sábado, 14 de junio de 2014

RESERVAS DE COMBUSTIBLES FÓSILES. Y ASIMETRÍA INFORMATIVA

Disponer de buena información está evidentemente en la base de cualquier decisión tecnológica. Pero, tan importante como hablar de buena información en términos absolutos, es referirse a qué partes involucradas en una decisión disponen de mayor y mejor información en términos relativos. Atendiendo a estas diferencias se habla de asimetría informativa.

La asimetría informativa se da en cualquier transacción económica y se ha convertido en un tema recurrente de análisis en las decisiones financieras, y en general, en todas aquellas decisiones de mercado en las que una parte tiene mejor información que el resto de vendedores o compradores. El interés por este tema se ha concretado en la confección de distintos modelos que consideran la asimetría informativa como un elemento clave de la teoría económica.

Un aspecto fundamental de la cuestión reside en saber si la asimetría es o no superable. Es un debate relativamente reciente si Internet puede ser una herramienta que puede servir para superar la escasez de información  que el público en general tiene sobre cuestiones económicas, como es el caso de la compraventa de acciones en los mercados financieros. Las respuestas apuntan a que la abundancia de información no implica mejor información, y que la red puede ser utilizada tanto para informar adecuadamente como para lanzar informaciones interesadamente distorsionadas[1].

Desde un punto de vista más filosófico,  es interesante ver que la asimetría informativa está relacionada con los filtros informativos, que  pueden ser activados para hacer frente a la asimetría informativa.

La falta de información, o la falta de confianza en la información disponible, puede ser tratada por el sujeto que la recibe, seleccionado la información recibida. Esta selección se realiza sobre la base de sus principios y valores,  aplicándolos a las experiencias y a los conocimientos previamente adquiridos, y completando los huecos de la información apoyándose en ellos.

Las reservas de combustibles fósiles son un caso típico de asimetría informativa.

Las estimaciones oficiales de reservas de combustibles fósiles proceden de dos fuentes principales: la Agencia Internacional de la Energía (AIE) que depende de la OCDE, y el Consejo Nacional de la Energía (CNE), un órgano consultivo de la Naciones Unidas.

Según estas fuentes, las reservas no presentan ningún problema en el medio plazo. Ahora bien, algunos expertos[2]  critican estas estimaciones, que según su punto de vista, son una combinación de información inexacta, cuya fuente está en las partes interesadas, de problemas sistemáticos en la metodología y de un exceso de optimismo institucional.

La información sobre las reservas se ha convertido en un claro instrumento de negociación. Así, por ejemplo, en la década de los ochenta, la OPEP aumentó en 300.000 millones de barriles sus estimaciones de reservas, lo cual, según algunos observadores, es un modo de renegociar las cuotas de producción, que están directamente relacionadas con las reservas.

En todo caso, de lo que no cabe duda es que la información es en este asunto claramente asimétrica. Son los gobiernos de los países productores los que dan las cifras, sin verificación internacional.

A su vez, el resto de países interponen un  filtro informativo basado precisamente en el interés que tienen los países productores en dar las cifras de reservas que más les convienen de acuerdo con la coyuntura. La clave de la negociación de cuotas está en adivinar cuál puede ser la cifra verdadera de las reservas, por un lado; y por el otro, en dar la cifra más creíble. La decisión de cuál es el ritmo apropiado de extracción anual de petróleo, es el resultado de esta negociación en la que es clara la repercusión de la asimetría y los filtros informativos. 

Este ejemplo lo que nos revela además es que la asimetría no se da sólo entre grupos sociales sino que puede aparecer entre instituciones, en este caso entre estados nacionales productores y consumidores de petróleo. 

A las diferencias de información entre gobiernos y ciudadanos, se suma la diferencia de información entre unos gobiernos y otros. Finalmente, podemos también añadir que la falta de transmisión de información de un gobierno a sus ciudadanos podría justificarse bajo la coartada de no suministrar información a otros gobiernos.

La participación social en las decisiones puede ser entonces, por un lado, muy sensible a los miedos, desconfianzas y temores; y por otro lado, puede ser vetada o coartada, u orientada en otra dirección,  justificando estas acciones en  supuestos intereses generales que se superponen a las preferencias individuales.

En el caso de las reservas, intervienen filtros que tienen que ver con los intereses económicos, en el caso de la asimetría informativa con respecto a la energía nuclear, intervienen otro tipo de valores.




[1] Algunos blogs económicos han tratado estos temas en relación con casos concretos como el de Goldman-Sacks.
[2] Por ejemplo los que trabajan sobre la hipótesis de la teoría del pico de Hubert.

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