Jean-Pierre Vernant se hizo un nombre a nivel mundial con obras como 'Los orígenes del pensamiento griego' (1962) o 'Mitos y religión en la Grecia antigua' (1990) o 'Mito y política' (1996). Pero fue en 1999, con 'El universo, los dioses y los hombres' cuando tuvo un gran éxito editorial.
Vernant decía:
Fiel a este propósito, pasa toda su vida comprometido en esta búsqueda y difunde su conocimiento no sólo a través de la publicación de sus obras sino en su carrera docente, iniciada en 1940 como maestro en un instituto de Toulouse.
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En 1948 empezó su carrera como investigador en el Centro Nacional de Investigación Científica (CNRS). En 1964 fundó el Centro de Investigaciones comparadas sobre las sociedades antiguas. De 1975 a 1984 fue profesor titular de la cátedra de estudios comparados de las religiones antiguas. Su talento y trabajo fue premiado en varias ocasiones. Jean-Pierre Vernant era Comendador de la Legión de Honor, medalla de oro del CNRS y Gran oficial del Mérito.
También fue un héroe de la resistencia en la Segunda Guerra Mundial en la que entró en 1940 a través de su adhesión a las juventudes comunistas. Conocido bajo el pseudónimo de "Coronel Berthier".
En palabras de Claude Mossé, profesora emérita de la Universidad París VIII;
"Venant es uno de los intelectuales que más han abierto las posibilidades de la reflexión en torno a lo político...".
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"Venant es uno de los intelectuales que más han abierto las posibilidades de la reflexión en torno a lo político...".
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Mitos, dioses y hombres
Desde la castración de Urano a las artimañas de Zeus, desde la invención de la mujer al viaje de Ulises, desde las aventuras de Europa al destino cojitranco de Edipo y a la persecución de las Gorgonas, nos hace escuchar los viejos mitos, siempre vivos.
Vernant, quien ha dedicado su vida a la mitología griega, nos permite ahora descifrar su sentido, frecuentemente múltiple. Es en este encuentro del narrador con el sabio donde reside la originalidad de la obra.
Escribe Vernant en el prólogo: "Cuando mi nieto era pequeño y pasaba sus vacaciones con mi mujer y conmigo, se estableció entre nosotros una ley tan inviolable como la higiene y las comidas: cada noche, cuando llegaba la hora de ir a la cama, su voz me llamaba desde su cuarto, a veces con impaciencia: '¡Abuelo, la historia, la historia!' Yo me sentaba a su lado y le narraba una leyenda griega. Me encantaba transmitirle de manera directa, de mi boca a su oído, algo de ese universo griego al que estoy apegado y cuya supervivencia en cada uno de nosotros me parece más necesaria que nunca en el mundo actual.
"He tratado de narrar como si la tradición de esos mitos pudiera perpetuarse. La voz que otrora, durante siglos, llegaba directamente a los oyentes griegos, y que ha callado, yo quisiera que la escucharan los lectores de hoy y que en ciertas páginas de este libro, si lo he logrado, sea su eco el que siga resonando... ".
Realmente, Vernat cuenta de un modo bastante agradable de leer los mitos que narran la sucesión de la distintas generaciones de dioses, los relatos de Homero y algunas tragedias griegas: Las bacantes y Edipo rey.
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Con todo, no son estos relatos los que más interés pueden tener ahora. Se puede volver a Vernant para relleer Los origenes del pensamiento griego y su visión del paso del relato mítico al pensamiento racional, que matiza la versión clásica de Nestle.
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Mito y logos en Nestle
El nacimiento de la filosofía fue caracterizado por W. Nestlé con la conocida expresión del “paso del mito al lógos”. Con esto, este filólogo alemán describe una importante transición en la manera de pensar de los griegos, que fueron capaces de dejar atrás un pensamiento mítico, que encontraba en los dioses la explicación a lo que ocurre en la realidad, para ir acercándose a un pensamiento lógico, racional, naturalista, que aspira a descubrir las causas de los fenómenos en la naturaleza misma.
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HISTORIA DEL ESPÍRITU GRIEGO.
DESDE HOMERO HASTA LUCIANO
DESDE HOMERO HASTA LUCIANO
Primera edición en alemán (1944)
WILHELM NESTLE
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Los orígenes del pensamiento griego en Vernant
Vernant se plantea el ocaso del mito y el advenimiento del pensamiento racional en diferentes términos que Nestle. Su punto de arranque es incluso más antiguo, en la cultura micénica, todavía en la Edad del Bronce, en un recorrido que va de la monarquía a la isonomía.
Arranca de los albores del segundo milenio en el que los actores del entorno geográfico del Egeo son los micénicos, los minoícos de Creta; y en Anatolia, los hititas y los de Mitanni.
Destaca un aspecto tecnológico como relevante en la relaciones entre estos actores: el carro de guerra, que contribuye al dominio de los micénicos en la región y a sustituir a los cretenses en su trato con hititas y egipcios.
Describe la monarquía micénica como una monarquía burocrática que reglamenta, organiza y distribuye; con similitudes con la organización egipcia y mesopotámica, pero también con diferencias importantes que se derivan de las necesidades distintas que presenta la organización de la irrigación fluvial a gran escala con resopecto de la organizacón del comercio, producción y distribución de bienes en un entorno dominado por el mar como medio y con asentamientos más rurales.
