miércoles, 11 de junio de 2014

CAMBIO CLIMÁTICO. PRODUCCIÓN CIENTÍFICA DE LA CORRIENTE PRINCIPAL. INFORMES DEL IPCC. INFO BÁSICA (I).

La cantidad de información sobre la ciencia y la economía del cambio climático es inmensa. 

El IPCC tiene una página en la que puede encontrarse toda la información que va generando, y en particular, los informes de evaluación 

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www.ipcc.ch.

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El problema del exceso de información es que se genera una especie de ruido de fondo que no permite oír bien lo relevante.

Cualquier composición de qué es lo relevante implica un toma de posición y un sesgo. Como quiera que cada uno por sí solo no puede abordar todos los temas en profundidad, se necesita acudir a  composiciones hechas por otros. Hay al final un problema de confianza que se va resolviendo, nunca del todo, en la medida en que del contraste de la composición y el trabajo de investigación propia resulta que las fuentes elegidas son merecedoras de ella.

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Los antecedentes 


La atmósfera terrestre  se compone básicamente de oxígeno, nitrógeno y argón. La suma, en volumen, de estos gases alcanza aproximadamente el 99,99%: 20,95% de oxígeno, 78,08% de nitrógeno, 0,93% de argón, pero contiene también otros gases en proporciones mucho menores (vapor de agua, dióxido de carbono, metano, óxido nitroso, clorofluocarbonos y ozono). Son precisamente éstos los responsables del efecto invernadero.

Una vez que se acepta la posibilidad de que el cambio climático sea un problema y que éste puede ser básicamente  resultado de la actividad humana, quedan dos cuestiones fundamentales: (1) Cómo actuar sobre las causas (mitigación), y (2) Cómo actuar sobre los efectos (adaptación).

Cuando se denuncia la actividad humana como responsable, se concreta la acusación en aquellas actividades que producen grandes cantidades de dióxido de carbono o algún otro gas capaz de producir el efecto invernadero. Actuar sobre las causas implica pues disminuir las emisiones de estos gases; actuar sobre los efectos implica tomar decisiones en casi todos los órdenes de la actividad humana.

Cuando se habla de reducir la emisión de gases de efecto invernadero (GEI), se hace referencia principal al dióxido de carbono. 

En principio la cuestión es sencilla.  Se calcula que la presencia de dióxido de carbono en la atmósfera era de 280 partes por millón en el periodo comprendido entre el año 1000 y el año 1750. Como consecuencia de la quema de combustibles fósiles (petróleo, gas, carbón,..) en procesos industriales, transporte y actividades domésticas, incendios forestales y  quemas agrícolas; resulta que la concentración de dióxido de carbono ha alcanzado la cifra  de 368 partes por millón en el año 2000. Una concentración mayor que la habida jamás, al menos en los últimos 420.000[ años., según datos que proceden del estudio de la burbujas de aire atrapadas en el hielo del Antártico.

Si la concentración de dióxido de carbono está directamente relacionada con la temperatura media de la atmósfera, entonces no cabe más que reducir las emisiones de los gases de efecto invernadero (GEI), para controlar aumentos no deseados de temperatura. 

Sin embargo, actuar sobre estas emisiones es en la práctica un asunto polémico que se vuelve todavía más complicado cuando se introducen en el problema los temas que afectan a las actuaciones sobre los efectos. Es un tema que afecta a toda la atmósfera del planeta y por lo tanto a todas las naciones. Unas tienen mayor responsabilidad en las causas y otras sufrirán más los efectos, pero todas están concernidas de un modo u otro.

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IPCC


Relativamente pronto, las Naciones Unidas se hicieran cargo del asunto. Creado el panel de científicos (IPCC)  en 1988. 

La función del IPCC consiste en analizar, de forma exhaustiva, objetiva, abierta y transparente, la información científica, técnica y socioeconómica relevante para entender los elementos científicos del riesgo que supone el cambio climático provocado por las actividades humanas, sus posibles repercusiones y las posibilidades de adaptación y atenuación del mismo. El IPCC no realiza investigaciones ni controla datos relativos al clima u otros parámetros pertinentes, sino que basa su evaluación principalmente en la literatura científica y técnica revisada por homólogos y publicada.

Una de las principales actividades del IPCC es hacer una evaluación periódica de los conocimientos sobre el cambio climático. El IPCC elabora, asimismo, Informes Especiales y Documentos Técnicos sobre temas en los que se consideran necesarios la información y el asesoramiento científicos e independientes, y respalda la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMCC) mediante su labor sobre las metodologías relativas a los inventarios nacionales de gases de efecto invernadero.


Dos años después, en 1990, se presenta el primer informe.

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Primer Informe de Evaluación (1990)


Los datos que se aportan en este informe resultan suficientemente alarmantes para que se convenga en la necesidad de establecer un instrumento jurídicamente vinculante que permita enfrentarse con el asunto con garantías de eficacia. En diciembre de ese mismo año, se crea un  equipo para la negociación de ese instrumento: el Comité de Negociación Intergubernamental para la Convención General sobre los Cambios Climáticos.

