martes, 6 de junio de 2017

REVOLUCIONES EN LA CIENCIA. HARVEY VS. GALENO. Y FEYERABEND VS. HARVEY

Resultado de imagen de revolucion cientifica del siglo xvii
Puestos a elegir, caprichosamente, una fecha para situar en el tiempo el nacimiento de la revolución científica, algunos estudiosos se remontarían hasta la mitad del XVI, cuando se publican, en el mismo año de 1543, la Fabrica humani corporis, de Andrea Vesalio, y el De revolutionibus orbium coelestium libri vi, de Nicolás Copérnico.


Otros autores, sin embargo, nos llevarían hasta la época de Galileo, Kepler y Descartes, casi en la mitad del siglo XVII. Por el contrario, algunos como Pierre Duhem defienden que los aspectos más fundamentales de la construcción galileana habían aparecido ya en los finales de la Edad Media.


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Algunos rasgos de la revolución científica en el siglo XVII 

Francisco Luis Redondo Álvaro

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De todos modos es en el siglo XVII cuando  surge una verdadera comunidad científica; es decir, grupos de individuos, de diferentes países, que tienen como objetivo común el descubrimiento de los secretos del mundo natural y además comparten para ello unos métodos fundamentalmente nuevos, basados en la observación y la experimentación y, por lo tanto, esencialmente contrastables. Eso significa que el criterio principal para admitir algo como verdadero ya no es quién lo ha dicho , la autoridad de quien lo dice, sino si se comprueba con hechos lo que se afirma. 

¿Por qué el siglo XVII? 

Porque El Novum Organum Scientarium es de 1620, las dos obras más importantes de Galileo son de 1632 y 1638, la última escrita ya desde su arresto y publicada en Leiden por unos grandes impresores, los Elsevier. El Discurso del método es de 1637, las obras de Tommaso Campanella son algo anteriores, de principios de siglo, y el Leviathan de Hobbes es de 1651. Los Principia de Newton se imprimieron en 1687.

habitualmente, cuando se piensa en las luchas que hubo que mantener contra el argumento de autoridad se piensa en astromía y en Galileo contra la autoridad de Aristóteles y la Biblia, pero quizás fue más importate la lucha contra autoridad en medicina, contra Aristóteles y Galeno. 

William Harvey

Aristóteles y Galeno habían dicho que la sangre iba hacia las manos y pies para llevar el espíritu vital y ya no retornaba. La medicina tradicional estaba basada sobre ese movimiento unidireccional y abierto. Y, sin embargo, cuando utilizaban un compresor para hacer una sangría, se daban muy bien cuenta de que las venas se hinchaban a partir del mismo. Sin embargo, declaraban los médicos tradicionales que la hinchazón se debía a la irritación de los miembros, a una especie de furor vital de los tejidos estrangulados.

El libro en el que Harvey expuso su teoría sobre la circulación de la sangre fue publicado en 1628, en latín, con el título Exercitatio anatomica de Motu Cordis et Sanguinis in Animalibus. Esta obra le hizo famoso en toda Europa y generó innumerables controversias. Un viejo médico de Venecia, Aemilius Parisanus (1567-1643), fue uno de los más encarnizados opositores a la idea de la circulación de la sangre, con su obra, publicada en 1635, Nobilium exercitationum de subtilitate pars altera de cordis et sanguinis motu singularis certaminis, ad G. Harveum. Llegó incluso a decir que Harvey se había inventado los ruidos del corazón.

Las críticas no vinieron sólo del extranjero, un colega de Londres, James Primrose, también criticó acerbamente a Harvey y lo tildó de arrogante y soberbio, por oponerse a las enseñanzas de los antiguos. Sus palabras indican la actitud de muchos, a pesar de estar ya en pleno siglo XVII: «¿Quieres dar a entender que tú sabes lo que Aristóteles ignoraba? Aristóteles lo observó todo y nadie puede tener la osadía de contradecirle».

Resultado de imagen de circulacion sangre harveyEdward May, un médico inglés, escribió otro opúsculo, Relación cierta y verdadera del monstruo o serpiente encontrado en el corazón de John Pennant, gentilhombre de 21 años. Estaba redactado en forma de carta dirigida a uno de los más ilustres médicos reales, Sir Théodore de Mayerne, y en ella May describe cómo, en la autopsia de uno de sus jóvenes pacientes, había descubierto en uno de los ventrículos del corazón, una especie de gran gusano de aspecto monstruoso. Lo que aducía como prueba irrefutable de que la sangre circulaba sólo en la calenturienta imaginación del doctor Harvey. Se trataba simplemente de un trombo ocurrido tras la muerte.

De todos los detractores, quizá el más  sarcástico fue el francés Jean Riolan hijo (1580-1657), cuyo padre había sido decano de la Facultad de Medicina, en París: «No hay ninguna razón para aceptar que la sangre circule y para que la tradición sea rechazada; sólo por el capricho de un médico inglés». 

Uno de los argumentos de Riolan para criticar a Harvey es la idea de que la circulación de la sangre en el hombre es igual que la de los animales. Dice Riolan: ¡Cómo va a ser la misma, siendo así que los animales caminan y miran hacia el suelo, mientras que el hombre mira al mundo de frente!

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Pero las cosas no son tan sencillas. No es tan fácil distinguir entre los antiguos apegados a la tradición y los innovadores.

Harvey tiene amigos que podrían calificarse ahora de apegados a la superstición, y él mismo tienen aficiones y opiniones extrañas. Por ejemplo no es ajeno  a la curación a distancia, por simpatía. 

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El método


En cualquier caso, un interpretación ampliamente aceptada de este proceso de avance científico hace recaer en la correcta utilización del método experimental el fundamento de la consolidación  de las nuevas tesis, y en concreto, la de la circulación de la sangre propuesta por Harvey.

Sin embargo, aunque esta interpretación es comunmente aceptada dentro de la comunidad de científicos naturales,  no lo es entre los filósofos de la ciencia, y en particular no lo es entre los filósofos de la ciencia revisionistas de la concepción heredada de la ciencia que estuvo en boga hasta los años cincuenta. 

a partir de los sesenta y setenta han ido tomando forma otras concepciones de la ciencia más historicista y más sociologistas.

En Estados Unidos, Kuhn primero y Feyerabend un poco más tarde han revisado la historia de la ciencia para cuestionar el modo en que esta progresa. Kuhn cuestionó el ritmo y linealidad del progeso, y Feyerabend ha cuestionado el método.

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Feyerabend


Lo que hace que una teoria se acepte no es el método con la que se ha obtenido. No hay un método. En realidad todo vale, aunque sea irracional. la fuerza de persuasión por la cual la teoría es acogida por la comunidad científica depende más bien de cosas como su capacidad de atracción estética.

¿ Qué dicen los científicos? 

Sólo una minoría dice o reconoce haber descubierto sus teorías, por ejemplo atendiendo a sus valores estéticos: Penrose, Dirac,...

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