La Geografía de Estrabón acumula toda clase
de informaciones míticas, históricas, bélicas o sociales que pueden ser
interpretadas como recuerdos de sus criterios de civilización y progreso, siempre teniendo en cuenta que el poder romano constituye el paradigma
sobre el que se levantan los cimientos de su Geografía.
Su intención es plantear claramente un hilo de continuidad entre el pasado heroico, la
realidad geográfica benevolente y el presente. En un territorio como la península ibérica, cuyos últimos reductos acaban de ser incorporados bajo la
política dominadora de Roma, esta intención es claramente notoria.
El pasado heroico constituye para ello una fuente de
vital importancia en la narración de Estrabón. Alimentándose de la épica
homérica, más de mil años más antigua, Estrabón llega a sostener el fundamento histórico de estos relatos
homéricos, de los que opina que el poeta pudo fantasear en mayor o menor medida, pero la auténtica realidad es que cuando surge la figura
de un héroe, se está poniendo el énfasis en que ese ámbito hasta ese
momento desconocido o desordenado logra categoría de espacio en tanto
que dichos héroes lo integran dándole un orden físico y humano concreto:
crean ciudades; nombran pueblos y establecen ritos.
Esto lo
supo plasmar perfectamente Estrabón, sobre todo en el noroeste peninsular, que en el tiempo en que escribe está todavía en proceso de incorporación al Imperio; y donde los pueblos bárbaros que lo habitaban, debían y tenían la obligación
de seguir la estela civilizadora de Roma. Un buen comienzo para
ello era entroncarse con los personajes legendarios que proporcionaban el
auténtico ennoblecimiento de los pueblos, los héroes.
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LA PENÍNSULA IBÉRICA Y LOS HÉROES GRIEGOS EN LA OBRA ESTRABONIANA
Iberia and greek heroes in strabo’s geographica
José Javier VILARIÑO RODRÍGUEZ
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El mundo de Estrabón. Civilización y barbarie.
Tras haber examinado detenidamente
las ideas y orientaciones de los geógrafos que le precedieron establece la línea que va a seguir en su exposición. Admite
que el universo tiene forma esférica; resalta las dificultades que
implica la representación gráfica de una superficie esférica y opta por la representación
plana Acepta la posibilidad de que existan
en la esfera terrestre otras tierras habitadas pero
considera que el estudio de esas otras zonas es propio de ciencias distintas de
la geografía, porque se trataría de tierras habitadas por quienes no tienen que
ver con nosotros. La única tierra habitada de la que va tratar se encuentra
en uno de los dos cuadrantes del hemisferio norte.
Estrabón se
acoge a la concepción de la insularidad de la tierra rodeada por el océano y afirma que la representación plana del conjunto de la tierra tiene
aproximadamente la forma de una clámide, por tanto la de un paralelogramo
de aproximadamente doble anchura que altura, con unas dimensiones máximas aproximadas de 30.000 estadios (c. 5.500 km) norte-sur y
70.000 estadios (c. 13.000 km) este-oeste.
Los límites norte y sur de la tierra habitada quedan determinados por factores
climáticos ya que, según Estrabón, ni el excesivo frío de las zonas nórdicas
ni el calor de las tórridas permiten la existencia de una vida humana digna de ser
tenida en cuenta.
Los límites concretos
son los siguientes: por el norte el paralelo de Ierne (Irlanda) y por el sur el del
llamado País de la Canela, nombre con el que designaba a
la costa de Somalia y la isla de Taprobane (Ceilán). Desconoce la existencia
de la parte meridional de África y afirma que Libia
está muy poco poblada y que las noticias que sobre ella existen son escasas y
poco fidedignas. Por el oeste la tierra queda claramente limitada
por el mar. El límite oriental es en cambio más impreciso: Estrabón incluye
en su descripción de la tierra la costa occidental de la India y la isla de Taprobane,
pero da a entender que en la costa oriental de la India termina la tierra en el
océano sin noticia del Extremo Oriente.
Compara los países ribereños del
Mediterráneo con los periféricos, afirma que los primeros son más conocidos,
que en ellos abundan las ciudades y los pueblos bien gobernados, se dan los
avances técnicos y está desarrollado el buen sentido de la convivencia y de las
fecundas relaciones mutuas. El autor concluye que esos son los países en los que
ha de centrarse el interés del geógrafo.
