viernes, 27 de junio de 2014

CAMBIO CLIMÁTICO Y LOS PAÍSES DE AMERICA LATINA

La aplicación de un determinada decisión tecnológica tiene consecuencias desiguales para distintos grupos sociales, pero también puede haber diferencias muy importantes entre paÍses.

Las transferencias de tecnología que se proponen para adaptarse o mitigar el cambio climático, pueden tener consecuencias desiguales, dependiendo de la situación de partida de cada país.

Por ejemplo, la Oficina Regional para América Latina y el Caribe, que depende del PNUMA, en el contexto de la fijación de objetivos para la transferencia hacia las energías renovables,  planteaba, ya en el año 2005, la diferente situación de partida de los países de la región:

El suministro de energía en la región de América Latina y el Caribe depende básicamente del petróleo.

Sin embargo, sólo algunos países, Brasil, Colombia y Venezuela, cuentan con recursos petrolíferos suficientes, y el resto, depende de las importaciones.

En la mayoría de los países se dispone de recursos hidroeléctricos. La enorme capacidad de Brasil para generar electricidad, al igual que en la mayor parte de los países de América Central depende de este recurso.

El gas natural abunda en Argentina, Bolivia y Perú, pero todavía necesita ser explotado.

Muchos países de la región prácticamente no tienen combustibles fósiles comerciales”.

Resulta evidente que la fijación de objetivos de transición hacia energías renovables, y el abandono paulatino de los combustibles fósiles, ha de tener consecuencias distintas para Venezuela, productor de petróleo; Brasil, que tiene grandes recursos hidráulicos, y Argentina, que tiene un potencial importante en la producción de gas.

Resulta también claro que existe un esfuerzo, de lo que es ejemplo la propia reunión celebrada en Caracas[2] de la que sale este texto, para convencer de los beneficios, para todos, de las energías renovables; y es lógico asimismo que los países que se sienten más perjudicados se muestren reticentes al cambio, o al menos al cambio sin contrapartidas.

Estos conflictos de intereses entre distintos países,  introducen en el problema de la participación social  en las decisiones tecnológicas una componente nacional en la que no sólo los gobiernos sino también los ciudadanos tienen diferentes posiciones.

No es suficiente hablar pues de la participación de la sociedad en general, como si tuviera intereses homogéneos y enfrentados a la industria, por ejemplo. Ciudadanos de distintos países pueden tener intereses muy diferentes.


Estos intereses, no siempre se manifiestan explícitamente, y puede revestirse a veces con causas nobles, como la defensa del medio natural, por ejemplo. Por ello cada país s trata de conocer los puntos débiles y fuertes del otro, colocando filtros informativos a las manifestaciones públicas que cada uno hace.








[2] XV reunión del Foro de Ministros de Medio Ambiente de América Latina y el Caribe, Caracas, Venezuela, 31 de octubre al 4 de noviembre de 2005.

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