El dialogo Parménides de Platón es crucial en su evolución filosófica. Pone en crisis los fundamentos de la teoría de las ideas tal como estaba esbozada en los diálogos anteriores.
Hay en este dialogo dos cuestiones básicas que quedan planteadas y no resueltas: (1) qué tipo de conexión tiene el mundo inteligible de las ideas con el mundo sensible, (2) ¿es el ser de la ideas un ser parmenideo? : uno, eterno, continuo. ¿Cómo ha de ser ese uno?
La lectura de este dialogo es sin duda difícil. De hecho, se lo ha considerado a veces como un ejercicio de argumentación lógica en vez de un profundo tratado sobre las cuestiones más fundamentales del pensamiento filosófico de Platón.
Para no perdernos en la argumentación, vamos a la conclusión principal implícita: la teoría de las ideas es problemática.
Pero, a pesar de ello, Platón no la abandona. No lo hace porque nos faltaría entonces el cimiento sobre le que apoyar la filosofía política. Sin el apoyo de la ideas, absolutamente objetivas, ¿ cómo podemos garantizar la verdad y conjurar el error? ¿Por qué Sócrates estaría en la verdad y los sofista en el error?
Platón sostiene, con variaciones, la teoría de las ideas hasta el final. Eso es lo que no hace Aristóteles.
Aristóteles toma la posición radical de abandonar la teoría. La considera un expediente innecesario. Multiplica el numero de seres sin que ello sirva para resolver los problemas. El mundo inteligible y el sensible son tan ontológicamente diferentes que no hay forma de conectarlos causalmente, siendo la conexión causal la fundamental para Aristóteles.
Ahora bien, esto ya estaba puesto sobre la mesa por Platón. ¿Qué le permite realmente a Aristóteles prescindir de la teoría de las ideas?
La respuesta está en el modo en que construye su teoría política. la clave está en la distinta posición que Platón y Aristóteles tienen con respecto a la retórica.
Platón asocia retórica con sofistica, con todo lo que ello supone. Aristóteles encuadra la retórica dentro de un esquema complejo de saberes.
La pieza que le sirve de base clasificatoria para este esquema es la lógica.
La lógica proporciona un modo de hacer ciencia demostrativa. Las ciencias que surgen por este procedimiento son la física, la psicología o la biología.
La retórica no es una ciencia de este tipo. Es un saber persuasivo. Pero no por ello erróneo. No hay un desprecio de la retórica porque ésta es un saber prágmatico, intersubjetivo, colectivo, comunitario, que tiene un cierto valor de verdad.
la ética y la política puede ser tratadas de este modo pragmático sin faltar la verdad. La objetividad que proporcionan la ideas separadas ya no es aquí imprescindible.
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