martes, 9 de septiembre de 2025

EROS Y CIVILIZACIÓN DE MARCUSE EN MAYO DEL 68. ARQUEOLOGÍA WOKE

Eros y Civilización, de Herbert Marcuse, se había publicado más de diez años antes de mayo del 68. No era un texto reciente y ya estaba asimilado por un par de promociones de universitarios. Sin embargo, era un libro que había que leer y que los estudiantes del 68 llevaban bajo el brazo como muestra de que estaban al corriente de la cosas y que sabían por lo que estaban luchando. 

El hombre Unidimensional era más reciente (de 1964), y trataba temas como la racionalidad tecnológica instrumental, pero era Eros y Civilización el que tocaba temas centrales para los estudiantes del 68: la sociedad es represiva, tiene un excedente represivo innecesario; debemos eliminar ese excedente y será como liberarnos de un peso insoportable.

Herbert Marcuse 

Eros y Civilización

¿Qué nos queda de ese impulso? ¿Forma parte Marcuse de la arqueología woke?

De Eros y Civilización (Marcuse) a La Agonía de Eros(Byung-Chul Han) en el siglo XXI

López Sáez M.C. (2024)

El Subtítulo de Eros y Civilización es muy revelador de la intención del libro: una investigación sobre Freud.

En realidad, trata de dar una respuesta al pesimismo de Freud, para el que la contención que implica la cultura, como principio de realidad, ego; está justificada para contrarrestar los instintos, principio de placer.

Marcuse justifica que la represión cultural presente en la sociedad actual es excesiva. No es una necesidad biológica. Se corresponde con un devenir histórico que nos ha llevado hasta aquí, pero las cosas pueden ser de otra manera. Lógicamente la buena nueva es muy bien recibida. 

Marcuse introduce dos nuevos principios: el excedente de represión y el principio de actuación. 

De estos principios resulta que las instituciones capitalistas han introducido controles cada vez mayores, por encima de la represión básica instintiva.

El problema tiene solución operando sobre los dos lados. Por un lado, con un trabajo no enajenado. Por el otro lado, con una sexualidad no des-sublimada. 

Sobre cómo ha de implementarse esta solución, Marcuse va evolucionando desde un cierta confianza en la tecnología hacia una necesidad de revolver la cultura. En 1972 está ya abogando por una cierta feminización del hombre.

López Sáez nos propone dar aquí un salto hasta 2012, para encontrarnos con Byung-Chul Han y la Sociedad de Cansancio. 






miércoles, 30 de julio de 2025

EL USO DE CONJUNTOS DE MODELOS (ENSAMBLE) Y DE ENCADENAMIENTO DE MODELOS EXPLICA POR QUÉ ES TAN DIFICIL PREDECIR EL CAMBIO CLIMÁTICO.


Ensamble de Modelos (Ensemble Learning)

El ensamble de modelos es una técnica que combina las predicciones de múltiples modelos para obtener una predicción final más robusta y precisa que la que podría lograrse con un solo modelo. La idea principal es que al promediar o combinar las "opiniones" de varios modelos, se puede reducir el sesgo y la varianza, mejorando la generalización. 

Los Modelos individuales que se ensamblan Suelen ser modelos entrenados para resolver la misma tarea. La combinación de predicciones puede hacerse de distintos modos. De modo general se elige la predicción de la mayoría de los modelos o se promedian las predicciones. Como promediar y qué modelos se eligen para se promediados es un asunto ya más elaborado. La clave está en promediar modelos previamente entrenados. 

    • Bagging (Bootstrap Aggregating): Entrena múltiples modelos sobre diferentes subconjuntos de datos de entrenamiento (con reemplazo) y luego promedia sus predicciones 

    • Boosting: Entrena modelos de forma secuencial, donde cada nuevo modelo se enfoca en corregir los errores de los modelos anteriores (ej. AdaBoost, Gradient Boosting, XGBoost).

    • Stacking (Apilamiento): Entrena un "meta-modelo" para aprender a combinar óptimamente las predicciones de los modelos base.

