Coordenadas: (1970, antropología, materialismo cultural, Universidad de Columbia)
El Materialismo cultural trata de explicar las diferencias y similitudes socioculturales dando prioridad a las condiciones materiales de la existencia humana
Cómo eran las cosas hace 30.000 años
A la pregunta de si siempre ha habido jefes y si los jefes son imprescindibles para que una sociedad no se autodestruya envuelta en permanentes conflictos, Marvin Harris responde que hace 30.000 años las sociedades eran igualitarias y funcionaban con el principio de reciprocidad: unas veces das, otras recibes, sin un cálculo exacto de lo que se da y de lo que se recibe. Si uno tiene un buen día, reparte la pieza cazada entre el grupo. Si uno tiene un mal día, come de lo que otros han cazado o recolectado.
Así lo explica Harris:
Supongamos que alguien con ansia de poder se levantara un buen día y le dijera al campamento:
"A partir de ahora, todas estas tierras y todo lo que hay en ellas es mío. Os dejaré usarlo, pero sólo con mi permiso y a condición de que yo reciba lo más selecto de todo lo que capturéis, recolectéis o cultivéis." Sus compañeros, pensando que seguramente se habría vuelto loco, recogerían sus escasas pertenencias, se pondrían en camino y, cuarenta o cincuenta kilómetros más allá, erigirían un nuevo campamento para reanudar su vida habitual de reciprocidad igualitaria, dejando al hombre que quería ser rey ejercer su inútil soberanía a solas.
"A partir de ahora, todas estas tierras y todo lo que hay en ellas es mío. Os dejaré usarlo, pero sólo con mi permiso y a condición de que yo reciba lo más selecto de todo lo que capturéis, recolectéis o cultivéis." Sus compañeros, pensando que seguramente se habría vuelto loco, recogerían sus escasas pertenencias, se pondrían en camino y, cuarenta o cincuenta kilómetros más allá, erigirían un nuevo campamento para reanudar su vida habitual de reciprocidad igualitaria, dejando al hombre que quería ser rey ejercer su inútil soberanía a solas.
¿Cómo llegaron a aparecer los jefes?
Los cabecillas
Los grupos tenían cabecillas, pero ser cabecilla puede resultar una responsabilidad frustrarte y tediosa.
"(el cabecilla) es el primero en levantarse por la mañana, intenta despabilar a sus compañeros gritándoles desde la plaza de la aldea. Si hay que hacer algo, es él quien acomete la tarea y trabaja en ella con más; ahínco que nadie. Da ejemplo no sólo de trabajador infatigable, sino también de generosidad. A las vuelta de una expedición de pesca o de caza, cede una mayor porción de la captura que cualquier otro, y cuando comercia con otros grupos, pone gran cuidado en no quedarse con lo mejor. Al anochecer reúne a la gente en el centro de la aldea y les exhorta a ser buenos. Hace llamamientos para que controlen sus apetitos sexuales, se esfuercen en el cultivo de sus huertos y tomen frecuentes baños en el río. Les dice que no duerman durante el día y que no sean rencorosos. Y siempre evitará formular acusaciones contra individuos en concreto".
Del cabecilla al gran hombre
"La mayor aspiración de todo muchacho Siuai era convertirse en mumi. Empezaba casándose, trabajando muy duramente y limitando su consumo de carne y nueces de coco. Su esposa y sus padres, impresionados por la seriedad de sus intenciones, se comprometían a ayudarle en la preparación de su primer festín.
El círculo de sus partidarios se iba ampliando rápidamente, y el aspirante a mumi empezaba a construir un local donde sus seguidores de sexo masculino pudieran entretener sus ratos de ocio y donde pudiera recibir y agasajar a los invitados. Luego daba una fiesta de inauguración del club y, si ésta constituía un éxito, crecía el círculo de personas dispuestas a colaborar con él y se empezaba a hablar de él como de un mumi".
Con todo el mumi, el gran hombre, incluso a los mumis más grandes aún les esperaba una vida de esfuerzo personal y dependencia de los humores e inclinaciones de sus seguidores. Ser mumi no confería la facultad de obligar a los demás a cumplir sus deseos ni situaba su nivel de vida por encima del de los demás
Con todo el mumi, el gran hombre, incluso a los mumis más grandes aún les esperaba una vida de esfuerzo personal y dependencia de los humores e inclinaciones de sus seguidores. Ser mumi no confería la facultad de obligar a los demás a cumplir sus deseos ni situaba su nivel de vida por encima del de los demás
De la reciprocidad a la redistribución. Del gran hombre al jefe
En las sociedades cazadoras-recolectoras, aquellos que intentan intensificar la captura de animales y la recolecta de plantas silvestres aumentan el riesgo de agotamiento de los recursos animales y vegetales (con pocas excepciones) . las soiedades agrarias, sin embargo, empiezan a tener un margen para la intesificación.El ansia de prestigio social que algunas personas tieneN de forma innata o adquirida, tiene más posibilidades de desarrollarse cuanto más intensificable sea la producción.
