lunes, 11 de marzo de 2019

LA COLONIZACIÓN FENICIA DE IBERIA. COMPRAR BARATO Y VENDER CARO. LOS FENICIOS Y TARTESO

Comprar barato y vender caro

El éxito comercial de los fenicios, y razón por la cual se desplazan de un extremo al otro del Mediterráneo, con origen en la ciudad de Tiro y destino el sureste de Iberia, consiste en comprar barato y vender caro. La cuestión es cómo lo lograron.

Para empezar, hay que prestar atención a las condiciones sociales y  políticas, y a la particular ubicación geográfica de la ciudad de Tiro. 

Hacia el 1200 a.C. se produce el colapso de la civilización micénica del Egeo, también la de los hititas en Asia menor e incluso Egipto tiene problemas con las invasiones de los pueblos del mar.  Después del colapso, en el territorio de Canaan, algunas ciudades costeras que tienen una costa favorable para la ubicación de puertos naturales, a diferencia de la costa de Palestina que es mucho más arenosa, retoman el comercio marítimo. 

La ciudad de Tiro, la más meridional de estas ciudades cananeas (fenicias es el nombre griego) no está en la primera fase de este proceso, pero a partir del año 900 a.C., aprovechando que la situación en el entorno local del Levante mediterráneo es desfavorable, decide emprender la aventura del Occidente mediterráneo.

Si pueden hacerlo, es porque disponen de las bases tecnológicas que lo permiten. 

La primera y principal es la tecnología asociada con la navegación marítima: cómo construir barcos y cómo navegar con ellos. Una pericia que los fenicios dominan tras no pocas generaciones de aprendizaje.

Pero eso no es suficiente. Hace falta además una elaborada estrategia comercial.

Los tirios no son colonos, al estilo de lo que fueron poco después los colonos griegos, o al menos no lo son de forma sistemática. La colonización griega responderá a necesidades que tiene que ver con conflictos en las metrópolis y desplazamientos de parte de la población que busca oportunidades. Los fenicios que se desplazan son comerciantes con su tripulación y su personal.

Su llegada a un territorio no se traduce en la fundación de una ciudad, salvo excepciones (Cartago sí será una fundación tiria). Lo que buscan es un punto que sirva de intercambiador comercial y en su caso para ubicar instalaciones industriales.

La elección de estos puntos es sin duda importante y responde a una sistemática que los arqueólogos van poco a poco desvelando. Un lugar idóneo es una pequeña isla que esté deshabitada y que tenga no obstante desde ella un fácil acceso al interior del continente. Un islote en la desembocadura de un río es un lugar privilegiado desde este punto de vista.

Que el territorio que se ocupa esté deshabitado es importante porque no se altera así la tranquilidad del indígena. Que sea una isla permite muy fácil acceso al navegante foráneo y al mismo tiempo cierta protección frente a los merodeadores indígenas.

No basta, sin embargo, con implantarse en un lugar apropiado. Es necesario disponer de algunas habilidades, productos que resulten interesantes y también otros en los que estar interesados porque a su vez puedan interesar a terceros.

Una habilidad no menor en las transacciones comerciales es la de pesar y valorar los precios de las cosas. De hecho, en aquel momento pesar y pagar va en la misma operación. El juego de pesas de plomo es para el comerciante fenicio una de sus herramientas principales de trabajo ( y quizás también causa de mala reputación que se arrastra hasta el presente y que liga a los fenicios con las trampas y marrullerías en las transacciones - lo que vende el comerciante pesa mucho, lo que compra pesa poco - ).

En cuanto a los productos que pueden interesar al indígena, dos son las novedades del momento: la cerámica y los utensilios de hierro.

El hierro, desde le colapso del sistema palacial vinculado al bronce que se había desarrollado en el Egeo, es una novedad que va sustituyendo al bronce, implantado en la península ibérica desde generaciones. El mineral de hierro, más abundante que los minerales para la obtención del cobre y del estaño, tiene la dificultad de que su metalurgia no es sencilla.  Una instalación industrial para la fabricación de utensilios de hierro queda dirigida por el comerciante fenicio. 

Con todo, el secreto principal está en vender caro y comprar barato por la vía de comprar productos locales que por su abundancia valen poco sobre el terreno, y vender productos de fuera, a los cuales el comprador no tiene acceso por su cuenta, y que sin embargo le resultan interesantes por su utilidad o por el prestigio social que aportan (el caso de los utensilios de hierro queda como un caso especial en el que el mineral es local, el producto manufacturado puede ser también local, pero producido con tecnología no localmente accesible). 

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EL SISTEMA COLONIAL FENICIO Y SUS PAUTAS DE ORGANIZACIÓN 

María Eugenia Aubet
Universidad Pompeu Fabra. Barcelona
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Orientalización de los indígenas

Todo este sistema introduce grandes cambios en la forma de vida de los indígenas. 

Con un mercado abierto, se vuelve interesante producir excedentes que antes no tenían valor. Eso significa que la habilidad, el esfuerzo y la suerte en la producción de excedentes son recompensados con retornos que te hacen cada vez más eficiente y te permite ascender socialmente en una sociedad que en la que ese ascenso se hace visible con ciertos productos de prestigio. El estímulo para  trabajar más duro está puesto.

Pero no hay que olvidar que en la ecuación que suma esfuerzo, habilidad y suerte, falta un factor: el uso de la fuerza.
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El uso de la fuerza puede producir beneficios si se ejerce sobre alguien que tiene algo que valga la pena poseer. Si a esto sumamos que las armas de hierro pueden marcar diferencias entre los que las tienen y los que no, entonces ya queda abierto un campo para el conflicto y la lucha. En no mucho tiempo la sociedad local se trastocará en una sociedad menos igualitaria con élites que controlan algunos factores importantes en la adquisición de poder: comercio, armas, uso de la fuerza, territorio. De toda es confluencia surgirá la cultura íbera que tendrá su plenitud en el momento previo al gran conflicto entre romanos y cartagineses. 

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Un caso especial, anterior en el tiempo al del ascenso de la cultura íbera, es el caso de Tarteso. Un caso muy interesante sobre el que C. Aranegui actualiza las investigaciones más recientes, en este video.

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