Francés de nacimiento, Calvino abandona París en 1534 y busca refugio en Basilea (Suiza). 1536 fue un año decisivo en su vida: por un lado, publicó un libro en el cual sistematizaba la doctrina protestante -Las instituciones de la religión cristiana-, que alcanzaría enseguida una gran difusión; y por otro, llegó a Ginebra, donde la creciente comunidad protestante le pidió que se quedara para ser su guía espiritual. Calvino se instaló en Ginebra, pero en 1538 es expulsado de la ciudad por el excesivo rigor moral que había tratado de imponer a sus habitantes.
Pero en 1541 los ginebrinos volvieron a llamarle y, esta vez, Calvino no se limitó a predicar y a tratar de influir en las costumbres, sino que asumió un verdadero poder político, que ejercería hasta su muerte. Aunque mantuvo formalmente las instituciones representativas tradicionales, estableció un control de hecho sobre la vida pública, basado en la asimilación de comunidad religiosa y comunidad civil.
Un Consistorio de ancianos y de pastores -dotado de amplios poderes para castigar- vigilaba y reprimía las conductas para adaptarlas estrictamente a la que suponían voluntad divina: fueron prohibidos y perseguidos el adulterio, la fornicación, el juego, la bebida, el baile y las canciones obscenas; hizo obligatoria la asistencia regular a los servicios religiosos; y fue intolerante con los que consideraba herejes (como Miguel Servet, al que hizo quemar en la hoguera en 1553). El culto se simplificó, reduciéndolo a la oración y la recitación de salmos, en templos extremadamente austeros de donde habían sido eliminados los altares, santos, velas y órganos.
La lucha por imponer todas estas innovaciones se prolongó hasta 1555, con persecuciones sangrientas, destierros y ejecuciones; después, Calvino reinó como un dictador incontestado. Ginebra se convirtió así en uno de los más importantes focos protestantes de Europa, desde donde irradiaba la Reforma. El propio Calvino se esforzó hasta el final de su vida por hacer proselitismo, extendiendo su influencia religiosa, especialmente hacia Francia.
Capaz de hacer frente a la Contrarreforma católica, el calvinismo superó pronto en influencia al luteranismo (limitado al norte de Alemania y los países escandinavos): calvinista fue el protestantismo dominante en Suiza y en Holanda, así como el de los hugonotes franceses, los presbiterianos escoceses o los puritanos ingleses (que después emigraron a Norteamérica), y otras comunidades importantes de tendencia calvinista surgieron en países como Hungría, Polonia y Alemania.
Calvino se opuso siempre a la fusión de las iglesias reformadas inspiradas por él con las de inspiración luterana, alegando irreductibles diferencias teológicas. Entre éstas destaca la doctrina de la predestinación: según Calvino, Dios ha decidido de antemano quiénes se salvaran y quiénes no, con independencia de su comportamiento en la vida; el hombre se salva si ha sido elegido para ese destino por Dios; y las buenas obras no constituyen méritos relevantes a ese respecto, sino una conducta también prevista por el Creador.
Quienes han sido destinados a la salvación han sido también destinados a llevar una vida recta. Esta doctrina produjo entre los creyentes calvinistas un efecto moralizante (por aquello de no autoexcluirse), caracterizándose dichas comunidades por un extremado rigor moral y una dedicación sistemática al trabajo, Y una peculiaridad: admitir el préstamo con interés.
Desde Max Weber algunos historiadores ven en la ética calvinista el «caldo de cultivo» más propicio para el desarrollo de la moderna economía capitalista.
Desde Max Weber algunos historiadores ven en la ética calvinista el «caldo de cultivo» más propicio para el desarrollo de la moderna economía capitalista.
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¿Cómo justifica Calvino el préstramo con interés?
El cristianismo tradicionalmente interpretó la regla „prestad, no esperando de ello nada“ (Lc. 6,35) en el sentido de que todo lo que el acreedor recibe por sobre el reembolso de una deuda es una usura reprobable.
En el pensamiento medieval también se consideraba usura cuando el acreedor explota a una persona pobre y se apodera de su tiempo, el cual sólo le pertenece a Dios.
En el pensamiento medieval también se consideraba usura cuando el acreedor explota a una persona pobre y se apodera de su tiempo, el cual sólo le pertenece a Dios.
