martes, 28 de mayo de 2024

EL ANTIEDIPO DE DELEUZE Y GUATTARI EN EL TRASFONDO DEL ACELERACIONISMO DEL XXI

Una de las muchas cuestiones que sugiere el Anti Edipo, publicado en 1972, es su influencia en la izquierda para prevenir la tentación de la acción terrorista como modo de  intervenir en el cambio social.























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EL ANTIEDIPO. O CÓMO LA IZQUIERDA DEBE PREVENIRSE DE LA TENTACIÓN DEL TERRORISMO
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Transcurridos más de cincuenta años desde su publicación, las preocupaciones filosóficas son otras, pero, no obstante, este texto sigue siendo una referencia para algunas corrientes filosóficas, entre ellas, el aceleracionismo.

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El Anti Edipo 
Gilles Deleuze y Félix Guattari 
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"En el giro de la filosofía francesa posterior al '68, guiado por un rechazo completo al estancamiento en las dinámicas de la política partidaria, la corriente subterránea aceleradonista encuentra un vector para una intensidad mayor. En las obras de Deleuze y Guattari, sobre todo en El Anti Edipo y Mil mesetas, Lyotard (en Economía libidinal, por ejemplo) y Lipovetsky, la indiferenda de la forma-valor, la composidón maquínica del trabajo y el reformateo despiadado que lleva a cabo sobre todas las relaciones sociales previas, son percibidos como una máquina para la creación de un nuevo y fluido cuerpo social"



Uno de lo párrafos más citados del El Anti Edipo:

"¿Retirarse del mercado mundial como aconseja Samii Amin a los países del tercer mundo, en una curiosa renovación de la "solución económica" fascista? ¿0 bien ir en sentido contrario? Es decir, ir aún más lejos en el movimiento del mercado, de la descodificación y de la desterritorialización. Pues tal vez los flujos no están aún bastante desterritorializados, bastante descodificados, desde el punto de vista de una teoría y una práctica de los flujos de alto nivel esquizofrénico. No retirarse del proceso, sino ir más lejos, "acelerar el proceso", como decía Nietzsche: en verdad, en esta materia no hemos vistos nada".

Dice  Avanessian;

"Podemos encontrar un rechazo similar de toda nostalgia por la lentitud del pasado precapitalista en la obra de Deleuze y Guattari. En El Anti Edipo este rechazo asume la perspectiva esquizoide: lo esquizo es aquello que acelera el ritmo del inconsciente. La esquizofrenia es sinónimo de velocidad: la velocidad del universo circundante en relación con la velocidad de la interpretación mental. Sin embargo, no hay ninguna dimensión de la normalidad mental que restaurar y, en El Anti Edipo, la esquizofrenia es tanto metáfora del capitalismo como metodología de la acción revolucionaria".

(Deleuze y Guattari verán este asunto de muy distinto modo en 1992, en ¿Qué es la filosofía?, pero ese no es el caso).

Volviendo al texto del Anti Edipo, tenemos una afirmación clarificadora de su diagnóstico:

"Nunca una discordancia o un disfuncionamiento anunciaron la muerte de una máquina social que, por el contrario, tiene la costumbre de alimentarse de las contradicciones que levanta, de las crisis que suscita, de las angustias que engendra, y de operaciones infernales que la revigorizan: el capitalismo lo ha aprendido y ha dejado de dudar de sí mismo, mientras que incluso los socialistas renuncian a creer en la posibilidad de su muerte natural por desgaste. Nunca se ha muerto nadie de contradicciones. "

 Y la afirmación propositiva:

 "...ir aún más lejos en el movimiento del mercado, de la descodificación y de la desterritorialización".

Desafortunadamente Deleuze y Guattari no aclaran qué significa esto. Lo cual ha llevado a que se les eche en cara, a los del 68, haber contribuido al rebrote neoliberal de los noventa. En esta línea crítica está Nick Land, lo cual no es trivial puesto que Land es una referencia de uno de los lados del  aceleracionismo de ahora.

Otros como Ellen Willis, sin embargo, puede llegar a converger con Deleuze y Guattari. Vemos en qué.


Mark Fisher, una referencia del otro lado del aceleracionismo, en UNA REVOLUCIÓN SOCIAL Y PSÍQUICA DE MAGNITUD CASI INCONCEBIBLE": LOS INTERRUMPIDOS SUEÑOS ACELERACIONISTAS DE LA CULTURA POPULAR, explica esta convergencia.

