En el relato de Umberco Eco, Ubertino (1259-1330) aparece como un personaje que está como oculto en la abadía. Parece entenderse que había sido un líder de la facción franciscana de los espirituales, los fraticelli, que en el momento del relato están siendo perdedores en su lucha por cómo ha de ser el espíritu genuino de la orden franciscana.
Pero Ubertino no es realmente un perdedor, si se tiene en cuenta que forma parte de un conflicto a gran escala. Una escala mayor, incluso, que la lucha entre franciscanos y dominicos, que siendo muy importante, no es la crucial para el desenvolvimiento de los acontecimientos que llevarán a la crisis de la Edad Media y al final de la teocracia tal como había sido en el momento de su apogeo con Inocencio III. En esa crisis, finalmente, las cosas se decantarán del el lado en el que milita Ubertino, aunque realmente lo que el defiende, la pobreza evangélica en estado puro, no triunfará; pero si lo hará el bando al que pertenece, liderado por el emperador, pero, sobre todo, liderado por el rey de Francia. Lo que saldrá de este conflicto es un nuevo orden el que los estados nacionales, y en concreto el reino de Francia, son el poder emergente.
¿Qué papel juega ahí Ubertino?
Suministrar, junto con otros, los argumentos que han de socavar la legitimidad del poder temporal del Papa.
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Ubertino de CasaleEnciclopedia católica online
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¿Cómo se llego a forjar la alianza entre el emperador, el rey de Francia y los defensores de la pobreza extrema?
Sin duda la respuesta más breve es que tenían un enemigo común: el Papa. Ahora bien, eso no es en principio suficiente y tuvieron que darse no pocos acontecimientos para que esa alianza cuajara.
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Quintín Racionero.
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Para que la alianza se formara tuvo que haber, primero un papa favorable a las tesis de los espirituales: Celestino V, y después, un papa contrario, que quiso reconstruir además la teocracia de Inocencio III: Bonifacio VIII.
El intento de restaurar la teocracia de Bonifacio VIII
Bonifacio VIII fue el último gran representante de la soberanía pontificia medieval. Su derrota en el choque con la Francia de Felipe IV fue, por eso, mucho más que un fracaso personal; fue la derrota de la tesis del dominio universal del papado. fue el último que pretendió llevar hasta sus últimas consecuencias el universalismo pontificio medieval.
El atentado de Anagni, durante el cual el papa es retenido varios días, es el culmen de la impotencia de Bonifacio VIII para hacer frente a Felipe IV de Francia, inauguraba el siglo xiv para la iglesia, en el que esta quedó a merced de los reyes franceses, que culminó con el traslado del papado a Aviñón. Su pontificado representa el fin de la pretensión de dominio universal del Papa frente a los poderes monárquicos de las nacientes naciones de Europa.
El Papa comete un error de cálculo al pensar que puede enfrentarse con el rey de Francia y salir vencedor, tal como había hecho al enfrentarse con la familia Colonna.
el Papa tiene pues enemigos potentes: el rey de Francia, los Colonna y los espirituales franciscanos.
Bonifacio muere en el año 1303. Ubertino tiene por entonces unos cuarenta años y le queda bastante vida por delante.
Un asunto no trivial ni evidente es qué tipo de discurso, proporcionado por defensores de la pobreza extrema, puede serle útil al rey de Francia.
El problema de la propiedad
La visión de los autores franciscanos sobre la libertad, el valor de la riqueza y la pobreza para la vida humana y su fin
trascendente, y las polémicas políticas en que se vieron involucrados en el siglo
XIV, fue significativo para el desarrollo de varias tesis políticas de gran calado.
Uno puede preguntarse si al hacer uso de algo, este algo, se consume o no. Si no lo hace es posible
separar el dominio y la propiedad respecto del usufructo y el uso. Si lo
hace, entregar su uso implica también la propiedad y el dominio total de ese algo,
porque tras el uso la realidad desaparece.