Las negociaciones son difíciles en el seno del Comité. Se discute incluso el carácter mismo del instrumento jurídico necesario. El único acuerdo de partida es que  tendrá  forma de Convención. Por supuesto, se discuten los objetivos últimos.

Aunque la Convención ha de centrarse en el problema de  la energía ha de ocuparse también de los otros sectores potencialmente responsables del problema: el transporte, la industria, la agricultura o la silvicultura.

Por otra parte, los países en desarrollo se resisten a contraer compromisos que pongan en peligro su crecimiento económico; argumentan que el problema ha sido creado por los países desarrollados y son por lo tanto éstos quienes han de verse más implicados en la solución. 

Hay diferencias también entre los países que se ven más amenazados por los efectos del calentamiento. Por ejemplo los países insulares que temen un ascenso del nivel del mar, frente a los países productores de petróleo cuya preocupación está en una posible reducción del consumo de combustibles fósiles. Por su parte, los países desarrollados reconocen su responsabilidad en el problema pero se remiten al Fondo para el Medio Ambiente Mundial como mecanismo financiero


(Las inversiones  de este fondo se canalizan a través del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), el Banco Mundial, los bancos regionales de desarrollo y otros organismos de las Naciones Unidas. Por otro lado, el FMAM presta su apoyo a diversos convenios y convenciones de las Naciones Unidas vinculadas con el medio ambiente, además del Protocolo de Montreal. Los datos de su actividad están disponibles en: http://www.thegef.org/gef/sites/thegef.org/files/publication/GEF-ES.pdf).

A la vista de estas dificultades se concluye que no es posible establecer objetivos cuantitativos y habrá que conformarse con un texto marco que sirva de base para acuerdos posteriores. Así, se redacta la Convención Marco para el Cambio Climáticoque es aceptada el nueve de mayo de 1992.  La firma del documento se abre el mes siguiente en la Cumbre para la Tierra[7] celebrada en Rio de Janerio (Cumbre de Río).

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 Veinte años después de la primera Conferencia sobre el Medio Humano celebrada en Estocolmo en 1972, las Naciones Unidas se proponen el objetivo de ayudar a los gobiernos a repensar el desarrollo económico y encontrar la forma de detener la destrucción de los recursos naturales irreparables y  convocan una cumbre en Río, para lograr un “futuro común y sostenible”. El objetivo principal de la conferencia es introducir un programa extenso y un nuevo plan para la acción internacional en temas de medio ambiente y desarrollo, que ayudaran a guiar la cooperación internacional y el desarrollo de programas en el siglo XXI.

La Cumbre de la Tierra marca un hito porque centra la atención mundial en la idea de que los problemas medioambientales del planeta están  íntimamente relacionados con las condiciones económicas y los problemas de justicia social. .La conferencia global reúne a políticos, diplomáticos, científicos, periodistas y representantes de organizaciones no gubernamentales (ONG) de 179 países, en un esfuerzo conjunto para conciliar el impacto de las actividades socioeconómicas humanas con el medio ambiente, y viceversa. La Cumbre de la Tierra tuvo una duración de dos semanas y constituyó el clímax de un proceso, iniciado en diciembre de 1989, de planear, educar y negociar entre todos los Estados miembros de las Naciones Unidas, que condujo a la adopción de la Agenda 21, un programa de acciones que exigía nuevas formas de invertir en el futuro para conseguir el desarrollo sostenible a escala mundial

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En marzo de 1994, después de alcanzado el número de cincuenta firmas, la Convención entra en vigor. 

La Convención clasifica a los países firmantes en varios grupos, una clasificación que se arrastrará en el futuro y que tendrá consecuencias importantes en los acuerdos posteriores. Los 41 países del anexo I son países desarrollados que se comprometen a mantener las emisiones en el nivel de 1990. Dentro de este grupo, los países del anexo II son los 24 países muy desarrollados que se comprometen además a respaldar financieramente los esfuerzos de los países en desarrollo. Los  países que no figuran en el anexo I, aunque comprometidos en luchar contra el cambio climático, no tienen sus obligaciones específicas.                                                                                                              
Los países firmantes son Partes de la Convención y cuando se reúnen anualmente lo hacen en la Conferencia de las Partes (CP). La Conferencia cuenta con dos órganos subsidiarios el  Órgano Subsidiario de Asesoramiento Científico y Tecnológico y el Órgano Subsidiario de Ejecución.

En 1995, se celebra en Alemania la Primera Conferencia de las Partes en la que se adopta el Mandato de Berlín que exige a las Partes que entablen negociaciones para alcanzar un protocolo que fije compromisos concretos para las Partes.