Encadenamiento de Modelos (Model Chaining o Prompt Chaining en LLMs)

El encadenamiento de modelos se refiere a la secuenciación de múltiples modelos, donde la salida de un modelo se convierte en la entrada del siguiente modelo. Esto permite descomponer una tarea compleja en subtareas más pequeñas y manejables, cada una abordada por un modelo especializado. 

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En problemas como la predicción de la evolución del clima futuro es evidente la dificultad que se deriva del uso del ensamble y del encadenamiento. 

En el caso del ensamble nos encontramos con modelos confeccionados por diferentes equipos, en universidades o centros de investigación que trabajan de un modo independiente. No hay realmente una revisión por pares realmente efectiva, puesto que ello implicaría una revisión absolutamente exhaustiva. línea a línea, de todos los modelos, de los supuestos implicados, de la calibración realizada, etc. Esto no parece posible en la práctica. Así las cosas, se tiene que establecer estrategias para lidiar con los resultados de los distintos modelos, y de ahí vienen técnicas sencillas como las de promediar las predicciones; o más complejas, como construir un meta-modelo para promediar los modelos base.

La confianza de los promedios obtenidos depende desde luego de las desviaciones respecto de la media que nos den estos modelos. Por otra parte, hay que ver el peso que damos a cada predicción. Qué peso damos a cada equipo de trabajo. ¿Necesariamente un equipo reconocido construye un modelo mejor? ¿Qué aspectos externos están influyendo?¿ Qué sesgos operan? Todo ello es aun más decisivo en el peso de que se da en el ensamble. ¿Quiénes hacen el descarte de modelos, quiénes dan los pesos?

Un problema que tiene entidad por si mismo es el de los conjuntos de datos de entrada del modelos. ¿Qué subconjunto de datos utiliza cada modelo? 

El encadenamiento de modelos nos da problemas un poco diferentes pero no menores. 

¿Qué confianza nos da el resultado que estamos utilizando con entrada de datos de nuestro modelo? Eso se vuelve más problemático cuanto más larga es la cadena de modelos y cuanto más al final de ella estamos. 

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martes, 22 de julio de 2025

EL HILO QUE LLEVA DE LA REVOLUCIÓN CIENTÍFICA DEL XVII A KANT. CÓMO EXPLICAR LA FÍSICA DE NEWTON DESPUÉS DE HUME.

La historia de la filosofía que se desarrolla en las islas británicas durante varios siglos, a partir del siglo XIII, es la historia de su controversia con la filosofía de Aristóteles. El conceptualismo o realismo moderado de santo Tomás es puesto bajo la crítica del nominalismo de Ockam. 

Pero es más tarde, en el XVII, cuando se produce la gran deconstrucción del concepto aristotélico de sustancia, con Locke y Berkeley; y finalmente, la puntilla final, con la crítica a la noción de causa que lleva a cabo Hume. 

Esto deja las cosas en una posición de escepticismo poco moderado, ya que atacada la epistemología de Aristóteles, para la cual,  conocer algo es conocer las cosas por sus causas, si no podemos asegurar la existencia de un vinculo causal necesario, si nos movemos en el ámbito de la mera regularidad de acontecimientos, entonces cuál es el alcance de nuestro conocimiento posible. 

Por otro lado, y también en las islas británicas, ya muy avanzado el siglo XVII, Newton es capaz de componer un extenso tratado sobre filosofía natural, en el que precisamente parece poder hacer lo que no es posible: dar explicaciones que relaciones de modo determinista las causas y los efectos.  

En Alemania, la tradición filosófica había ido por un camino diferente. En la mitad del siglo XVIII nos encontramos con un cierto racionalismo dogmático heredero de Leibniz y divulgado académicamente por Wolff. En ese contexto, Kant lee a Hume, y queda persuadido de que el racionalismo dogmático tiene que ser puesto en crisis. Pero, si se abraza un posición escéptica, cómo explicar entonces que el tratado de Newton sea completamente plausible. 

Ese es el trabajo que acomete Kant: explicar cómo es posible poner entre paréntesis las ideas de yo, del mundo y de Dios; y a la vez ser capaces de elaborar una física que da cuenta de hechos como el lanzamiento de un proyectil o el giro de los astros, haciendo predicciones que se cumplen. 

