miércoles, 24 de mayo de 2023

EL MÁS ALLÁ Y EL TEMOR A LA MUERTE EN LOS PRIMEROS SIGLOS DE NUESTRA ERA.

La experiencia individual de la muerte se vivió con singular potencia durante la “Antigüedad”. Con una efervescencia mística sin precedentes y un caldo de cultivo óptimo para el florecimiento de las ciencias ocultas, un conjunto de saberes de nuevo orden que irrumpiría con fuerza en una sociedad anhelante de resultados tangibles".

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La experiencia del más allá en la Antigüedad


José Iván Elvira Sánchez Editor de Studia Hermetica Journal

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La cuestión se concreta cuando se añade que el más allá es el más allá de la muerte, y queda todavía más definido el asunto cuando la muerte no se espera con indiferencia sino con temor.
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Filosofía y cristianismo. El temor ante la muerte 

José María Blázquez Martínez 

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En el siglo  II, el cristianismo propone repuestas para esas preguntas fundamentales, pero estas respuestas tienen que vérselas con las respuestas culturalmente presentes. Eso quiere decir, en ese contexto, que los pensadores cristianos tienen que entrar en discusión con la filosofía helenística. 

Este tiempo es especialmente interesante porque el contenido del dogma cristiano se está todavía configurando. Hay que tener en cuenta, para valorar la importancia de esto, que el contenido que podía extraerse de la Escrituras era muy escaso. 

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DOS ACTITUDES. JUSTINO Y TACIANO


Justino martir

Nacido hacia el año 100 d.C., hacia el 150 funda una escuela en Roma, después de su conversión al cristianismo. Enumera las escuelas filosóficas que recorrió: el estoicismo, que abandonó por considerar que esta filosofía no le hacía avanzar en el conocimiento de Dios. Igualmente abandonó la filosofía peripatética a causa de los honorarios que le pedía el profesor. Un filósofo pitagórico le ponía como condición para estudiar filosofía el conocimiento previo de música, astronomía y geometría. Le satisfizo finalmente la filosofía platónica.  

Considera la filosofía como una necesidad para todos los hombres, que han de entregarse a ella, pues es la obra más grande, y proporciona enormes beneficios al espíritu, pasando a segundo término todas las demás cosas.  

Un gesto relevante de Justino es el de considerar a los filósofos griegos como conocedores del pensamiento de Moisés expresado en el Antiguo Testamento. Eso abre la puerta para el trasvase del pensamiento griego, salvo en aquello que choca claramente con las Escrituras.

Por el contrario, Taciano, aun siendo discípulo de Justino, adopta una posición muy crítica y de desprecio hacia la filosofía griega. 

Dice cosas del estilo de:

"Me río también de los cuentos de vieja de un Ferecides y de Pitágoras, que hereda su doctrina, y de cómo Platón, aunque algunos no lo quieran, imita al uno y al otro".

«¿Qué hacen de grande y maravilloso vuestros filósofos? Llevan desnudo uno de los hombros, cultivan su larga cabellera, crían su buena barba, llevan uñas de fieras y fanfarronean que no tienen necesidad de nada, cuando, como Proteo, necesitan del curtidor por razón del zurrón, del tejedor para el manto, del leñador para el bastón, y de los ricos y del cocinero para su glotonería. Tú (Diógenes), hombre que imitas al perro, no conoces a Dios y por eso te pasas a la imitación de los irracionales; y después que públicamente lo has proclamado a gritos con su fingida gravedad, te constituyes en vengador de tí mismo, y si no recibes, te desatas en insultos, y la filosofía es para ti arte de granjería. Tú sigues las doctrinas de Platón, y el que sofistea según Epicuro se te opone con voz estridente. Quieres ordenar tu conducta conforme a Aristóteles, y un discípulo de Demócrito te cubre de improperios. Pitágoras afirma haber sido Euforbo, y es el heredero de la doctrina de Ferecides, mientras Aristóteles niega la inmortalidad del alma". 