El mandato acuerda poner en ejecución un plan que le permita tomar medidas apropiadas para el período posterior al año 2000, en particular el reforzamiento de los compromisos de las Partes incluidas en el anexo I de la Convención (Partes del anexo I) enunciados en los incisos a) y b) del párrafo 2 del artículo 4, mediante la adopción de un protocolo u otro instrumento jurídico:se están poniedo las bases para el procolo de Kyoto.

El segundo informe (1995)



De 1995 es el Segundo Informe del IPCC, más detallado que el de 1990. Este informe afirma que existe una influencia humana discernible en el cambio climático. Se señala que el proceso está ya avanzado y que desde finales del siglo XIX la temperatura media mundial ha aumentado 0,5º C. El informe destaca también los distintos efectos que el aumento de temperatura tendrá sobre algunos ecosistemas.

El fruto de las negociaciones que se inician en Berlín se recoge en 1997, en la Tercera Conferencia de las Partes, que agregará  a la Convención el primer acuerdo adicional: el Protocolo de Kyoto. 


El Protocolo de Kyoto  establece un periodo de compromiso (2008-2012) en el cual los países desarrollados, en conjunto, deben situar sus emisiones de gases de efecto invernadero, expresadas en dióxido de carbono equivalente[1], en un nivel un 5% inferior al de 1990.

Transparencia del cumplimiento

El Protocolo establece unos mecanismos para garantizar la transparencia del cumplimiento de los compromisos.

El primer paso consiste en que cada una de las partes incluidas en el Anexo I presentará ante el Órgano Subsidiario de Asesoramiento Científico y Tecnología, para su examen, datos que permitan establecer el nivel de carbono almacenado correspondiente a 1990 y hacer una estimación de las variaciones de ese nivel en los años siguientes. A este organismo se encomienda también la metodología para el cálculo de las emisiones de las fuentes y la absorción de los sumideros. El examen del cumplimiento de la aplicación del protocolo se encomienda al Órgano Subsidiario de Ejecución
El Protocolo contiene algunos artículos con especial interés.

El artículo 6 establece la posibilidad de cumplir los compromisos mediante el comercio de emisiones entre las Partes, de tal modo que toda Parte incluida en el Anexo I podrá transferir a cualquiera otra, o adquirir de ella, las unidades de reducción de emisiones resultantes de proyectos  encaminados a reducir las emisiones de las fuentes o incrementar la absorción de lossumideros  de los gases de efecto invernadero, en cualquier sector de la economía, con sujeción a una serie de requisitos que allí se enumeran.

Tenemos pues que por un lado se fija un límite (cap) a las emisiones y por otro lado se permite el comercio de emisiones (trade). Es por lo que el Protocolo es una norma  de tipo cap and trade.

El artículo 10 alienta de forma vehemente la cooperación internacional. Estimula la cooperación de modalidades eficaces para el desarrollo, la aplicación y la difusión de tecnologías, conocimientos especializados, prácticas y procesos ecológicamente racionales, poniendo un énfasis especial en que esto redunde en beneficio de los países en desarrollo.

 El artículo 11 abunda sobre la cuestión instando a que los países desarrollados faciliten los recursos financieros, y en especial recursos para la transferencia de tecnología, que necesiten las Partes que son países en desarrollo para sufragar la totalidad de los gastos adicionales convenidos que entrañe el llevar adelante el cumplimiento de sus compromisos.

La noción de Mecanismo para un Desarrollo Limpio se define en el artículo 12, un mecanismo dirigido  a las Partes no incluidas en el anexo I para que logren un desarrollo sostenible, y a las Partes del anexo I para ayudarles a dar cumplimiento a sus compromisos.   Las partes no incluidas en el Anexo I se beneficiarán de las actividades de proyectos que tengan por resultado reducciones certificadas de las emisiones, y las Partes incluidas en el anexo I podrán utilizar las reducciones certificadas de emisiones resultantes de esas actividades de proyectos para contribuir al cumplimiento de los compromisos contraídos.

Es importante destacar que la regulación de los casos de incumplimiento se remite a la siguiente sesión de la Conferenciade las Partes.

El Protocolo requiere para su entrada en vigor que hayan depositado sus instrumentos de ratificación al menos 55 países y que sus emisiones totales representen al menos el 55 % del total de las emisiones de dióxido de carbono de los países incluidos en el anexo I.

El Protocolo, al igual que lo hacía la Convención, distingue entre firma y ratificación. Para la firma se establece un periodo de tiempo concreto, el año que transcurre entre el 16 de marzo de 1998 y el 15 de marzo de 1999. La ratificación (aceptación, aprobación o adhesión) se  inicia el día siguiente a aquel en que queda cerrado a la firma. 


Tercer informe (2001)


En el año 2001 se publica el Tercer informe de Evaluación.

Si el segundo informe se había centrado en la temperatura, este se ocupa principalmente del dióxido de carbono y los otros gases de efecto invernadero. Trata de responder a distintas preguntas: ¿Cuál será el calentamiento provocado por distintos niveles de efecto invernadero? ¿Cuáles serán los daños económicos resultantes? ¿Es posible estabilizar los gases en una determinada concentración? En caso afirmativo, ¿cuál sería el coste?