El dominio de un bien fungible y su uso tiene un papel
central en la particular vocación y seña de identidad de la orden franciscana:
pues desde su fundación con San Francisco de Asís, uno de sus votos compromete a los frailes a la pobreza apostólica, de manera que no sean nunca dueños
–ni particular ni colectivamente– de ninguno de los bienes que usan, incluidos
los bienes fungibles.
Llevar estas tesis al extremo no está desde luego en la línea de Bonifacio VIII. El enfrentamiento entre los franciscanos espirituales y el Papa es claro.
Cómo se ponen en contacto los franciscanos espirituales y el rey de Francia
Los franciscanos espirituales llegan hasta el rey de Francia de la mano de la familia Colonna, con esto, los tres principales enemigos del papa y están en contacto. Se trata ahora de que los franciscanos articulen un discurso contra el poder temporal del papa.
La transformación del milenarismo de Joaquín de Fiore en un pensamiento político
Antonio Piñero
"Hay tres tiempos de la historia: a cada uno de los tres órdenes corresponde en cada uno de esos tiempos o fases de la historia una función predominante, pero no exclusiva. Primero, el orden de los laicos/cónyuges que domina el tiempo del Antiguo Testamento (hasta Juan Bautista). Segundo, el orden de los clérigos, que corresponde al tiempo del Hijo o tiempo de la Iglesia (desde la Pascua hasta los momentos actuales de Joaquín); y, tercero, el orden de los monjes, que corresponde a los tiempos del Espíritu, los momentos finales del mundo antes del Juicio final (que, para entendernos, denominaremos como «milenarista», aunque según Joaquín esta expresión no hay que entenderla al pie de la letra). La historia va dando vueltas como si trazara círculos ascendentes, y pasa desde el dominio de las funciones menestrales de los laicos hasta la sublimidad del conocimiento otorgado por el Espíritu en esos momentos finales, donde el orden que domina es el de los monjes, dedicados a la contemplación de la verdad".
La argumentación política-filosófica de Ubertino.
Ubertino defiende el conciliarismo frente al monarquismo papal: la autoridad de Dios está en el pueblo de Dios. El concilio es superior al Papa.
Esta tesis la apoya en una argumentación filosófica.
- La soberanía civil puede estar legítimamente concentrada en unas manos porque tiene poder sobre lo cuerpos y ello exige unidad y concentración de poder para aplicar la leyes. Esa unidad se concentra en las manos del rey.
- La soberanía de la iglesia, sin embargo, tiene poder sobre las almas, que serán juzgadas en el cielo, pero no pueden ser reprimidas en la tierra. El Papa no puede ejercer un poder represor.
Esta argumentación es utilizada por el rey de Francia a su favor y en contra del Papa Bonifacio VIII, que es incluso declarado hereje, y se intenta su detención (atentado de Anagni), que es evitada por un levantamiento popular. El Papa queda en todo caso muy tocado y muere un mes después.
En 1316, Miguel de Cesena es elegido ministro general de la orden franciscana y desde ese puesto apoya a la corriente espiritual.
Juan XXII el 7 de octubre de 1317, por medio de la
bula papal Quorumdam exigit ordenó que los así llamados espirituales, que habían iniciado formas de vida eremítica, se sometieran a la obediencia de los superiores de su comunidad.
La Bula fue calurosamente protestada por Miguel y sus partidarios que reclamaron que, adoptando la pobreza estricta, en la que Miguel había insistido en sus cartas, estaban siguiendo el ejemplo y las enseñanzas de Cristo y sus apóstoles.
La controversia se convierte en estos años en una cuestión de especulaciones teológicas: si era o no era consonante con la Fe católica afirmar que Cristo y los apóstoles no tenían propiedad alguna, individualmente o en común.