No obstante, el desprecio de Taciano hacia  filosofía griega no lo es de la filosofía en sí. Lo que hace es oponer a una filosofía griega una filosofía cristiana. 

"Hay quien dice que el Dios perfecto es cuerpo; yo, que incorpóreo; que el mundo es indestructible; yo, que destructible; que la conflagración universal sucede periódicamente; yo, que de una sola vez; que los jueces son Minos y Radamante; yo, que Dios mismo; que sólo el alma recibirá la inmortalidad; yo, que la carne también con ella». 

Lo que no puede negársele a Taciano son sus vastos conocimientos, de lo cual parece ser consciente. De hecho un profesor de filosofía, Crescencio, denuncia ante los tribunales el hecho de que Taciano le llamara ignorante.  Este juicio acaba con la muerte de Justino y otros seis compañeros en el año 167 d.C.

Taciano, después de la muerte de Justino se aleja de la corriente cristiana principal y sigue la vía del rigorismo ascético, hasta el punto de utilizar agua en vez de vino en la eucaristía. 

IRENEO Y LOS GNÓSTICOS

Mientras que Justino y Taciano discuten con la filosofía griega, cada uno con su actitud, Ireneo (140-202) discute con los gnósticos. Qué son los gnósticos es un asunto complejo, pero se puede decir que su pensamiento es una mezcla entre filosofía y religión cuyas influencias están en la tradición indoirania y la filosofía griega. No hay un gnosticismo sino varios y uno de ellos es el gnosticismo cristiano, que para la corriente cristiana principal es entonces una herejía. 

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Ireneo de Lyon

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TERTULIANO. ENMIENDA A LA TOTALIDAD DE LA FILOSOFÍA

Tertuliano (160-220) está no sólo contra la filosofía griega, como Taciano, sino también contra la idea de que el cristianismo pueda ser una filosofía. El cristianismo es para Tertuliano una revelación.

«En efecto, ¿qué hay de común entre Atenas y Jerusalén? ¿Qué concordia puede existir entre la Academia y la Iglesia? ¿Qué entre los herejes y los cristianos? Nuestra instrucción nos viene del pórtico de Salomón, y éste nos enseñó que debemos buscar al Señor con simplicidad de corazón. ¡Lejos de vosotros todas las tentativas para producir un cristianismo mitigado con estoicismo, platonismo y dialéctica! Después que poseemos a Cristo, no nos interesa disputar sobre ninguna curiosidad; no nos interesa ninguna investigación después que disfrutamos del Evangelio. Nos basta nuestra fe y no queremos adquirir nuevas creencias».

De entre todos, sólo salva a Séneca. en realidad Tertuliano confluye en cierta manera con el materialismo estoico, y está muy alejado del idealismo platónico. 

Dice de Séneca:

«No negamos que los filósofos a veces han pensado como nosotros». «Séneca siempre es nuestro».

Tertuliano se desliza, como Taciano, hacia el rigorismo, y desemboca en la herejía montanista. 

No deja de ser significativa esa deriva rigorista dogmática, cuando se rompen los puentes con las filosofía. 

LOS DE ALEJANDRÍA. CLEMENTE Y ORÍGENES

Precisamente lo que hacen Clemente y Orígenes, en Alejandría,  es tender puentes con la filosofía griega.

Clemente (150-216) va más lejos del pensamiento de Justino. Para Clemente la filosofía griega sirvió como preparación a la llegada de Cristo, aunque nunca pudiera suplir a la revelación divina.

Orígenes va más en la línea de poner la filosofía al servicio de la teología, precedente en esto de santo Tomás, que haría esto mismo mucho más tarde en el siglo XJJJ.

Lo que le sale a Orígenes es no obstante un tanto heterodoxo, lo que le vale la excomunión y, a largo plazo, que se le excluya de la canonización. Rellena quizás con demasiado contenido filosófico lo que era sin duda, hasta él, el escaso contenido teológico de las Escrituras. 
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