La solución es en realidad bastante elaborada y pasa por introducir un concepto no trivial: el sujeto trascendental; de tal modo que la realidad no está puesta ahí delante para se descubierta, pero tampoco es una construcción subjetiva. El conocimiento de la realidad depende de algo que el sujeto de conocimiento pone, pero ese algo es intersubjetivo, que está más allá de tal o cual sujeto individual, es compartido. 

La física es el estudio del movimiento que se desarrolla en el espacio y el tiempo. El espacio y el tiempo son precisamente lo que el sujeto trascendental pone: la estética trascendental. 

Con ello, la física se aleja de Aristóteles y retoma algunos aspectos del platonismo pitagorizante que venía desarrollándose desde Galileo. Se vuelve física matemática. 



miércoles, 2 de julio de 2025

LA TENSIÓN ENTRE EL PODER CIVIL Y EL RELIGIOSO, ¿CONDICIÓN DE POSIBILIDAD DE LA FILOSOFÍA?


Que el poder político y el poder religioso estén concentrados en una misma institución, históricamente, no ha dado buenos resultados para el desarrollo de la filosofía.

Ejemplo de ello es el caso comparado entre la Edad Media de la Europa occidental con el mundo bizantino. 

El Imperio bizantino, a pesar de su larga existencia y su papel crucial en la preservación de la cultura griega clásica, no experimentó un desarrollo filosófico comparable al de la antigua Grecia o el posterior la Baja Edad Media occidental. 

La filosofía se puso en gran medida al servicio de la religión, buscando la armonización entre el pensamiento griego y los dogmas cristianos. El objetivo no era tanto generar nuevas ideas filosóficas, sino más bien comprender y justificar la fe ortodoxa. Se consideraba que la sabiduría ya había sido revelada a través de las escrituras y los Padres de la Iglesia. Bizancio destacó por la conservación y transmisión del saber antiguo, especialmente los textos griegos clásicos. Los eruditos bizantinos se dedicaron a copiar, comentar y compilar obras de autores como Platón y Aristóteles. Sin embargo, esta labor de preservación a menudo eclipsó la creación original y el desarrollo de nuevas corrientes filosóficas. A partir del siglo VI, el pensamiento bizantino, aunque erudito, tendió a ser menos creativo y más "epigonal". La autoridad de la tradición y la ortodoxia religiosa pesaban fuertemente, limitando la libertad de especulación y la búsqueda de nuevas perspectivas. Las interminables controversias teológicas (las "discusiones bizantinas") consumieron gran parte de la energía intelectual de la época. Si bien estas disputas eran complejas y generaban argumentación, estaban inherentemente ligadas a cuestiones de fe y poder eclesiástico y estatal. 

La clave está, desde este punto de vista en el denominado cesaropapismo: la subordinación de la Iglesia al Estado,  bloqueando la disidencia filosófica interna. El imperio Bizantino estuvo constantemente bajo presión de invasiones y conflictos externos. La necesidad de mantener la unidad, la estabilidad y la supervivencia castigaba la disidencia interna. 

-------------------------------------------------------------------------------------------- Lo anterior no significa que no hubiera una cierta  continuidad de la filosofía griega antigua durante el período bizantino. 

Los pensadores bizantinos combinaron conceptos filosóficos clásicos con la fe cristiana, usando términos como "filosofía" para referirse tanto al conocimiento secular como al conocimiento cristiano. También tomaron ideas de Platón y Aristóteles como base para construir su pensamiento espiritual, seleccionando aquellas teorías que apoyaban las enseñanzas cristianas.

Los primeros filósofos bizantinos

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El cesaropapismo, la subordinación de la Iglesia al poder secular del emperador o rey, se manifestó de manera mucho más atenuada y con características diferentes en Europa Occidental en comparación con el Imperio Bizantino.

Mientras que en Bizancio el emperador era la máxima autoridad tanto en lo político como en lo religioso (el "basileus" era un monarca-sacerdote), en Occidente se desarrolló una dinámica de tensión constante y lucha por la supremacía entre el poder imperial/real y el poder papal.