Cuanto más concentrada y abundante sea la cosecha y menos
perecedero el cultivo, tanto más crecen las posibilidades de grandes hombres
de adquirir poder sobre el pueblo. Mientras que otros solamente
almacenaban cierta cantidad de alimentos para sí mismos, los graneros de
los redistribuidores eran los más nutridos. En tiempos de escasez la gente
acudía a ellos en busca de comida y ellos, a cambio, pedían a los individuos
con aptitudes especiales que fabricaran ropa, vasijas, canoas o viviendas de
calidad destinadas a su uso personal. Al final el redistribuidor ya no
necesitaba trabajar en los campos para alcanzar y superar el rango de gran
hombre
La gestión de los excedentes de cosecha, que en parte seguía
recibiendo para su consumo en festines comunales y otras empresas de la
comunidad, tales como expediciones comerciales y bélicas, bastaban para
legitimar su rango. De forma creciente, este rango era considerado por la
gente como un cargo, un deber sagrado transmitido de una generación a
otra con arreglo a normas de sucesión hereditaria. El gran hombre se había
convertido en jefe.
La guerra
El poder para dar órdenes y ser obedecido, se incubó, al igual que el poder de los hombres sobre
las mujeres, en las guerras libradas por grandes hombres y jefes. Si no
hubiera sido por la guerra, el potencial de control latente en la semilla de la
redistribución nunca hubiera llegado a fructificar.
Al asignar participaciones diferentes a los hombres más
cooperativos, leales y eficaces en el campo de batalla, los jefes podían
empezar a construir el núcleo de una clase noble, respaldados por una fuerza
de policía y un ejército permanente.. Los hombres del común que se zafaban
de su obligación de hacer donaciones a sus jefes, que no alcanzaban las
cuotas de producción o se negaban a prestar su trabajo personal para la
construcción de monumentos y otras obras públicas eran amenazados con
daños físicos.
Aunque Harris no propone la guerra como el único factor. La espada puede ir unida a la recompensa y a la religión.
No todos los intentos de crear un jefatura triunfaron, algunos fracasaron, y sólo algunas lograron cruzar el umbral para crear un Estado.
Los primeros estados evolucionaron a partir de jefaturas, pero no todas las jefaturas pudieron evolucionar hasta convertirse en Estados. Para que tuviera lugar la transición tenían que cumplirse dos condiciones.
1. La población no sólo tenía que ser numerosa (de unos 10.000 a 30.000 personas), sino que también tenía que estar "circunscrita", esto es, sin tierras utilizables a las que pudiera huir.
2. Tener reservas alimenticias almacenables.
Limitados en un principio a permanecer en las márgenes de una corriente de agua natural, los sumerios pronto llegaron a depender totalmente del regadío para abastecer de agua sus campos de trigo y cebada, quedando así inadvertidamente atrapados en la condición final para la transición hacia el Estado. Cuando los aspirantes a reyes empezaron a ejercer presiones para exigirles más impuestos y mano de obra para la realización de obras públicas, los plebeyos de Sumer vieron que habían perdido la opción de marcharse a otro lugar. ¿Cómo iban a llevarse consigo sus acequias, sus campos irrigados, jardines y huertas, en las que habían invertido el trabajo de generaciones? Para vivir alejados de los ríos hubieran tenido que adoptar modos de vida pastorales y nómadas en los que carecían de la experiencia y la tecnología necesarias
Los arqueólogos no han podido determinar con exactitud dónde y cuándo
tuvo lugar la transición sumeria, pero en 4350 a.C. empezaron a erigirse en
los asentamientos de mayor tamaño unas estructuras de adobe con rampas
y terrazas, llamadas zigurat, que reunían las funciones de fortaleza y templo.
Al igual que los túmulos, las tumbas, los megalitos y las pirámides repartidas
por todo el mundo, los zigurat atestiguan la presencia de jefaturas avanzadas
capaces de organizar prestaciones laborales a gran escala,
La condición de posibilidad de las diferencias entre individuos es que haya excedentes ( no muy rápidamente perecederos)
Para que esas diferencias se acentúen, hace falta que los disidentes con la forma en que se hace el reparto de excedentes no tengan un lugar mejor donde ir.
La forma de hacer los repartos y la apropiación de excedentes de otros genera conflictos, que mejoran la posición de los vencedores.
El mecanismo por el que las diferencias en la jerarquía social se hacen muy grandes tiene que ver con la organización de las grandes obras hidráulicas vinculadas a la agricultura de regadío. Ese es el germen de las prestaciones laborales a gran escala.
Falta más énfasis en la importancia de la organización de las obras como factor desencadenante. La guerra o el comercio, para ser practicados a gran escala con rendimiento, presuponen algo más importante que saquear, defender, o comerciar.
Falta distinguir el perfil humano del jefe organizador de grandes obras, del perfil del señor de la guerra. el primero es más próximo al sacerdote que al guerrero. Falta discernir quien utiliza a quien en caso de que no coincidan.
