lunes, 29 de septiembre de 2014

LA HIPÓTESIS GAIA REVISITADA POR SU AUTOR 40 AÑOS DESPUÉS

Portada de "The Vanishing Face of Gaia"

la Tierra vista como un ser vivo



La idea de que la Tierra sea un ser vivo choca a primera vista con el sentido común, que nos hace percibir el planeta como algo inerte. Que la Tierra sea un ser vivo no significa que sea un ser intencional, pero tampoco un árbol lo es y por ello no tenemos dudas de que sea un organismo vivo.

La Tierra puede pensarse como un sistema vivo, que como tal responde a las agresiones que recibe, igual que lo hace un árbol, o un bosque, que es algo compuesto a su vez por seres vivos.

Visto desde esta perspectiva, los humanos son como microorganismos que están dentro de este ser vivo y que igual que microbios afectan al cuerpo humano, pueden ser dañinos para este ser vivo  macroscópico.

Esta idea fue expuesta por James Lovelock en los sesenta y setenta y ha vuelto sobre ella durante todo estos años. En el 2009,  reincidió una vez más sobre el asunto con nuevos matices.

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The Vanishing Face of Gaia

 (en castellano LA TIERRA SE AGOTA James Lovelock .Editorial Planeta- Barcelona 2011 ISBN: 9788408099949).

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En primer lugar para advertir de que muchos de los modelos que se utilizan para simular el comportamiento del clima terrestre se han quedado anticuados porque no tienen en cuenta muchos aspectos importantes del problema. O al menos nos los tienen en cuenta todos a la vez, ni mucho menos las interacciones de unos efectos con otros. 

Por ejemplo, la cantidad de oxigeno en la atmósfera producido por los organismos fotosintéticos, los efectos cruzados de los gases de efecto invernadero; los efectos ocasionados por el humo generado por las industrias y los incendios forestales, el efecto del tiempo en los aerosoles en la atmósfera, el vapor de agua en el entorno, el vapor a nivel del mar y la expansión del mismo a medida que se calienta, el descenso de la población de algas marinas debido a la falta de nutrientes y el incremento de la temperatura en el mar, el incremento del polvo proveniente de los desiertos y las zonas áridas en aumento, las estelas que dejan los aviones a altura de crucero, el grado de oscurecimiento global generado por los factores que dispersan la luz en la atmósfera, la fisiología del ecosistema del bosque y las inclinaciones variables de la órbita de la tierra alrededor del sol.



Nuevas ciencias



Se requieren nuevas interpretaciones a travès de nuevas ciencias para llegar a conocer nuestro real estado del planeta. Una de ellas, la GEOFISIOLOGIA, propuesta por Lovelock, permitirìa analizar nuestro planeta como un sistema, interactivo y dinàmico, con retroalimentaciones negativas estabilizadoras y positivas caóticas.

Esta ciencia considera un factor crítico para el clima, el planeta y el desarrollo sostenible: la población actual, registrada en 7000 millones de habitantes (para el 2050 se proyecta 8000), ocasionándole a la Tierra una enfermedad denominada la POLIANTROPONEMIA, generada por los humanos que la pueblan y que le hacen daño a GAIA; somos muchos, cómodos y destructivos.

La huella de la gente es profunda: somos los responsables del 23% de las emisiones del efecto invernadero equivalente a 30 gigatoneladas de dioxido de carbono. Si lo comprimimos (carbono solidificado), equivaldría a una montaña de 1.5 km de altura y 20 km de circunferencia, cada año, debido a las emisiones que generamos

Ecologismo puritano y geoingeniería


En este contexto Lovelock nos cuestiona si podremos mantenernos civilizados sin señores de la guerra que controlen los recursos. Si podremos sobrevivir de manera estable. Si no  nos encontramos en una trayectoria de colisión destructiva.

Frente a esto reaccionamos, dice,  con un ecologismo puritano y que realiza esfuerzos inútiles: proponemos alternativas energéticas màs contaminantes como la eólica o la solar, no aceptamos la existencia de grandes recursos de combustible fòsil contaminante que no desaparecerán en el mediano plazo, impulsamos mensajes ecológicos que favorecen a grandes transnacionales, presentamos transporte verde mas contaminante que el actual y los mensajes conservacionistas los lideran polìticos con intereses electorales o cientìficos con dogmas ambientales.

Debemos modificar, dice,  nuestra ideologìa ecologista fragmenta y basada en una interpretación urbana del medio ambiente, por una visión sistèmica ambiental, con una interpretación holística e integral.

Y todavía más controvertida, es su tesis de que podemos modificar nuestro comportamiento actual aplicando la GEOINGENIERIA, definida como una deliberada actividad humana que altera de manera significativa y positivamente el estado de la tierra. Algunas acciones que la GEOINGENIERIA promueve son: manipulación del albedo planetario fabricando nubes bajas en los océanos,  esparciendo en aerosol acido sulfúrico en la estratòsfera, colocando parasoles en orbita, fertilizando algas marinas con hierro, generando síntesis directa de alimentos a través de sustancias inorgánicas, fabricando biocombustibles que no comprometan extensiones de tierra, captando dioxido de carbono almacenàndolo en la profundidad de la tierra, desarrollando reforestacion masiva, fertilizando las algas marinas inyectando agua fría desde la profundidad del oceano, plantando arboles artificiales captadores de carbono y convirtiendo los residuos agrícolas en “carbonizados” como fuente de biocombustible.

En general, el diagóstico de Lovelock ha sido aceptado por loa comunidad ambiental, lo que no ha sido aceptado son sus soluciones.

Lo que hace que Lovelock plantee estas aternativas radicales es su convencimiento de que el el cambio climático es mucho más peligroso que cualquier otra cosa, y que dejar que las cosas evolucionen sin control es peor que generar soluciones tecnológicas controladas. 


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