La monarquía micénica tiene un componente feudal, que le viene dado por el grupo destacado de guerreros que actúan como barones feudales, que le hace parecerse a la monarquía hitita y que recuerda que su dominio ha sido adquirido por las armas frente a la organización palacial cretense.
En realidad, la monarquía micénica es usufructuaria de un sistema de organización palacial que imita y que hereda de los cretenses, y que cae con la invasiones dorias. Perdido el elemento de cohesión general, se ruraliza el poder sobre la base de señores locales: el basileo. Se pierden los elementos burocráticos y se acentúan los elementos feudales.
El rasgo más visible de esa burocracia caída es la desaparición de la escritura, que estaba vinculada muy estrechamente con los palacios.
La aristocracia sustituye a la monarquía, y con ello trae los valores agonales de lucha, de rivalidad y de competencia.
En ese contexto, entre los siglos VIII y VII surge la polis. El lugar en el que la lucha se produce sobre todo con la palabra como arma. La fuerza de persuasión como herramienta de poder. El debate argumentativo como el modo de resolver quién tiene la razón y quién va a influir en la toma de decisiones.
La escritura se recupera, importada de los fenicios, ahora no como un saber especializado de los escribas de palacio sino como una habilidad disponible para el público. Esta apertura convive no obstante con el poder ejercido a través de oráculos, que opera por vías misteriosas y medios sobrenaturales.
El racionalismo político que se expresa a través de los debates en la asamblea no excluye los antiguos procedimientos religiosos de gobierno, ni la sabiduria secretista que solo se transmite a los iniciados.
Del mismo modo, la filosofía nace también en una posición ambigua.
Los primeros sabios
¿Qué tienen en común los siete sabios, por lo demás tan diferentes entre sí?
Les une estar vinculados de alguna manera a las reformas éticas que tratan de superar la crisis económica y de valores del siglo VII.
En el siglo VIII el comercio marítimo a largas distancias se había recuperado y con ello aparece un nuevo perfil humano que no tienen en la guerra su fuente de prestigio. sino en la ostentación de riqueza que procede de las habilidades para comerciar.Cambia también una tecnología de base fundamental: la metalurgia del bronce se sustituye por la metalurgia del hierro y con todo ello se tiene planteado el problema agrario.
Pero es un tiempo también de efervescencia religiosa y de reflexión moral que se orienta hacia una ascética que se opone precisamente al lujo que se deriva del el comercio, que propone una vida esforzada. la esencia de la riqueza es la falta de mesura que condena la máxima de los sabios que está inscrita en Delfos: nada en exceso.
Entre los muy ricos y los desposeídos se presentan como mediadores los hombres prudentes. Solón se presenta como árbitro, como mediador y conciliador.
La igualdad que resulta no es aritmética sino geométrica, proporcional a la virtud.
Pero ese trabajo de mediación no sólo corresponde a hombres como Solón. Vernant recuerda en este punto que otros personajes también intervinieron de un modo destacado.
Uno de ellos es Epiménides.
Plutarco lo define como un sabio en cuestiones divinas, dotado de una sabiduría (sophia) entusiástica e iniciática. Es a Epiménides a quien se llama para que acuda a Atenas para arrojar de ella la miasma que afecta a la ciudad después de la muerte de los Cilónides.
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Promotor de ritos catárticos, es también un adivino, según el informe de Aristóteles, que descubre el pasado, no el futuro. Su don de doble vista descubre las faltas pasadas, desvela los crímenes ignorados y señala las consecuencias que ellos tienen para la ciudad.
Pero además de reformador religioso que funda santuarios y ritos, Epiménides aparece como un consejero político asociado a la obra legislativa de Solón.
Que el asesinato deje de ser un asunto privado que se resuelve con un ajuste de cuentas tiene que ver también con el sentimiento religioso que incorpora el orfismo y su enseñanza sobre el destino de las almas.
Pero no hay que olvidar desde luego que todo eso en manos de Solón se vuelve racionalidad legislativa bajada del cielo a la tierra.
Una racionalidad con el trasfondo ético de la mesura (sophrosyne) que se opone a lo excesos (hybris), que implica conocerse a sí mismo para dominarse a sí mismo.
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En este mundo de valores diferentes a los de la cultura micénica y diferentes también de los de la Edad Oscura, nace la filosofía.
En este mundo de valores diferentes a los de la cultura micénica y diferentes también de los de la Edad Oscura, nace la filosofía.
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Jean Pierre Vernant
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El paso del mito al logos matizado
La producción filosófica no camina en una evolución lineal desde el relato mítico al discurso racional. La dos vías, la del mito y la de la racionalidad lógica avanzan entrecruzándose.
La racionalidad argumentativa que se da en al asamblea de la polis y los mitos conviven.
(la actual corriente filosófica hermenéutica. que sigue la estela de Nietzsche, Heidegger y Gadamer, postula un doble inicio para la filosofía: uno que empieza con Tales (uno de los siete sabios) y ligado por tanto a la racionalidad de la polis, y el otro que empieza con Pitágoras más vinculado al orfismo).
Según esta forma de ver las cosas, el orfismo aparece como uno de esos puntos de cruce, en el que hace una síntesis del relato mítico y del discurso racional. Algo que puede calificarse, utilizarse un neologismo, de narratológico, término que trata de resaltar ese doble aspecto de crítica a los relatos míticos anteriores, pero que a la vez mantiene el elemento trascendente fundamental.
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