Falta el análisis empírico histórico que saque a la luz los mecanismos causales concretos.
Los Estados, dice Harris, poseen la capacidad de gestión y el poderío militar necesarios para arrancar trabajos forzados y recursos de los pueblos sometidos. Al integrar a las poblaciones derrotadas en la clase campesina alimentaron una ola creciente de expansión territorial. Cuanto más populosos y productivos se hacen, tanto más aumenta su capacidad para derrotar y explotar a otros pueblos y territorios, por eso pregunta: ¿Seremos alguna vez capaces de domar esta creación del hombre de la misma manera que domamos las ovejas y las cabras de la naturaleza?
Según esta tesis, los excedentes hacen posible la desigualdad. La cuestión es si la hace necesaria, y en qué grado.
Aunque Harris no propone la guerra como el único factor. La espada puede ir unida a la recompensa y a la religión.
De las jefaturas a los estados
No todos los intentos de crear un jefatura triunfaron, algunos fracasaron, y sólo algunas lograron cruzar el umbral para crear un Estado.
Los primeros estados evolucionaron a partir de jefaturas, pero no todas las jefaturas pudieron evolucionar hasta convertirse en Estados. Para que tuviera lugar la transición tenían que cumplirse dos condiciones.
1. La población no sólo tenía que ser numerosa (de unos 10.000 a 30.000 personas), sino que también tenía que estar "circunscrita", esto es, sin tierras utilizables a las que pudiera huir.
2. Tener reservas alimenticias almacenables.
Limitados en un principio a permanecer en las márgenes de una corriente de agua natural, los sumerios pronto llegaron a depender totalmente del regadío para abastecer de agua sus campos de trigo y cebada, quedando así inadvertidamente atrapados en la condición final para la transición hacia el Estado. Cuando los aspirantes a reyes empezaron a ejercer presiones para exigirles más impuestos y mano de obra para la realización de obras públicas, los plebeyos de Sumer vieron que habían perdido la opción de marcharse a otro lugar. ¿Cómo iban a llevarse consigo sus acequias, sus campos irrigados, jardines y huertas, en las que habían invertido el trabajo de generaciones? Para vivir alejados de los ríos hubieran tenido que adoptar modos de vida pastorales y nómadas en los que carecían de la experiencia y la tecnología necesarias
Interpretación de la tesis de M. Harris
La condición de posibilidad de las diferencias entre individuos es que haya excedentes ( no muy rápidamente perecederos)
Para que esas diferencias se acentúen, hace falta que los disidentes con la forma en que se hace el reparto de excedentes no tengan un lugar mejor donde ir.
La forma de hacer los repartos y la apropiación de excedentes de otros genera conflictos, que mejoran la posición de los vencedores.
El mecanismo por el que las diferencias en la jerarquía social se hacen muy grandes tiene que ver con la organización de las grandes obras hidráulicas vinculadas a la agricultura de regadío. Ese es el germen de las prestaciones laborales a gran escala.
¿Perfeccionamiento de la tesis?
Falta más énfasis en la importancia de la organización de las obras como factor desencadenante. La guerra o el comercio, para ser practicados a gran escala con rendimiento, presuponen algo más importante que saquear, defender, o comerciar.
Falta distinguir el perfil humano del jefe organizador de grandes obras, del perfil del señor de la guerra. el primero es más próximo al sacerdote que al guerrero. Falta discernir quien utiliza a quien en caso de que no coincidan.
Falta el análisis empírico histórico que saque a la luz los mecanismos causales concretos.
Consecuencias de la tesis
Los Estados, dice Harris, poseen la capacidad de gestión y el poderío militar necesarios para arrancar trabajos forzados y recursos de los pueblos sometidos. Al integrar a las poblaciones derrotadas en la clase campesina alimentaron una ola creciente de expansión territorial. Cuanto más populosos y productivos se hacen, tanto más aumenta su capacidad para derrotar y explotar a otros pueblos y territorios, por eso pregunta: ¿Seremos alguna vez capaces de domar esta creación del hombre de la misma manera que domamos las ovejas y las cabras de la naturaleza?
Según esta tesis, los excedentes hacen posible la desigualdad. La cuestión es si la hace necesaria, y en qué grado.
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Leer a Marvin Harris directamente:
jefes, cabecillas y abusones.
Leer a Marvin Harris directamente:
jefes, cabecillas y abusones.
Harris, de acuerdo con su filiación a la corriente del materialismo cultural, pone el acento en las condiciones materiales de la existencia humana; y en concreto, en esos momentos fundacionales del Estado, pone el acento en los excedentes de productos alimentarios. Michael Mann, hace un plantemiento en el que reparte el peso de la generación del poder entre distintas fuentes: económicas, políticas, militares e ideológicas.
LAS FUENTES DEL PODER SOCIAL. MICHAEL MANN REVISITADO.
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GENEALOGÍA DEL PODER EN LOS IMPERIOS ANTIGUOS. LA TECNOLOGÍA HIDRAULICA
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