El informe da proyecciones sobre las emisiones esperables, y los calentamientos de la atmósfera correspondiente; sin embargo, la estimación de costes se admite como un tema difícil, puesto que es problemático asignar valor monetario a los cambios en los sistemas ecológicos o a la salud humana, por ejemplo. Por otra parte, la distribución de costes es muy irregular dependiendo de la situación geográfica del país, y de su estado de desarrollo. También hay grandes incertidumbres en la valoración de las medidas para mitigar el cambio climático. En última, instancia el informe se remite a ulteriores evaluaciones científicas. De hecho, la mejora de los datos fue uno de los asuntos clave en la Conferencia de las Partes del año siguiente, el año 2002 en Nueva Delhi.

Durante el periodo 2001-2003, los países incluidos en el anexo I comienzan a presentar los inventarios anuales de gases de efecto invernadero. Asimismo la mayoría de ellos presentan comunicaciones sobre cómo están aplicando la Convención. Con estos informes, se elaboran las primeras tablas de datos significativas que sirven para hacer balance de lo ocurrido en el periodo 1990-2001. 

Se constata, en principio, que las emisiones tienden a crecer menos que el PIB; en parte, porque en los países más desarrollados las economías están sustituyendo las industrias de manufacturas por los servicios. Los países no incluidos en el anexo I, también presentan datos. En algunos de estos países hay aumentos importantes de emisiones ligadas a aumentos de PIB. Tal es el caso de Indonesia o de la República de Corea, con aumentos del 101% y del 86%, respectivamente. Un caso especial es China, país en el que las emisiones han aumentado con relativa lentitud, aunque en valor absoluto, las emisiones son considerables debido a su gran población.

De los datos que se van teniendo se obtiene una conclusión principal: los países que han tenido más éxito en la reducción de emisiones son aquellos que han sustituido combustibles con altas emisiones, como el carbón, por combustibles con menos emisiones como el gas.

 En general de lo que se trata, según los informes, es de realizar transferencias de tecnología hacia tecnologías con menos emisiones. Países como Dinamarca, Suecia, Francia, Alemania o Reino Unido, demuestran en estos años  que pueden hacerlo. El problema es si los países en desarrollo serán capaces de lograrlo. Para que estos países, con sus limitadas capacidades de investigación, puedan aprovechar muchos de los adelantos tecnológicos ya presentes en los países desarrollados deben contar con la transferencia de tecnologíaprocedente de los países desarrollados

TRANSFERENCIA DE TECNOLOGIA

Aunque existen distintas definiciones del concepto de  transferencia de tecnología, afortunadamente,  el IPCC ha dado una definición que puede servir para saber de qué se habla cuando  se utiliza este término en el contexto de la lucha contra el cambio climático. El informe especial[2], del año 2000, sobre cuestiones metodológicas, la define como:

Un amplio conjunto de procesos que cubre el flujo de conocimientos, experiencia y equipos para mitigar y adaptarse al cambio climático; entre gobiernos, empresas privadas, instituciones financieras, organizaciones no gubernamentales e instituciones dedicadas a la investigación o educación.

Realmente, la cuestión de la transferencia de tecnología estuvo presente en las discusiones de las Naciones Unidas desde muy pronto: en la Agenda 21[3] como implementación de un desarrollo sostenible, en la Convención[4],  y  en los informes del IPCC.

La importancia creciente de la transferencia de tecnología como modo de actuación  para mitigar y adaptarse al cambio climático se afianza no obstante con la creación el Grupo[5] de Expertos para la Transferencia de Tecnología (GETT) en la séptima Conferencia de las Partes,  en el año 2001, con el objetivo principal de desarrollar el artículo 4.5[6] de laConvención, que impulsa la colaboración entre países desarrollados y países en desarrollo. Los expertos son nombrados por las Partes de la Convención por dos años prorrogables otros dos y el presupuesto inicial se fija en 400.000 dólares.


El Protocolo de Kyoto entró en vigor el 16 de febrero de 2006.




