jueves, 4 de septiembre de 2014

ECONOMÍA, ECOLOGÍA Y ENTROPÍA

Economía y límites del crecimiento


La economía ecológica ha ido surgiendo a partir de la aparición del concepto de  límite del crecimiento, y se ha ido desarrollando desde entonces con distintos matices. 


Uno de ellos es el que presenta el CASSE (Center for the Advancement of the Steady State Economy).

En marzo de 2009, uno de sus miembros más destacados, Brian Czech, escribió un artículo en el que hablaba de la  historia, la filosofía, la política y los desafíos de la economía ecológica.

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ECOLOGICAL ECONOMICS

Brian Czech ,(2009), ECOLOGICAL ECONOMICS, in Animal and Plant Productivity, [Ed. Robert J.Hudson], in Encyclopedia of Life Support Systems (EOLSS), Developed under the Auspices of the UNESCO, Eolss Publishers

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Czech reconoce la vinculación con autores como Rachel Carson, Barry Commoner, Donnella Meadows y Herman Daly. Pero hay un precedente  más remoto, los fisiócratas franceses del XVIII, de los que destaca su interés por el medio natural como la verdadera base de la economía.  Del medio natural procede la energía y todos los recursos que sirven para producir bienes y servicios, y al medio vuelven los residuos sobrantes.

Sin embargo, se desmarca del pensamiento marxista, que ve como vinculado a la  carrera por el crecimiento entre los bloques enfrentados y al deterioro consecuente del medio ambiente. Algo que distingue por cierto  al CASSE de la economía del decrecimiento que se propone en el ámbito intelectual francés.

Sobre estas bases, la economía ecológica se pregunta por la naturaleza humana y por los motivos que llevan a los humanos a actuar de un modo u otro. En este punto, quiere marcar de un modo claro las diferencias con la economía neoclásica que postula el homo economicus, que actúa tratando de hacer lo que es más útil para sus intereses, entendidos éstos básicamente en términos de consumo de bienes y servicios.

Por el contrario, la economía ecológica ve al hombre guiado por motivos más diversos, entre los que tiene importancia, quizás curiosamente, la motivación religiosa, por ejemplo.

Para la economía ecológica es fundamental el tamaño de una economía, algo que tiene que ver con los recursos naturales que utiliza. Lo importante es el tamaño que es capaz de soportar un territorio, y la huella ecológica se considera un buen indicador para ello.

Llegados a este punto, la cuestión que se plantea es si la tecnología hace a los humanos tan diferentes de los animales que no tiene sentido hablar de límites de crecimiento del mismo modo que se habla de los límites de un territorio para contener una determinada especie animal.

La economía ecológica da una respuesta sofisticada a esta cuestión.

La primera ley de la temodinámica dice que la energía ni se crea ni se destruye. De la segunda ley (de la entropía) se deriva  que no es alcanzable un eficiencia del 100%. Del conjunto de ambas se concluye que debe haber necesariamente un límite para el crecimiento.

¿Cuál es entonces el tamaño adecuado de una economía? ¿Cómo se distribuye la riqueza y cómo se asignan los recursos disponibles? ¿Qué acciones políticas hay que emprender?



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