París, siglo XIII. Saint Honoré |
Santo Tomás representa el momento más alto de la escolástica medieval, esto es, de aquello que se transmite en las escuelas medievales europeas. Estamos en el siglo XIII y en la universidad de París.
Santo Tomás es dominico y tiene la cátedra que tiene asignada esta orden mendicante en París, mientras que san Buenavetura, franciscano, tiene la cátedra que le corresponde a su orden.
Tomás sigue a Aristóteles, que había sido introducido por Alberto Magno, mientras que Buenaventura sigue a san Agustín. Podemos decir que Tomás defiende que la racionalidad representada por la filosofía griega de Aristóteles es un apoyo útil, una esclava, de la teología, que puede tener no obstante un desarrollo argumental autónomo. San Buenaventura piensa la relación entre filosofía y teología, fe y razón, como un círculo hermenéutico en el que la una y la otra se interpretan en constante conexión cercana, iluminada por la fe.
Este estado de cosas empieza a cambiar con el cambio de siglo, del XIII al XIV.
Escoto se hace un nombre en Paris, aunque su origen intelectual está en Oxford. Es un franciscano de Oxford. Está en posesión de la capacidad de utilizar los conceptos aristotélicos que se manejan en París pero para matizarlos con puntos de vista, temáticas y creencias asimiladas en Oxford.
Ciertamente, Escoto es muy sutil en sus matizaciones y en su distanciamiento de Tomás.
Algunas diferencias:
1. La primacía de la voluntad sobre el intelecto:
- Escoto: Argumenta que la voluntad es una facultad superior al intelecto. Para él, la voluntad es la causa principal de la acción y la libertad humana, incluso en la elección de la verdad presentada por el intelecto. La voluntad no está determinada necesariamente por el intelecto, sino que tiene la capacidad de elegir libremente.
- Santo Tomás: Sostiene la primacía del intelecto. La voluntad sigue al intelecto, ya que uno no puede querer algo que no conoce como bueno. La razón presenta un bien a la voluntad, y la voluntad elige ese bien.
2. La distinción entre esencia y existencia:
- Escoto: Defiende una distinción formal entre la esencia y la existencia en las criaturas. Aunque no son entidades separadas, tienen una distinción real que permite entender la contingencia de los seres creados. La esencia es lo que algo es, mientras que la existencia es el acto de ser.
- Santo Tomás: Argumenta que en Dios, esencia y existencia son idénticas. En las criaturas, la existencia es un acto que recibe la esencia, pero no hay una distinción real entre ambas.
3. El principio de individuación:
- Escoto: Introduce el concepto de la "haecceitas" o "ecciedad" (la "estidad") como el principio de individuación. Esta es una propiedad única e irreductible que hace que un individuo sea precisamente ese individuo y lo distingue de todos los demás de su misma naturaleza.
- Santo Tomás: el principio de individuación en las sustancias materiales es la materia.
4. El conocimiento de los singulares:
- Escoto: Afirma que el intelecto humano puede conocer directamente los singulares (los individuos concretos) a través de la "cognición intuitiva".
- Santo Tomás: Cree que nuestro intelecto conoce directamente lo universal (las naturalezas abstractas) a partir de la experiencia sensible de los singulares. El conocimiento de los singulares es indirecto, a través de la aplicación de lo universal a lo particular.
5. La naturaleza de los universales:
- Escoto: Adoptó una postura intermedia entre el realismo extremo (las universales existen como entidades separadas) y el nominalismo (las universales son meros nombres). Sostenía que las universales tienen una realidad formal en las cosas individuales, como aspectos comunes que pueden ser abstraídos por el intelecto.
- Santo Tomás: También era un realista moderado, influenciado por Aristóteles. Creía que las universales existen in rebus (en las cosas) como la forma o esencia común a muchos individuos, y post res (después de las cosas) en el intelecto como conceptos abstraídos
El cambio de Escoto a Ockham
Influencia de Escoto en Ockham
Voluntarismo Divino: Ambos enfatizaron la voluntad de Dios y la libertad humana. Ockham adoptó la idea de Escoto de que la voluntad de Dios no está limitada por el intelecto o la razón.
Univocidad del Ser: Ockham siguió a Escoto al argumentar que el término "ser" puede aplicarse unívocamente tanto a Dios como a las criaturas. Esto contrasta con la idea de Tomás de Aquino de que el ser se predica de Dios y las criaturas solo analógicamente.
Conocimiento Intuitivo y Abstractivo: Ockham adoptó la distinción de Escoto entre conocimiento intuitivo (conocimiento directo de la existencia de un objeto) y conocimiento abstractivo (conocimiento de la naturaleza de un objeto).
Lógica y Lenguaje: Ockham se basó en el énfasis de Escoto en el análisis lógico y la importancia del lenguaje en la filosofía.
Divergencia de Ockham de Escoto
Distinción Formal: Ockham rechazó la doctrina de la distinción formal de Escoto, que era una distinción intermedia entre la distinción real y la distinción puramente conceptual. Ockham abogó por una visión más parsimoniosa de la realidad, sosteniendo que no se deben postular distinciones a menos que sean absolutamente necesarias.
Universales: Ockham llevó el pensamiento de Escoto sobre los universales en una dirección más nominalista. Mientras que Escoto sostuvo que los universales tienen una realidad en las cosas, Ockham argumentó que son simplemente términos o conceptos mentales. Nos estamos alejando de las esencias aristotélicas.
Principio de Parsimonia: o "Navaja de Ockham"; no se deben multiplicar las entidades más allá de lo necesario. Este principio, aunque no del todo ausente en Escoto, fue utilizado por Ockham de manera mucho más radical y sistemática.
Algo más está cambiando. Los estados nacionales se están configurando. El papado y el imperio buscan sus espacios de poder.
Ockham se alinea con el emperador frente al Papa. Le ofrece un discurso argumental: le defiende con la palabra a cambio de que el emperador le defienda con la espada.
Ockham muere en una fecha muy significativa, 1438, el año de la peste negra, y el año en el que prácticamente queda cancelada la edad Media, par entrar en otra epocalidad.