el carro alado del Fedro |
La filosofía del siglo XXI, después un largo y duro proceso de revisión hermenéutica, señala que no hubo un paso brusco, al estilo del postulado por Nestle, del relato mítico al discurso racional. De hecho, Platón utiliza de modo recurrente los relatos míticos en su argumentación filosófica.
El uso que hace de este tipo de relatos puede verse de un modo crítico, acusándolo de caer en una racionalidad mixta, que conserva parte de lo peor de los mitos tradicionales de Homero y de Hesiodo: legitimadores de las aristrocracias que ostentan el poder, supuestamente heredado de los héroes de tiempos tan antiguos como la guerra de Troya. O peor aun, continuadores de los mitos que proceden de la mística órfica, mitos que ponen en otro mundo la salvación del alma, que abundan en dualidades dogmáticas; cuerpo/alma, sensible/inteligible.
El mito de Er que cierra República |
Visto de un modo menos crítico, la intercalación de relatos mitológicos que Platón utiliza en muchos de los diálogos, puede asumirse como comunicación imperfecta de aquellas verdades inefables que formarían parte de los pensamientos difícilmente comunicables (algunos, de hecho, no comunicables en absoluto, al menos por escrito: los ágrafa dogmata).
El mito del carro alado que aparece en el Fedro es, por ejemplo, una visualización, que muy difícilmente el lector puede tomar al pie de la letra, pero que sin embargo transmite con claridad la preexistencia del alma con respecto al cuerpo, y la implicación que esto tiene para la posibilidad del conocimiento verdadero.
el Demiurgo del Timeo |
Si hay que elegir un mito platónico que pueda soportar la lectura contemporánea, ese el mito de Er, que aparece casi como como un añadido al final de República. El mito se lee bien si se ve ahí la reproducción de la que ahora llamamos ECM: una experiencia cercana a la muerte.
Realmente, es significativo que este mito cierre la fase en la que Platón tiene todavía las cosas claras, la fase previa a la crítica. Como si fuera a lo máximo que puede llegar por el camino de la investigación de lo trascendente.
En lo que la contemporánea hermenéutica tiene razón sin duda, es en que la vía emprendida por Platón a partir del Sofista conduce a un punto insoportable: las leyes. Insoportable por dogmático, por relegar el conocimiento de la verdad a unos pocos: los sabios prudentes.
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