jueves, 28 de abril de 2022

LA FILOSOFÍA DESPUÉS DE LA PESTE NEGRA. DERROCAMIENTO DE LA FÍSICA DE ARISTÓTELES.

Aunque no podemos decirlo con toda seguridad, el año 1348, año de la peste, es el mismo año en el que muere Ockham, cerrando de esta manera la filosofía medieval. 

Con Ockham, las cosas quedan en situación de clara crisis de la escolástica, que  había estado representada en su punto más alto por santo Tomás. 

Santo Tomás había buscado un equilibrio entre razón y fe, entre filosofía y teología. Pero ese equilibrio queda roto después de que el averroísmo es  condenado a finales del XIII, pues se hace evidente que ni Averroes, ni Aristóteles, al que Averroes interpreta, han podido alcanzar, desde la filosofía, las verdades de la fe. Los caminos separados de fe y razón quedan todavía más marcados en Ockham, lo cual tiene la importante consecución de que el papado y el imperio puedan tener ámbitos distintas en los que son hegemónicos.


En filosofía política, Ockham defiende a los estados nacionales, al imperio y la autonomía de los individuos. Todo ello frente a la monarquía teocrática,  expuesto con el fundamento filosófico de una teoría del conocimiento nominalista que se opone al conceptualismo. De forma coherente con la separación entre fe y razón, el Papa nada tiene que decir sobre la legislación que afecta a las relaciones comerciales en la ciudad, por ejemplo. 

En todo caso, en los manuales de filosofía la segunda parte del siglo XIV, una vez muerto Ockham, queda como un vacío, e incluso se pasa a veces directamente al siglo XVII, sin apenas detenerse en el Renacimiento.

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Tres aspectos característicos hacen del siglo XIV, sin embargo, un siglo fundamental en la historia de la ciencia de occidente. 

Por un lado, se desarrolló una crítica, puramente teórica, de la concepción de la ciencia, y una crítica de los principios fundamentales elaborados por Aristóteles. Críticas que con el tiempo acabarán produciendo el derrocamiento de todo el sistema de la física aristotélica. Además, y como consecuencia, se produjo una nueva aproximación matemática a la naturaleza. Se dirigió más la atención a la formulación matemática y cuantitativa, menos cualitativa, de las leyes del movimiento, interesando más el «cómo» que el «por qué». 

Así como en el siglo XIII la universidad de París había tenido prácticamente la hegemonía intelectual, en el siglo XIV la universidad de Oxford es un centro muy activo. Es en Oxford, donde el grupo de los Calculadores del Merton College inicia una revolucionaria aplicación de la matemática al estudio del movimiento. 

Se logran en Oxford conceptos como el de velocidad instantánea, se extiende el uso de funciones matemáticas bastante complejas y se aplican rudimentarias nociones de geometría analítica y cálculo. 

Podría afirmarse sin reparos que la revolución científica iniciada en 1328 por Tomas Bradwardine con su Tractatus Deproportionibus Velocitatum y desarrollada en Oxford durante el XIV por hombres como Heytesbury (Regulae solvendi sophismata, en 1335), Swineshead (Liber calculationum, en 1350), o Dumbleton (Summa Iogicae et philosophiae naturalis), contribuyó sustancialmente a la fundamentación matemática sobre la cual se edificaría después la mecánica del siglo XVII.

(Nos encontramos aquí pues con uno de esos eslabones que nos faltan en la cadena que presentan los manuales, y sin los cuales las cosas se entienden mal).

Durante la segunda mitad del siglo XIV las obras de los mertonienses influyeron notablemente en el importantísimo movimiento científico que tuvo lugar en París llevado por figuras como Juan Buridan, Alberto de Sajonia, Nicolás de Oresme o Marsilio de Inghen.

El Merton College no es el único que la historia de la ciencia ha de estudiar al enfrentarse al siglo XIV. Posiblemente fuera el más importante, pero existió otro movimiento que, en algunos aspectos, fundido con el anterior, contribuyó a la ruptura con Aristóteles y al desarrollo del espíritu de la ciencia moderna; y éste no es otro que el ockhamismo.

