Entre el siglo II ANE y el siglo II DNE se suele dar un salto en algunos manuales de filosofía en el que se pasa de la filosofía helenística al neoplatonismo; de la escuelas de Atenas (Academia, Liceo, Stoa y el Jardín) a Plotino; de las monarquías helenísticas a la crisis del Imperio Romano. Pero al dar ese salto se obvian algunos eslabones importantes sin los que algunas cosas no se entienden, o al menos no se entienden del todo.
No se entiende, por ejemplo, por qué los Padres de la Iglesia dicen lo que dicen y utilizan determinado vocabulario con un sentido especial.
¿De dónde proceden algunos conceptos y términos utilizados por Justino Martir, Clemente de Alejandría o incluso Orígenes?
Para dar respuesta a esa pregunta hay que prestar atención a algunos autores del estoicismo medio, del platonismo medio y a la Escuela de Alejandría; ya que, quizás curiosamente, la patrística no estuvo tan influida por contemporáneos como Séneca, Epicteto o Marco Aurelio, sino por estos otros pensadores más antiguos.
Panecio
A principios del siglo II ANE, en Rodas, Chipre, todavía se conserva la herencia doria (del tiempo de la Edad Oscura) y los sentimientos ligados a la polis griega (desde su configuración en los siglos VII y VI). Pero en el año 168 ANE, la Guerra Macedónica cambia las cosas y Roma hace saber a los rodios que su autonomía política ha acabado, que forman parte, sin restricciones, de un imperio, el romano.
Panecio, que por entonces tiene diecisiete años y que por tradición familiar podría haberse dedicado de lleno a la política local, en estas nuevas circunstancias opta por centrarse en la filosofía. Aunque tiene contactos con distintas escuelas, es con la Stoa de Atenas, con la que finalmente se vincula.
Pasan no obstante más de veinte años para que sus capacidades puedan desarrollarse desde una posición más cercana al poder. Polibio le introduce en uno de los círculos políticos más influyentes en Roma: el círculo de los escipiones.
Un Escipión dirige en ese momento la política exterior de Roma y en el 140 ANE se hace acompañar de Panecio y Polibio en un viaje de un año de duración por tierras de Egipto y Siria; ocasión que les da una visión global del papel que Roma está ejerciendo en el mundo que se está formando.
Con esa visión, introduce cambios importantes en la doctrina de la Stoa. Si para la Stoa antigua la apatheia (no dejarse turbar o ser vencido por las pasiones) es la característica del sabio, se propone ahora un nueva actitud en la que el deber, entendido como dar lo mejor de uno para los conciudadanos, es la virtud principal. Esta forma de entender el deber moral entra en Roma de la mano de Panecio y es la que acogerá finalmente Cicerón, en tanto que homo novus al que le resulta conveniente que sean las acciones ( en favor de la República) y no el ser heredero de una familia ilustre lo que determine la capacidad para acceder a las más altas magistraturas.
Panecio trata también sobre la providencia (inteligencia que gobierna la naturaleza con una finalidad) a la que da un giro personal, que recoge Cicerón y a su través entra también el pensamiento cristiano (san Agustín). El designio de la providencia hace del cuerpo humano un instrumento del logos. (La personalización del logos no es desde luego un tema menor, ya que en el estoicismo clásico de Crisipo el logos es material: pneuna, fuego y aire, aliento. Una materia activa que lo penetra todo, pero materia al fin y al cabo).
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El término logos tiene, por otra parte, una larguísima tradición en la historia de la filosofía. Una traducción muy significativa, además de las más comunes de razón o ley, es la de enlace. Así, en el platonismo medio, el logos es un mediador, una inteligencia (nous) mediadora, que enlaza, lo absolutamente trascendente, un primer Dios no cognoscible, con el hombre. El logos es así un segundo Dios, algo que aparece en términos similares en Filón de Alejandría, y que aparecerá luego en la fórmula griega del prólogo de Juan evangelista. En este último como verbo; lenguaje inteligente, inteligencia que vincula al hombre con Dios, y que se encarna como Dios-Hijo en la figura de Jesús, que es entonces el vínculo (camino) supremo del hombre con Dios-Padre.