En 1327, Miguel fue llamado ante el papa. Fingió estar enfermo y tardó; pero obedeció a una llamada posterior y se le prohibió por el papa, bajo pena de grave censura, dejar Aviñón. Así estuvo incapacitado para asistir al capítulo habido en Bolonia en mayo del año siguiente (1328); todavía, a pesar de su ausencia y la protesta del legado papal, fue reelegido ministro general, el capítulo juzgó que las acusaciones contra él eran insuficientes para privarlo de su cargo. Varios prelados y príncipes escribieron al papa en nombre de Miguel; pero antes de que estas cartas o el resultado del capítulo pudieran alcanzar Aviñón, Miguel, con Guillermo de Ockham y Bonagracia de Bérgamo, que también estaban retenidos por el papa en Aviñón, huyeron de noche (25 de mayo) en una galera que les envió el emperador Luís de Baviera.
En Pisa, dónde fueron recibidos triunfalmente por los partidarios de Luís, se les unieron otros cismáticos, el ministro general publicó una apelación solemne al papa para un concilio (12 de dic. de 1328), lo anunció en la puerta de la catedral, y el día siguiente leyó a la multitud congregada un decreto del emperador Luís deponiendo a Juan XXII. El papa emitió la Encíclica "Quia vir reprobus", advirtiendo a los creyentes contra Miguel; y éste último contestó en sus "Ad perpetuam rei memoriam innotescat quod ego, Fr. Michael" (25 de nov. de 1330) y "Christianæ fidei fundamentum" en las que acusó al papa de herejía en las tres bulas, "Ad Conditorem Canonum", Cum inter nonnullos" y "Quia quorumdam". Éstas y "Litteras plurium magistrorum" y "Teste Solomone", que Miguel escribió en propia defensa, están contenidas en el Diálogo de Ockham. El capítulo general de París (11 de junio de 1329) que presidió el cardenal Bertrand, condenó la conducta y las escrituras de Miguel y todos los que tomaron parte con él contra Juan XXII; y eligió a Gerardo Eudes como ministro general de la orden. El siguiente año (1330) Miguel y otros cismáticos siguieron a Luís a Baviera. El capítulo de Perpiñán (25 de abril de 1331) expulsó a Miguel de la orden y lo sentenció a cadena perpetua. Durante los últimos años de su vida fue abandonado por casi todos sus simpatizantes, pero es probable que muriera arrepentido. Sus restos, con los de sus compañeros, Guillermo de Occam y Bonagracia de Bérgamo, yacen enterrados en Barfüsserkirche en Munich
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El Nombre de la Rosa
Ubertino aparece como tal en la novela. El caso de Guillermo de Ockam es diferente. El personaje de ficción es Guillermo de Basquerville que sugiere a Ockam, pero no se identifica de modo cierto con él.
Otra cuestión relevante es el año concreto en el se desarrollan los acontecimientos que se cuentan. Ubertino está en la última etapa de su vida y por lo tanto estamos próximos al año 1330, aunque parece que no se ha producido todavía la llamada para que Miguel de Cesena se presente ante el Papa. Estamos pues quizás muy próximos a 1327.
Aunque desde 1317 los espirituales y todas sus facciones, como los fraticceli, que aparecen con bastante protagonismo en la novela, están ya condenados por el Papa.
Miguel de Cesena vive hasta 1342. Ockam muere posiblemente en 1348, año de la peste. Lo que se desconoce de Ockam es la fecha de su nacimiento, una de las razones por la que es difícil situarlo de modo cierto en una relato, pue su edad en el momento de los distintos acontecimientos no es desconocida.
El papa Juan XXII muere en 1334. Le sucede Benedicto XII pero la actitud frente a los espirituales y los fraticcelli no cambia.
--------------------------------------------------------------------------------------------En cuanto a Ubertino, su vida corría peligro en Aviñón y cuando iba a ser arrestado para ser sometido a juicio por herejía en 1325 consiguió huir a Italia, para desvanecerse después de la historia, aunque según la tradición parece que sufrió una muerte violenta.
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CONVENTUALISMO Y MANIFESTACIONES HERÉTICAS EN LA BAJA EDAD MEDIAMARÍA LUZ RÍOS RODRÍGUEZ
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