[1]  El dióxido de carbono equivalente (Carbon Dioxide Equivalent (CO2e)) es una medida universal de medición utilizada para indicar la posibilidad de calentamiento global de cada uno de los gases con efecto invernadero. Es usado para evaluar los impactos de la emisión (o evitar la emisión) de diferentes gases que producen el efecto invernadero. El dióxido de carbono, que persiste en la atmósfera entre 200 a 450 años, es definido como un potencial 1 del calentamiento mundial; el metano, persiste en la atmósfera entre 9 a 15 años y tiene un potencial de calentamiento global 22 (tiene 22 veces la capacidad de calentamiento del dióxido de carbono); y el óxido nitroso, que persiste por unos 120 años y tiene un potencial de calentamiento global 310.
[2] Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (2000): “ Cuestiones metodológicas y tecnológicas en la transferencia de tecnología”
[3] Artículo 34: Transferencia de tecnología ambientalmente limpia, cooperación y desarrollo de capacidades.
[4] Artículo 4: compromisos
[5] El  trabajo del grupo se organiza en torno a cinco temas o esferas clave: (1) Determinación y evaluación de las necesidades en materia tecnológica (2)  Información tecnológica (3) Creación de un Entorno favorable, que en ese contexto se define como aquel en que se han tomado las medidas gubernamentales que eliminen los obstáculos a la transferencia de tecnología (4) Fomento de la capacidad, que tiene por objeto  crear, desarrollar, reforzar, aumentar y perfeccionar los conocimientos, capacidades e instituciones científicas y técnicas existentes en los países en desarrollo 5) Mecanismos para la transferencia de tecnología  orientados a la coordinación de todos los interesados en los diferentes países y regiones.
[6] “Las partes que son países en desarrollo y las demás Partes desarrolladas que figuran en el anexo II tomarán todas las medidas posibles para promover, facilitar y financiar, según proceda, las transferencia de tecnologías y conocimientos prácticos ambientalmente sanos, o el acceso a ellos, a otras Partes, especialmente a las Partes que son países en desarrollo, a fin de que puedan aplicar las disposiciones de la Convención. En este proceso, la Partes que son países desarrollados apoyarán el desarrollo y el mejoramiento de las capacidades y tecnologías endógenas de las Partes que son países en desarrollo. Otras partes y organizaciones que estén en condiciones de hacerlo podrán también contribuir a facilitar la transferencia de dichas tecnología”.



Grupos de Trabajo del IPCC


 El IPCC consta de tres Grupos de trabajo y un Equipo especial:


§           El Grupo de trabajo I evalúa los aspectos científicos del sistema climático y el cambio climático.
§     El Grupo de trabajo II evalúa la vulnerabilidad de los sistemas socioeconómicos y naturales al cambio climático, las consecuencias negativas y positivas de dicho cambio y las posibilidades de adaptación al mismo.
§           El Grupo de trabajo III evalúa las posibilidades de limitar las emisiones de gases de efecto invernadero y de atenuar los efectos del cambio climático.
§     El Equipo especial sobre los inventarios nacionales de gases de efecto invernadero se encarga del Programa del IPCC sobre inventarios nacionales de gases de efecto invernadero.

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El cuarto informe (2007)



El 16 de febrero de 2006 no fue una fecha al azar, era el día en el que se cumplían los noventa desde la firma de Rusia, país con el que se alcanzaba el requisito estipulado para la entrada en vigor (55 países cuyas emisiones sumen al menos el 55% del total de de las de los países desarrollados). Algo que se logra tras duras negociaciones con VLADIMIR PUTIN.

Las dos ausencias más destacadas: EEUU y  Australia.

Los objetivos que fija el Protocolo no son iguales para todos.

La Unión Europea tiene que reducir[1] sus emisiones un 8%, Japón un 7% y EEUU estaría obligado con un 6%.  A España, por ejemplo, se le permite crecer un 15%, pero pese a ello, es uno de los países que en ese momento está más alejado del cumplimiento.

Las organizaciones ecologistas reciben con un moderado entusiasmo la entrada en vigor del Protocolo. JENNIFER MORGAN[2] explica:

Es un gran paso adelante, pero sólo el primer paso para contener la amenaza.] Inaugura una nueva revolución en el mercado, el mercado del carbono. Ya ha quedado atrás la época en la que empresas y países podían emitir dióxido de carbono y no pensar en ello. A partir de ahora, el cambio hacia  energías limpias será la norma”.

Transcurrido año y medio, entre los días 12 y 17 de noviembre  de 2007, y en Valencia, la sesión plenaria del IPCC aprueba, sección por sección,  el Informe de Síntesis del Cuarto informe de Evaluación, que contiene las afirmaciones, formalmente consensuadas, sobre los descubrimientos clave e incertidumbres, obtenidas a partir de las contribuciones de los tres Grupos de Trabajo[3][4].

El Cuarto Informe de Evaluación (AR4) se articula en seis tópicos.

El Tópico 1 resume  los cambios observados en el clima y sus efectos sobre los sistemas naturales y humanos.
El Tópico 2  evalúa las causas de los cambios observados.
El Tópico 3 presenta proyecciones de futuros cambios climáticos e impactos asociados bajo diferentes escenarios.
El Tópico 4 discute las opciones de adaptación y mitigación en las próximas décadas y sus interacciones con el desarrollo sostenible.
El Tópico 5 evalúa la relación entre adaptación y mitigación sobre una base más conceptual y toma una perspectiva más a largo plazo.
El Tópico 6 resume las conclusiones más consistentes y las incertidumbres clave que permanecen.

En la intro del  informe ya se anuncia que se ha dado un avance cualitativo respecto del informe de 2001, en cuanto que éste se limitaba la valoración de los efectos de las emisiones sobre el clima, mientras que el de 2007 valora también los posibles pasos a dar en la reducción de emisiones, para disminuir los impactos futuros.