Estrabón comparte la curiosidad típicamente griega por todo fenómeno importante,
nuevo y extraño, la diversidad de los pueblos, su vida y costumbres; presente ya en los poemas homéricos (c. VIII a. C.), y que comenzó a consolidarse
como reflexión científica en los escritos de los jonios de Asia Menor
desde el siglo VII a. C.; de Hecateo de Mileto, que escribió a
finales del VI a. C., y en las de numerosos autores posteriores cuyas obras se
conservan sólo fragmentariamente.
En toda esa literatura aparece el
interés por la forma corporal (estatura, fortaleza, color de la piel, etc.), el género
de vida (peinado, vestido, adornos, alimentación, habitación, etc.), las costumbres
(actividad económica, armamento, utillaje, usos sociales, matrimonio, prácticas
religiosas, ritos funerarios, etc.) y normas básicas (organización política,
disposiciones legales, etc.). La atención se fijaba particularmente en lo que todo
ello tenía de extraño y llamativo para los griegos. Variaba de unos a otros autores
la mayor o menor atención prestada a cada uno de los aspectos mencionados,
y con frecuencia apuntaba la tendencia a explicar racionalmente esas particularidades
por el influjo de las condiciones geográficas y climáticas, por razones
históricas o por la idiosincrasia de cada uno de los pueblos. Todos estos temas
encontraron ocasionalmente acogida en el pensamiento de los grandes filósofos
griegos del siglo IV a. C., y fueron objeto de profunda y amplia reflexión en la
obra de Posidonio en el siglo I a. C.
En Estrabón toda esas diferencias se enmarcan en la distinción fundamental entre civilización barbarie.
Al hablar de los diversos pueblos hace notar continuamente si su
género de vida es bueno o es malo. Si es bueno, habla de ‘habitar bien’; si es
malo, habla de (‘llevar un mal género de vida’), lo que para él
es característico de los bárbaros. Presenta a éstos como salvajes e inhumanos,
carentes de sentido comunitario, inclinados al aislacionismo, a la dispersión y al
bandidaje, al que considera la forma de vida social más degradada. Afirma que
las costumbres de los bárbaros tienen en todas partes rasgos parecidos y proceden en gran parte del medio natural en que viven.
Hay pasajes en los que parece que considera la barbarie como una cualidad innata e insuperable,
mientras que en otros la presenta como algo corregible por la acción de
un factor humano externo, generalmente la sumisión a un pueblo civilizado.
Considera que el comercio al fomentar el contacto de unos pueblos con otros
y al exigir progresos técnicos para su realización, contribuyó poderosamente al
desarrollo y expansión de la civilización. En este punto Estrabón no participó de
la idea de algunos pensadores griegos que vieron en la expansión de las prácticas
comerciales la causa de la perversión de la conducta ética ejemplar de algunos
pueblos.
Ocasionalmente presenta la alternativa pacífica de pueblos bárbaros vecinos
pero de distinto género de vida (agricultores sedentarios por un lado y
montañeses recolectores-ganaderos por otro) que complementan sus economías
y conviven pacíficamente, pero no considera esta alternativa como modelo. Lo
mismo ocurre con otra alternativa de convivencia que presenta también ocasionalmente
y consiste en la convivencia dentro del marco urbano de dos pueblos
que se complementan sin sumisión de uno a otro y llegan a crear un régimen
jurídico mixto.
En el extremo opuesto a la barbarie presenta el modelo de la polis griega
en la que se desarrolla plenamente la convivencia y la vida política, social, cultural
y económica. En ese sentido estima plenamente positiva la política romana
de someter a la población bárbara y crear colonias que extiendan la vida urbana
por el mundo sometido; juzga que el bajo nivel de civilización de muchos de los
pueblos periféricos los avoca a ser dominados o controlados por Roma.
Los pueblos bárbaros están avocados a ser dominados por Roma que está legitimada para sacarlos de la barbarie y traerlos a la civilización.
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FUENTES DE LA GEOGRAFÍA DE ESTRABÓN
Juan DE CHURRUCA ARELLANO
Universidad de Deusto/Deustoko Unibertsitatea
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Son fuentes que utiliza Estrabón: Eratóstenes, Artemidoro, Polibio, Asclepiades, Posidonio, César, Timágenes y Polión.
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