneas: una de entrada en las nuevas tecnologías, y otra, de entrada en la fase madura de las viejas tecnologías.



                                 Pero esto tiene condicionantes ,¿cuáles?

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