Existen razones para esta atenuación:

La Caída del Imperio Romano de Occidente (476 d.C.) y la desaparición de una autoridad imperial centralizada en Occidente dejó un vacío de poder. El Papa de Roma, como heredero de la tradición romana y figura de autoridad moral, comenzó a llenar este vacío. A diferencia de Bizancio, donde el emperador mantenía una línea de sucesión ininterrumpida y una autoridad indiscutible, en Occidente el poder secular estaba fragmentado en múltiples reinos "bárbaros".

Por otro lado, la Europa Occidental medieval estuvo marcada por la existencia de numerosos reinos y principados fragmentados. Esto impidió la consolidación de un único poder imperial que pudiera ejercer un control tan férreo sobre la Iglesia como en Bizancio. Los Papas podían buscar alianzas con diferentes monarcas, lo que les otorgaba mayor autonomía.

A partir del siglo V, la Iglesia Occidental formuló la doctrina de las "Dos Espadas", que establecía que Dios había entregado dos espadas, una espiritual (para el Papa y el clero) y otra temporal (para el emperador y los reyes). Aunque la teoría implicaba una colaboración, en la práctica generó una competencia por la primacía. La Iglesia defendía la superioridad del poder espiritual, argumentando que el Papa tenía la autoridad de guiar las almas y, por tanto, también de juzgar las acciones de los príncipes.

Muchos de los reyes germánicos que se asentaron en el antiguo Imperio Romano de Occidente carecían del prestigio y la autoridad para someter completamente a la Iglesia. De hecho, a menudo buscaban la legitimación de la Iglesia para afianzar su propio poder. La conversión de estos reyes al cristianismo (en muchos casos del arrianismo al catolicismo) fortaleció la posición de la Iglesia de Roma.

en este contexto, la Reforma Gregoriana (siglo XI): Fue un punto de inflexión crucial. El Papa Gregorio VII, con su Dictatus Papae, afirmó la supremacía papal sobre el poder temporal, reivindicando el derecho del Papa a deponer emperadores y a nombrar y deponer obispos sin la injerencia real. Esto marcó el inicio de la "Querella de las Investiduras", una larga y compleja lucha que, aunque no eliminó por completo la influencia real en los asuntos eclesiásticos, sí limitó significativamente el cesaropapismo..

En suma el cesaropapismo en Europa Occidental fue un fenómeno fluctuante, caracterizado por una lucha de poderes entre el trono y el altar. A diferencia de Bizancio, donde el emperador gozaba de una autoridad casi incontestada en asuntos eclesiásticos, en Occidente el Papado logró, con el tiempo y a través de importantes reformas y conflictos, consolidar una autonomía considerable y, en ciertos momentos, incluso la primacía sobre el poder temporal.


martes, 1 de julio de 2025

LA LECCIÓN MAGISTRAL DE COLLI SOBRE EL MUNDO GRIEGO

 

La Sabiduría Griega. 

Dionisos, Apolo. Eleusis, Orfeo, Museo, Hiperbóreos, Enigma. 

Giorgio Colli


Colli fue profesor de Filosofía Antigua en la Universidad de Pisa, y es sin duda una de las figuras filosóficas más relevantes de la segunda mitad del siglo XX. Perfecto conocedor de la filosofía griega y de la historia de la filosofía occidental, su trabajo de filólogo e historiador le llevó a ser editor de la obra completa de Nietzsche, y a traducir y editar el Organon de Aristóteles y la Crítica de la razón pura de Kant. Además de su importante Filosofía de la expresión (1969), entre sus libros destacan Después de Nietzsche (1974) y Escritos sobre Nietzsche (1980), fruto de su frecuentación del filósofo alemán, y los que se mueven en el ámbito de la filosofía griega, como El nacimiento de la filosofía (1975) o la obra en tres volúmenes, la Sabidruría Griega, a la que dedicó los últimos años de su vida.

Colli es hoy un referente para la corriente hermenéutica de la filosofía. 

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Las aportaciones que hace Colli en Sabiduría Griega son fundamentales para dar cuenta del inicio mismo de la filosofía. No encontramos aquí un listado de los filósofos presocráticos sino una visión en profundidad de los elementos esenciales de lo que podríamos llamar tradición sapiencial micénica. 