El énfasis en el carácter estadístico del problema, se lleva a la propia  definición del cambio climático, que es distinta, en este cuarto informe de la que aparece en la Convención Marco[5].

En el cuarto informe el cambio se identifica usando variables estadísticas, como la media o la variabilidad de la temperatura, sin hacer referencia, en principio,  a las causas de ese cambio. 

El dato básico que se da en el Tópico1, que se considera sin duda un cambio en el estado del clima,  es el aumento de la temperatura media global del planeta, que se fija en 0,74º C, para elperiodo 1905-2006; una cifra superior  a la que daba el tercer informe para el periodo 1901-2000, que era de 0,6º C.

En el  Tópico 2, se analizan las causas del cambio climático, y se afirma que la contribución de los gases de efecto invernadero (GEI) se traduce en un aumento de la radiación sobre la superficie terrestre; mientras que el efecto de los aerosoles produce, sin embargo, un enfriamiento, pero bastante menor que el calentamiento que producen los GEI.  Los cambios inducidos por las variaciones en la radiación solar desde 1750, se estiman en  una cifra menor que la estimada en el tercer informe, y, por lo tanto, las explicaciones basadas en este fenómeno pierden fuerza, a favor de las basadas en la actividad industrial humana.

La  sensibilidad climática[6] frente al aumento de la concentración de dióxido de carbono se fija en 3º C.

Se reconoce que, aunque se va conociendo mejor, todavía quedan incertidumbres con respecto al efecto del vapor de agua.

Asimismo permanecen resultados distintos, según los modelos, en cuanto a la capacidad de los continentes y de los océanos para  absorber el dióxido de carbono de la atmósfera. 
Con todo, se concluye que la mayor parte del aumento observado en la temperatura media global, desde la mitad del siglo XX, es muy probablemente debido al aumento de la concentración de gases de efecto invernadero.

Una conclusión que va más allá de lo afirmado en el tercer informe que sólo aseguraba que esta  relación causal eraprobable. Es decir, se pasa de una probabilidad de más del 66% a una probabilidad de más del 90%. El informe añade que el calentamiento de los océanos y de la atmósfera, junto con la pérdida de masas de hielo, apoyan la conclusión de que  esextremadamente improbable que el cambio global del clima de los pasados cincuenta años pueda ser explicado sin recurrir a causas externas y es muy probable que no sea debido a causas naturales. Durante este periodo, la acción de la radiación solar y el efecto de las erupciones volcánicas habrían producido probablemente un enfriamiento, y no un calentamiento, dice el informe.

En el Tópico3, al referirse a lo que sucederá en el futuro, el informe da un intervalo de aumentos de temperatura para el año 2090 que oscilan entre 1,1º C y 6,4º C, dependiendo de cual sea el escenario que se considere, es decir, dependiendo de cual sea la evolución de la demografía, la economía y la tecnología, en las próximas décadas. Análogamente, el ascenso del nivel del mar previsto oscila entre los0,18 metros y los 0,59 metros. Este tópico se ocupa también de forma exhaustiva de los impactos que producirán estos incrementos de temperatura.

El Tópico 4 se ocupa de las opciones de adaptación y mitigación. En el caso de la adaptación, se da no sólo la estrategia a seguir sino también cual es el marco político en el que se situarán estas estrategias y también los obstáculos clave que se encontrarán en el camino, así como las oportunidades que se pueden generar.


Por ejemplo,  para adaptarse a la subida del nivel del mar se propone la estrategia de reubicación de algunos asentamientos, construcción de diques y barreras frente a temporales, restauración de sistemas dunares, adquisición de terrenos y creación de marjales y humedales como amortiguadores de los efectos de la intrusión marina y como elementos de protección contra las inundaciones. El marco político incluye los reglamentos que habrán de integrar el cambio climático en los proyectos, políticas de uso del suelo y normas de edificación. Como obstáculos se citan las barreras financieras y tecnológicas y la disponibilidad de espacios para la reubicación; como oportunidades, las sinergias con los objetivos de desarrollo sostenible.

Las estrategias de mitigación parten del hecho de que ninguna tecnología, por sí sola, puede proporcionar todo el potencial de mitigación en ningún sector. Se calcula que el coste total de las decisiones de inversión en infraestructuras energéticas será de 20 billones  de dólares en el periodo 2005-2030.

Se reconoce que esta inversión tendrá sólo consecuencias a largo plazo sobre las emisiones, debido a la larga vida útil de las plantas energéticas, lo que significa que la difusión de tecnologías bajas en carbono puede ser una empresa de varias décadas, que encontrará numerosas barreras en su implementación.

Las estrategias de mitigación afectan a distintos sectores: suministro de energía, transporte, edificación, industria, agricultura, silvicultura y gestión de residuos.