En definitiva fueron los grandes pensadores de este siglo los que comienzan el derrocamiento de la física de Aristóteles. Inician un nuevo modo de acercarse al mundo y propician el desarrollo de la ciencia moderna: el paso del «porqué» al «cómo», el interés por la cuantificación, la posibilidad de reducir el mundo a leyes matemáticas, abren ( o al menos reabren)  una nueva vía que permitió el potente desarrollo de las matemáticas y, por tanto, la física matemática y la geometría.

Tanto Duns Escoto como Ockham, y sobre todo éste, habían supuesto una reacción frente al mundo presentado por los filósofos árabes, regido por un Dios encadenado a la necesidad griega. Dios tiene voluntad, por lo tanto, 

(Si el mundo es eterno, es que Dios no puede no producirlo, y si el mundo es tal como es, es que Dios no puede producirlo  sino tal como es, lo que  supone negar radicalmente la libertad y la omnipotencia del Dios cristiano).


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Aspectos generales del pensamiento en el siglo XIV 

VERDÚ BERGANZA, IGNACIO 

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La filosofía de Ockham quiere evitar el peligro que supone el Dios puro intelecto de Averroes (y los averroístas latinos de la universidad de París), o el de Avicena, (y los tomistas de París), cuya voluntad sigue necesariamente la ley de su entendimiento. 

El Dios a quien él apela es Jehova, que no obedece a nada, ni siquiera a las ideas. Para liberarlo de tal necesidad, Escoto había subordinado las ideas a Dios, en la medida en que podía, sin ponerlas como creadas; Ockham solucionó el problema eliminándolas. De este modo, nada se plegaba mejor que un universo nominalista (sin esencias ideales) a los decretos de un Dios omnipotente. 

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Algunos autores hablan  del nacimiento del espíritu laicista en el siglo XIV. Sin embargo, no es menos importante la reacción mística que tuvo lugar en toda Europa. Destacan alemanes como el Maestro Eckart (1260- 1327), su discípulo Enrique Suso (1295-1366), Juan Taulero (1300-1361) y el flamenco Juan Ruysbroeck (1293-1381). Todos ellos en general, y fundamentalmente Juan Taulero y Enrique Suso, influidos por la corriente de escepticismo ante la filosofía y la disputa escolástica que se difunde con gran energía, y conscientes de la ruptura entre la fe y la razón

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 ¿Es el XIV el siglo de Ockham?

el pensamiento de Guillermo de Ockham, sus posiciones voluntarista y nominalista, alcanzaron una expansión y una fuerza impresionantes en el siglo XIV, hasta tal punto que algunos historiadores han llegado a considerar a este siglo como el siglo de Ockham. Desde esta perspectiva resulta lógico que se vea a lsiglo XIV como una ruptura cultural, antítesis, o simplemente decadencia frente al siglo XIII, como un siglo marcado por el escepticismo, el probabilismo, el fenomenismo, un siglo en el que se ponen en crisis los conceptos y principios supremos de la metafísica.

¿Cómo debe entenderse, por tanto, este siglo? ¿Es una ruptura radical con el medievo? ¿Es una prolongación del siglo XIII? ¿Quizá un desmoronamiento de todo lo hecho hasta entonces? Un análisis detenido y detallado nos impedirá considerar el siglo XIV como una ruptura con el medievo. Quienes mantienen esta tesis hablan del individualismo político enfrentado al universalismo del imperio medieval, de una gnoseología del individuo enfrentada a la ciencia de las esencias, de una idea laica del poder frente ala visión teocrática de la política, del divorcio de la razón y de la fe...


En el siglo XIV conviven los problemas de siempre con nuevas incógnitas, se mantiene y se supera a un tiempo la filosofía aristotélica, se continúa lo hasta ahora hecho, pero se empieza a hacer algo nuevo. Este es el motivo de que algunos lo vean como una continuidad de los siglos precedentes y otros como una ruptura radical con lo hasta ahora hecho

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Scoto, Ockham y Eckart son anteriores a la peste negra de 1348. Son, sin embargo los que parecen marcar la segunda parte del siglo XIV, que tendría entonces una continuidad con la primera parte del siglo. No obstante sí se detecta en el siglo XIV que algunas cosas importantes están cambiando. Es más laico, menos teocrático, se da más valor a la voluntad de los individuos. Si la peste negra tuvo algo que ver en esa sensación de estar en un mundo diferente no parece poder deducirse de la evolución del pensamiento filosófico, es algo que no puede afirmarse de un modo concluyente.

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