Calvino contrapone a este pensamiento una perspectiva que establece una clara diferencia entre interés justo e interés injusto. Un interés justo es cuando el préstamo sirve para la creación y el desarrollo de empresas, aportando así una ganancia al receptor del préstamo.
A fin de defender este concepto, Calvino incluso se aparta de los mandamientos del Antiguo Testamento. En 1545 escribe: en cuanto a los intereses no hay que juzgar de acuerdo a determinada y particular Palabra de Dios, sino sólo según la regla de lo que es legal, añadiendo incluso que no se debe realizar nada que no concuerde con la legalidad natural, y si esto se comprueba conforme a la regla de Cristo, a saber, "no hagas a los demás lo que no te gustaría que te hicieran", entonces es posible que esta regla (la de no prestar con interés) no sea apropiada en todos los casos.
Calvino afirma que el préstamo para fines no productivos, como por ejemplo para gastos de consumo, debe seguir estando libre de intereses. Al respecto escribe por ejemplo: No se debe cobrar intereses a los pobres y no se debe forzar a nadie que se encuentre en la estrechez por necesidad o sea víctima de la desgracia.
Conforme a Calvino, se prohíbe el cobro de interés cuando éste atenta "contra la legalidad o el amor", en cambio, es absolutamente lícito cuando el monto prestado sirve para poder enriquecer al receptor del crédito.
Conforme a Calvino, se prohíbe el cobro de interés cuando éste atenta "contra la legalidad o el amor", en cambio, es absolutamente lícito cuando el monto prestado sirve para poder enriquecer al receptor del crédito.
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Desde el punto de vista de un calvinista actual, Calvino no tiene desde luego el objetivo de fundar el capitalismo ni ningún otro sistema económico. Su objetivo es liberar a los pobres de su pobreza.
Sin embargo, la relación entre calvinismo y capitalismo aparece como una explicación racional aceptable, ¿es entonces Calvino un instrumento en manos de otros que si ven en él un buen ponente de las ideas de la ética del trabajo y del préstamo con interés?
La posible respuesta a esa cuestión está quizás en averiguar quiénes y por qué expulsaron a Calvino de Ginebra, y quiénes y por qué reclamaron su presencia tres años más tarde.
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Desde 1538 hasta 1541 residió en Estrasburgo, donde creó una nueva liturgia y asentó nuevas instituciones parroquiales, al tiempo que dirigía personalmente una congregación.
En esos años participó en varios concilios entre católicos y protestantes y conoció a importantes teólogos luteranos como Melanchton y Martín Lutero.
En la primera estancia en Ginebra, entre 1536 y 1538, La ciudad había adoptado recientemente el protestantismo, como consecuencia de una rebelión de los burgueses contra el obispo, pero carecía de una doctrina y una organización. Calvino les pareció una persona adecuada para realizar esa función, pero como hemos visto elaboró un código litúrgico y moral tan severo que fue expulsado por el consejo ginebrino.
Desde 1538 hasta 1541 residió en Estrasburgo, donde creó una nueva liturgia y asentó nuevas instituciones parroquiales, al tiempo que dirigía personalmente una congregación. En esos años participó en varios concilios entre católicos y protestantes y conoció a importantes teólogos luteranos como Melanchton y Martín Lutero.
Mientras tanto, Ginebra se debatía entre el caos interior, la amenaza católica externa, y quizás sobre todo se debate su autonomía con respecto de Berna.
Así las cosas, se vuelve a llamar a Calvino. Éste, a su regreso, aplicó sus ideas religiosas, de gran austeridad, y por medio de las Ordenanzas eclesiásticas organizó la iglesia de Ginebra, que sería la base de todas las iglesias del protestantismo reformado.
Así las cosas, se vuelve a llamar a Calvino. Éste, a su regreso, aplicó sus ideas religiosas, de gran austeridad, y por medio de las Ordenanzas eclesiásticas organizó la iglesia de Ginebra, que sería la base de todas las iglesias del protestantismo reformado.
Durante los años siguientes, tras eliminar a todos sus opositores -sin dudar en ejecutarlos cuando lo consideraba preciso-, Calvino se convirtió en rector absoluto de Ginebra, tanto en el aspecto religioso como en el económico y político.
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La biografía de Calvino en versión extendida
(desde el punto de vista calvinista)
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La biografía de Calvino en versión extendida
(desde el punto de vista calvinista)
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