Para el  sector energético, que es el más importante, se propone mejorar la eficiencia en el suministro y la distribución, el paso de carbón a gas, utilizar la energía nuclear y las energías renovables, así como almacenar y capturar dióxido de carbono. Esto debe ir acompañado de una política que reduzca los subsidios a los combustibles fósiles y que aumente, por el contrario, los impuestos.  El obstáculo principal que se identifica  es la existencia de  intereses creados.

El Tópico 5 comienza con la referencia a la gestión de los riesgos asociados con el cambio climático. El tercer informe identificaba cinco razones para la preocupación. El cuarto informe abunda en estas cinco razones y asegura que la mejor comprensión de los impactos, la más precisa identificación de las circunstancias implicadas y la creciente evidencia acumulada, inducen a tener mayor confianza en los resultados de la evaluación de estos riesgos, algunos de los cuales aparecen ahora incluso como mayores.

Las razones para la preocupación son los siguientes: (1) riesgos para sistemas vulnerables, como las comunidades y ecosistemas de los polos y alta montaña (2) riesgos de fenómenos meteorológicos extremos (3) mayor vulnerabilidad de las regiones más pobres (4) agregación de riesgos, y (5)  efectos a gran escala, como el ascenso del nivel del mar.

Sobre esto último, el cuarto informe considera que una completa  retirada de los glaciares de Groenlandia, elevaría el nivel del mar en 7 metros de forma irreversible, algo que no se puede descartar, dice el informe, en la escala temporal del centenar de años.

En este mismo tópico, el informe se ocupa de las previsiones de emisiones, y de los puntos de estabilización de las mismas, para destacar la importancia de realizar esfuerzos de mitigación en los próximos veinte o treinta años con objeto de no alcanzar puntos de estabilización de emisiones demasiado altos y, por lo tanto, demasiado arriesgados. Con respecto a esta cuestión, el informe insiste en que los niveles de estabilización adecuados  pueden ser alcanzados con tecnologías que están actualmente disponibles o que es esperable que puedan ser comercializadas en las próximas décadas, si se establecen los incentivos para su adquisición, desarrollo y difusión. No sobrepasar  las 540 ppm de CO2–eq[7], requiere no demorar las inversiones y difundir rápidamente tecnologías  bajas en carbono en el periodo 2000-2030; y contribuciones aún más fuertes, en el periodo que llega hasta el año 2100.

El informe sentencia que sin  inversiones sostenidas y sin transferencias de tecnología efectivas, será muy difícil alcanzar la reducción de emisiones en una escala significativa. Entre el 60% y el 80% de la reducción ha de proceder de los cambios en el uso y suministro de energía y de los cambios en los procesos industriales. En este punto el Informe hace un esfuerzo de cuantificación de cuales son las reducciones esperables expresadas en gigatoneladas de CO2 equivalente, para las distintas actuaciones (mejora de la eficiencia, sustitución de combustibles fósiles, uso de energías renovables,…). Para ello utiliza cuatro modelos[8], que dan resultados bastante diferentes.

El Tópico 5 entra también, aunque brevemente, en la cuantificación económica de los costes y beneficios de la mitigación del cambio climático. El Informe reconoce que los órdenes de magnitud de unos y otros son similares: entre el 1% y el 5% del Producto Global Bruto.   No es posible determinar de una forma clara, no ambigua,  una estrategia de reducción de emisiones, o determinar el nivel de estabilización, en el que los beneficios (impactos evitados) superen los costes.Este balance es una tarea que queda por hacer.

El informe da como conclusión sólida (en el tópico 6) que con las actuales políticas de mitigación, las emisiones continuarán creciendo en las próximas décadas, de tal forma que el calentamiento aumentará alrededor  de 0,2º C por década, siendo mayor o menor, dependiendo del escenario. El calentamiento originado por la actividad industrial humana continuará durante centenares de años, incluso si las emisiones se reducen de forma suficiente para llegar a un punto de estabilización, debido a las escalas temporales que intervienen en los  procesos climáticos y debido a las retroalimentaciones implicadas.

En comparación con el tercer informe, se certifica ahora que existe mucha probabilidad de que aumente la frecuencia e intensidad de los fenómenos meteorológicos extremos, siendo vulnerables a ellos incluso los países desarrollados, tal como se ha demostrado, dice el informe, en hechos recientes.

Permanecen no obstante algunas incertidumbres clavetambién en las afirmaciones científicas.

Hay incertidumbre en las retroalimentaciones de los ciclos del carbono, y en  el efecto de las nubes y de los océanos en el sistema climático. Pero, en cualquier caso, la mayor fuente de incertidumbre se encuentra en los cambios esperables en las masas de hielo de Groenlandia y el Antártico. Dependiendo de lo que suceda con ellas se pueden producir aumentos en el nivel del mar menores de un metro, o por el contrario que alcancen los siete metros.

