jueves, 14 de marzo de 2024

POR QUÉ ZENÓN NECESITA LAS APORIAS QUE NIEGAN EL MOVIMIENTO

Uno de los pasajes más llamativos de la filosofía presocrática es el que da cuenta de las aporías de Zenón de Elea, discípulo de Parménides.

Una aporía es un problema sin salida, esto es, que no tiene una vía de salida racional.

Cada una de las aporías de Zenón trata de demostrar que el movimiento (y el cambio en general) es aparente, pero no real.

¿Por qué ese interés tan acusado en demostrar que el movimiento no es real?

La respuesta está en la concepción de la realidad que Zenón hereda de Parménides. Visto en retrospectiva, en el vocabulario filosófico actual, podemos decir que el fondo del asunto es ontológico. No por casualidad se le atribuye a Parménides la paternidad de la ontología.

Es una tesis fundamental de la ontología de Parménides que el ser es uno, continuo, eterno e inmutable.

Las consecuencias de que el ser sea uno y continuo surgen enseguida. En algo que esté totalmente lleno, sin holguras, el movimiento ahí dentro no es posible. 

Entones, un pitagórico, por ejemplo, que tiene una visión de la realidad en la que hay huecos, como consecuencia de cómo se ha originado, esto es, por medio de la respiración pitagórica, que postula la entrada del vacío en un lleno originario; puede decir que la concepción parmenidea de la realidad está equivocada porque impide que el movimiento pueda ser explicado, mientras que la pitagórica es acertada porque es compatible con el movimiento. 

Para dar respuesta a esta objeción, lo que hace Zenón no es explicar el movimiento a pesar de que el ser es un uno continuo. Lo que hace Zenón es simplemente negar el movimiento. 

Negado el movimiento, nada impide que pueda seguir sosteniendo que el ser es un uno continuo, que es realmente la tesis principal. 

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Las Aporías de Zenón

--------------------------------------------------------------------------------------------Una vez aclarado el principal objetivo de Zenón, queda una segunda parte del asunto. 

Dado que las aporías están presentadas de un modo muy hábil, si se quiere demostrar que el movimiento es real y no aparente, entonces hay que demostrar que las aporías tienen fallos argumentales.

Esta segunda parte se ha mostrado, en la historia de la filosofía y de la ciencia, como un asunto no sencillo.

Ha habido que recurrir a argumentos matemáticos avanzados para poder decir que la suma de los términos de una serie infinita no necesariamente da infinito, sino, que por el contrario, es posible que la suma de una serie infinita converja hacia un número finito. 

Luego no hay que dar infinitos pasos para llegar de A a B, basta con dar un número finito de pasos, lo cual está al alcance de los humanos, y como no, al alcance de superhumanos como Aquiles. 

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Si el ser es continuo (lleno)el movimiento no es posible. Luego como el movimiento se da, entonces el ser no es un uno continuo.

Pues bien, en realidad el movimiento no se da, es solo aparente, luego sí que podemos afirmar que es ser es un uno continuo. 

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