Externalidades positivas y negativas
Los economistas definen la externalidad de una actividad económica como una afección, para mejor o para peor, a otros; sin que estos paguen por ella, o sean compensados por ella.
Dependiendo
de que la afección sea para peor o para mejor, se habla de externalidades
negativas o positivas.
Desde el punto de vista económico, las externalidades distorsionan el mercado y con ello la asignación eficiente de los recursos.
Desde el punto de vista económico, las externalidades distorsionan el mercado y con ello la asignación eficiente de los recursos.
Los
economistas vienen estudiando desde hace décadas este fenómeno, y también desde
muy pronto (Pigou,1929: “Economics of Welfare”) se
justificó la intervención estatal, a fin de corregir lo que se percibió como un fallo del mercado.
La
intervención toma la forma de subsidio a las empresas que producen
externalidades positivas y de gravamen a
las empresas que producen externalidades negativas. Baumol en 1972, “On taxation and the control of externalities” concretó y adaptó a la economía contemporánea estas propuestas.
En
una economía globalizada, las externalidades pueden estar en un país distinto,
a veces muy alejado del país en el que se producen. Como consecuencia, la
elevación del nivel de vida en un país puede que se esté alcanzando a costa de
trasladar los costes crecientes de su bienestar, a otro.
Contemplados
como una parte de la actividad económica, los desarrollos de la tecnología
tienen en efecto externalidades que pueden afectar positivamente o
negativamente a aquellos que no están involucrados directamente en dicho
desarrollo.
Tradicionalmente,
la economía clásica (Adam Smith, La riqueza de las Naciones", cap. 5) prestó más atención a los efectos beneficiosos de la tecnología que a los posibles
perjuicios. Por ejemplo, se constató la mejoría general de la economía de una
región al construir un puerto, y no sólo la de aquellos sectores cuyos
productos se importaban o exportaban a través de él.
Posteriormente,
se ha ido enfocando la cuestión hacia las externalidades negativas, y
especialmente hacia los efectos negativos sobre el medio ambiente. La
contaminación del aire o del agua, por una determinada industria, es un caso
típico en el que los efectos negativos
para el conjunto de los habitantes de un
área afectada, no están recogidos, salvo que se legisle para ello en
el precio del producto: " quien contamina paga"
Cambio climático y corrección de las externalidades
Desde
una perspectiva económica, el debate sobre el cambio climático se puede enfocar
ciertamente como un caso de externalidad corregible mediante la regulación del
mercado.
Así,
las primas a la producción de energías renovables, se pueden entender como la
aportación social al productor de un producto que en el mercado se ha de vender
por debajo de su coste, y que compensa los beneficios que la sociedad recibirá
en forma de estabilización del clima.
Por
otro lado, la asignación y el comercio de derechos de emisión pueden ser
entendidos como una forma de regular derechos de propiedad que en principio
están indefinidos. Hay que pagar por emitir gases a la atmósfera, de un modo
análogo a como se paga por el derecho de explotar una parcela agrícola (comprando o alquilando el terreno y
pagando impuestos). La diferencia está en la muy difícil definición en la práctica de la porción de
atmósfera afectada con respecto a la
clara demarcación de una parcela de terreno. La similitud reside en que también
en el caso de la transformación de una
parcela, para pasar, por ejemplo, de una explotación forestal a un cultivo de
cereales, puede haber una afección al
medio natural que va más allá de los límites de la parcela.
Las
dificultades con las que se encuentra el órgano regulador están en la
cuantificación de la afección y también en la imputación del responsable, o al
menos, en determinar qué parte del daño
corresponde a cada uno.
En el caso del cambio climático se trata de ver si los pagos por emitir pueden hacer frente a las reparaciones necesarias, o incluso si los daños son irreparables. Por otro lado, hay que ver qué parte de la contaminación por gases de efecto invernadero corresponde a cada cual. Por otra parte, la sobreestimación de los daños puede conducir a pagos demasiado elevados, y la imputación incorrecta prima a los verdaderos responsables.
En el caso del cambio climático se trata de ver si los pagos por emitir pueden hacer frente a las reparaciones necesarias, o incluso si los daños son irreparables. Por otro lado, hay que ver qué parte de la contaminación por gases de efecto invernadero corresponde a cada cual. Por otra parte, la sobreestimación de los daños puede conducir a pagos demasiado elevados, y la imputación incorrecta prima a los verdaderos responsables.
Es
fácil estar de acuerdo en que la corrección de las externalidades implica siempre una negociación en la que cada parte trata de minusvalorar los daños
que ocasiona y sobrevalorar los beneficios que produce. Algunos economistas defienden que la teoría de juegos puede ser
un buen modo para que cada cual revele su verdadera valoración de los efectos
externos.
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La medición de las externalidades ambientales:un enfoque espacio-temporal
Antonio MORENO JIMÉNEZ, 1995
Departamento de Geografía. Universidad Autónoma de Madrid
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La medición de las externalidades ambientales:un enfoque espacio-temporal
Antonio MORENO JIMÉNEZ, 1995
Departamento de Geografía. Universidad Autónoma de Madrid
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Por
supuesto, el propio concepto de derecho de propiedad es también debatible,
especialmente si afecta a bienes de dominio público como el aire, los ríos o el
mar.
Externalidades y sujeto de decisión
En
todo caso, resulta evidente que en el debate tecnológico relacionado con el
cambio climático, las externalidades juegan un papel destacado convirtiendo
prácticamente cualquier decisión tecnológica en una decisión global.
El sujeto de decisión habría de ser entonces
un sujeto global, lo que tiene sin duda una complejidad prácticamente
inabordable, por lo que necesariamente las externalidades tienen que limitarse
en el espacio y sobre todo en el tiempo. Fijar la responsabilidad de las
generaciones presentes con respecto de las generaciones futuras eligiendo una
determinada tasa de descuento, como hacen algunos modelos integrados
coste/beneficio (el informe Stern, por ejemplo), es un modo de acotar el tiempo al que se extiende la externalidad. (¿Cómo trata esto el informe Stern?)
En
todo caso, lo que se deriva del gran peso de las externalidades en el caso del
cambio climático es que la participación de la sociedad habría de extenderse,
en principio, de un modo mucho más amplio de los que es habitual en los
problemas tecnológicos. De hecho habría que extenderla a todos los habitantes del
planeta.
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