En general, se puede decir que la comprensión de fenómenos con baja probabilidad y alto impacto, así como el efecto acumulado de secuencias de fenómenos de impacto menor, algo que es necesario por otra parte para la toma de decisiones desde un enfoque basado en el riesgo, es generalmente limitada: ¿cuál ha de ser entonces la respuesta adecuada al cambio climático?

Se considera como conclusión sólidamente asentada que la falta de mitigación producirá, a largo plazo, el sobrepasamiento de la capacidad de adaptación de los sistemas naturales y humanos, y que hay opciones de mitigación disponibles para controlar las emisiones y dejarlas en niveles inferiores a los actuales en el horizonte del año 2030, que deben ser  utilizadas.  Eso sí, a un coste incierto, que puede oscilar entre el coste neto negativo y los 100 dólares por tonelada de CO2-equivalente,  reducida.
Demorar los esfuerzos de mitigación implicaría, dice el informe, reducir las oportunidades de alcanzar niveles de estabilización bajos y aumentaría el riesgo de impactos severos. Reducción de emisiones y desarrollo sostenible son dos procesos, que si van unidos, puedan dar una mayor oportunidad para la mitigación y adaptación al cambio climático.

El informe termina alertando de algunas incertidumbres en la respuesta. La comprensión del modo en que los planificadores del desarrollo incorporan la información disponible sobre el cambio climático es limitada, y sin embargo, la evolución y utilización de las capacidades de adaptación y mitigación depende de las estrategias de desarrollo socio-económico. Las incertidumbres surgen especialmente cuando supuestos que tienen que ver con la difusión de la tecnología y el potencial a largo plazo de la implantación de nuevas tecnologías y la posibilidad de reducción de costes. Aún (en 2007) se sabe muy poco sobre cuál va a ser la respuesta a estos cambios en el comportamiento  y en los estilos de vida.


Con estos resultados a la vista, del 3 al 14 de diciembre de 2007, se celebran en Bali  las reuniones correspondientes a la13ª Conferencia de las Partes (COP13), que es a la vez, Tercera Conferencia de las Partes en Calidad de Reunión de las Partes del Protocolo de Kioto (COP-MOP3).






[1] Respecto del nivel base de 1990.
[2] Directora del programa de CC de la organización WWF.
[3] El grupo de trabajo 1 (WG1) se ocupa básicamente de la cuestión, con los métodos de las ciencias naturales. El grupo de trabajo 3 (WG3) se ocupa de los aspectos tecnológicos y sociales, mientras que el grupo 2 (WG2) trata aspectos de ambos.
A nuestros efectos, esta división es relevante porque tiene que ver con el  diferente tratamiento de la incertidumbre que se corresponde con las metodologías que se utilizan en ciencias sociales y las que se utilizan en las ciencias naturales.
Así, el grupo 3 trabaja con la incertidumbre de forma cualitativa. La mayor o menor certidumbre viene caracterizada por la cantidad y calidad de las evidencias disponibles y por el grado de acuerdo, esto es, el nivel de coincidencia en la literatura. Con ésto se da una clasificación que incluye los términos: alto acuerdo, mucha evidencia,  evidencia media, acuerdo medio, evidencia media, etc.
El grupo 2, aborda la incertidumbre de un modo cuantitativo, pero sobre la base del juicio experto, utilizado una escala de niveles de confianza
[4] Confianza muy alta, expresa que los datos, modelos o análisis son correctos con probabilidad de 9 sobre 10; alta confianza, 8 sobre 10; confianza media, 5 sobre 10; confianza baja, 2 sobre 10; confianza muy baja, menos de 1 sobre 10.[4]virtualmente cierto >99%, extremadamente probable > 95%,  muy probable >90%, probablemente >66%, más probable que improbable >50%, tan probable como improbable >33%, improbable < 33%, muy improbable <10%extremadamente improbable < 5%, excepcionalmente improbable <1%.

[5] En la Convención, , el cambio climático se define como. “un cambio del clima atribuible directa o indirectamente a la actividad humana que altera la composición global de la atmósfera, que se añade a la variabilidad natural observada. En el cuarto informe, el cambio  climático se define como: “un cambio en el estado del clima identificable, usando métodos estadísticos, por el cambio en la media y/o  por la variabilidad de sus propiedades, que persiste  durante periodos de tiempo prolongados.

[6] La sensibilidad climática en condiciones de equilibrio es un indicador de la respuesta del sistema climático a una determinada radiación. Se define como el promedio mundial del calentamiento superficial en condiciones de equilibrio de resultas de una duplicación de la concentración de CO2. Los progresos conseguidos desde el  tercer informe permiten conjeturar que la sensibilidad climática se encuentra probablemente entre 2 y 4,5° C, siendo la mejor estimación de aproximadamente 3° C, y es muy improbable que sea inferior a 1,5° C. No cabe excluir valores muy superiores a 4,5° C, pero la concordancia de los modelos con las observaciones no es tan ajustada para esos valores.
[7] Partes por millón de dióxido de carbono equivalente
[8] AIM, IMAGE,  IPAC  y   MESSAGE.


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