"Para Deleuze y Guattari, es quizá la familia, más que cualquier otra institución,  el principal agente de reterritorializadón capitalista: la familia como una estructura trascendental ("mamá-papá-yo") asegura provisionalmente la identidad en medio y contra las tendencias delicuescentes del capital, su propensión a derretir todas las certezas preexistentes. Es justo por esta razón, sin duda, que algunos izquierdistas se allegaron a la familia como un antídoto a, y un escape de, el colapso capitalista. Pero esto pasa por alto el modo en que el capitalismo se apoya en la función reterritorializante de la familia".


Un punto de convergencia entre Willis y D y G era pues  la creencia común en que la familia estaba en el centro de las políticas de la reacción. 

En definitiva, El Anti Edipo (1972), La economía libidinal (1974) de Lyotard, y El intercambio simbólico y la muerte (1976) de Baudrillard; todas estas obras pueden leerse como respuestas desesperadas a los fracasos del radicalismo popular de los sesenta (y, especialmente en Francia, al fracaso de las revueltas de Mayo del '68). De diferentes maneras, estos textos argumentan que, ya que no existe un Afuera al sistema capitalista, el capitalismo solo puede ser superado desde dentro

Todo este planteamiento no ha tenido un recorrido muy exitoso desde los setenta. Pero, ¿dónde estamos ahora?

Dice Benjamin Noys:

(Sobre) el desarrollo de nuevos modos "aceleradonistas" de pensamiento, que dan prueba del poder de la aceleración como medio para explorar formas de conocimiento y tecnología que podrían ser reorientadas hacia la generación de un futuro no-capitalista. Mi argumento es que no estamos acelerando, o que no estamos acelerando suficientemente

Noys describe tres momentos (estéticos) del aceleracionismo.

1. "aceleracionismo clásico". Se refiere al trabajo de Nick Land y sus aliados en la Unidad de Investigación de Cultura Cibernética (ccru), en funcionamiento durante los años 'noventa en la universidad de Warwick. Land dio una provocadora forma punk a los argumentos previos a favor de una aceleración social como medio para perforar los límites del capitalismo. El elemento figurativo lo proveería el surgimiento del "jungle" o "drum and bass", un género de música dance desarrollado en Gran Bretaña a partir de la así llamada "rave" y que usaba rápidos breakbeats (160-180 bpm).

2. El surgimiento del techno de Detroit en la primera mitad de los ochenta y su solidificación como género; ese "Afrofuturismo" autoconsciente (Eshun) dirigido a generar una nueva estética de la aceleración que fuese explícitamente postindustrial.

3. Intervenciones contemporáneas. El aceleracionismo contemporáneo regresa a y modula el esquema de Nick Land. Mientras Land buscaba la aceleración en la línea del capitalismo arriesgándose así a la disolución en los flujos capitalistas, el pensamiento aceleracionista contemporáneo propone la aceleración contra el capitalismo. En el influyente "Manifiesto por una Política Aceleracionista", Nick Srnicek y Alex Williams sostienen que Land cree en la sola velocidad del capital y por lo tanto permanece dentro de los "parámetros capitalistas". Lo que se requiere no es velocidad, o sea meramente "un simple espasmo clínicamente muerto", sino aceleración como "un proceso experimental de descubrimiento dentro de un espacio universal de posibilidades".

El asunto del prometeismo (Ray Brassier. EL PROMETEISMO Y SUS CRÍTICOS).

Desde la perspectiva heideggeriana, la identificación marxista del ser del género humano con la "actividad consciente libre" -una actividad que permite a los seres humanos reconfigurar su mundo y a sí mismos- es ella misma una reificación de la trascendencia que constituye al humano.

(tenemos lo hecho por la actividad humana y lo dado a los humanos por la naturaleza). 

Pero ¿cómo debemos identificar el punto justo de equilibrio entre lo hecho y lo dado? ¿Cómo se supone que debemos saber cuándo hemos perturbado este delicado balance? Para Ivan Illich, a quien Dupuy cita con aprobación, existe para ello un criterio claro: consiste en reconocer el nacimiento, el sufrimiento y la muerte como constantes ineliminables de la condición humana.



ONTOLOGÍA MODAL DE ARÍSTOTELES. EL FLAUTISTA.

La ontología modal, que se ocupa de los modos de ser, es un desarrollo típico de Aristóteles en el que nos presenta básicamente cuatro modos...