Podría decirse que el cristianismo después de Nicea, ya en el el siglo IV, reúne en una sola figura el Uno, el nous y el alma del mundo de Plotino, para componer un sólo Dios trinitario, las tres personas: Padre, hijo y espíritu santo. Aunque el asunto ya está en Orígenes.
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Más sobre el logos en Juan:
“Y EL LOGOS ERA DIOS”.
Comentario de Orígenes al evangelio de Juan
SERGIO ZAÑARTU
Revista Teología • Tomo XLIX • Nº 108 • Agosto 2012: 91-100
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En todo caso, la influencia de la forma de abordar algunos problemas en la patrística tiene una clara influencia de las etapas medias del estoicismo. La forma concreta de exponer el problema del lenguaje en Panecio: la postura erguida del hombre libera las manos, permite una mandíbula menos fuerte y hace posible el lenguaje; se encuentra después casi idéntica en san Gregorio de Nisa.
En todo caso, la influencia de la forma de abordar algunos problemas en la patrística tiene una clara influencia de las etapas medias del estoicismo. La forma concreta de exponer el problema del lenguaje en Panecio: la postura erguida del hombre libera las manos, permite una mandíbula menos fuerte y hace posible el lenguaje; se encuentra después casi idéntica en san Gregorio de Nisa.
Posidonio
Si Panecio es el eslabón entre el estoicismo antiguo y el romano, en general, Posidonio es el eslabón entre Panecio y Cicerón. Un poco más joven que Panecio y su admirador, Posidonio abre un escuela en Rodas, y es allí donde acuden muchos romanos, entre ellos Cicerón.
Pero no sólo eso. Posidonio hereda de Polibio su inquietud por la historia y trata con visión histórica a largo plazo los éxitos de Roma y los peligros a los que se verá sometida si no se da una renovación moral. Asigna una misión al historiador: ser instrumento de la providencia divina, algo que es general para el hombre, pero con el carácter especial de detectar las fuerzas en juego, descubrir el devenir histórico y ayudar a comprender el universo, que es el fin último de la existencia humana.
El tema de la providencia está pues en Panecio, está en Posidonio y estará en Cicerón.
El tema de la providencia está pues en Panecio, está en Posidonio y estará en Cicerón.
El platonismo medio
Antioco de Ascalon (alrededor del 100 ANE) da un giro a la Academia para alejarse del escepticismo de Arcesilao y Carneades para acercarla al estoicismo. Lo cual no es un paso obvio, pues mientras la Academia se mantuvo escéptica su mayor contendiente fue el dogmatismo estoico.
¿Cuál es platonismo que conocieron los Padres de la Iglesia?
Lo más probable es que no tuvieran un contacto directo con las obras de Platón, sino con compilaciones o comentarios como el de Albino, que escribió una introducción a los diálogos de Platón alrededor del año 150 DNE.
Albino mezcla el pensamiento platónico con nociones aristotélicas y estoicas, y pasa por alto aquellos diálogos o partes de ellos como La República o Las Leyes cuando tratan de formas de Estado, que resultaban extraños a la experiencia y a la mentalidad del siglo II ( en el apogeo del Imperio).
Esta mezcla es la que conocieron lo padres de la iglesia en la segunda parte del siglo II y el siglo III. En particular san Justino y Clemente de Alejandría.
Esta mezcla es la que conocieron lo padres de la iglesia en la segunda parte del siglo II y el siglo III. En particular san Justino y Clemente de Alejandría.
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CONTEXTO FILOSÓFICO DE LOS PRIMEROS SIGLOS CRISTIANOS
Mercedes Bergadá
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Para estudiar el tema en profundidad:
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