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Diónisos es el dios de la contradicción, de todas las contradicciones — así lo demuestran sus mitos y sus cultos— o, mejor dicho, de todo lo que, manifestándose en palabras, se expresa en términos contradictorios. Diónisos es lo imposible, lo absurdo, que se convierte en realidad con su mera presencia. Diónisos es vida y muerte, alegría y tristeza, éxtasis y congoja, benevolencia y crueldad, cazador y presa, toro y cordero, macho y hembra, deseo y desasimiento, juego y violencia. Pero todo ello en el momento, en su interioridad de un cazador que se lanza inmisericorde y en la fragilidad de una presa que se desangra hasta morir; todo como una vivencia única e indivisible, sin antes ni después, con una plenitud alocada en los dos extremos.

Apolo es el dios de la sabiduría de modo explícito y pacífico. Efectivamente, en el ámbito arcaico, la plenitud del conocimiento, la presunción de conocer, pertenece sólo al arte adivinatoria; y este arte es un don de Apolo. Ya lo dice Homero a propósito de Calcante: «Conocía lo presente, lo futuro y lo pasado». 

En cuanto a Diónisos, la sabiduría es la suma de su ser, que la presunción del conocimiento es uno de los rasgos de su naturaleza: la sabiduría es la imposibilidad plenamente real que reside en él, no una cosa que él conceda a los demás, que él transmita fuera de sí. Apolo, en cambio, concede la sabiduría a los hombres o, mejor dicho, a un hombre, pero él se mantiene a distancia, él es el dios «que hiere de lejos». Pero su sabiduría no es la que comunica fuera de sí, porque él posee «la mirada que conoce todas las cosas» mientras que la sabiduría que él concede está compuesta de palabras, y por eso es algo que concierne al hombre. 

De aquí se deduce claramente que entre los dos dioses existe, por una parte, una profunda afinidad —por la estrecha relación que ambos mantienen con la sabiduría— y, por otra parte, una innegable antítesis, tanto en su carácter como en su modo de manifestarse.

lunes, 30 de junio de 2025

GENTE CORRIENTE, CONDESCENDENCIA Y SUPREMACIA. EL ACTIVISMO MORAL CONDESCENDIENTE.

Estas palabras, aunque por separado se utilizan con cierta frecuencia, es en conjunto,  puestas en relación, como adquieren un significado más revelador, que, quizás pretendidamente esté quedando oculto.

Vemos cada término por separado, para entrar luego en la relación discursiva. 

Gente corriente, ordinary people, es una denominación próxima a la de clase media, pero que sugiere problemas y posicionamientos muy distintos. 

La clase media es un concepto socioeconómico que nos remite a un grupo de la población  entre la clase baja y la clase alta en términos de ingresos, patrimonio, educación y ocupación. Es un estrato con cierta estabilidad económica y capacidad de consumo. Se asocia con unos ingresos estables, un nivel de vida cómodo, una cierta capacidad de ahorro, acceso a un nivel educativo medio o superior. Tienden a valorar la educación, el esfuerzo individual y la estabilidad. Es decir, una base sólida desde la cual, con esfuerzo, puede ascenderse en la escala social. 

El término "gente corriente" (o "persona común y corriente", "ciudadano de a pie") se refiere a la mayoría de la población, aquellos individuos que no destacan por una posición social, riqueza, fama o poder excepcional. Se asocia con la normalidad, la cotidianidad y la falta de pretensiones, los valores tradicionales, el sentido común, la empatía y sentido de pertenencia, la integridad.

La condescendencia es la actitud de una persona que trata a otra con superioridad o indulgencia, como si esta última fuera inferior en intelecto, conocimiento o estatus. Es una forma de comunicación que, aunque a veces no sea intencionada, transmite un mensaje de desprecio o subestimación. Quien actúa con condescendencia asume una posición de autoridad o superioridad moral, intelectual o social, a menudo disfrazada de amabilidad o ayuda. El tono de voz, la elección de palabra simplistas, los gestos, asumir que el otro no sabe, ofrecer ayuda no solicitada partiendo de que el otro solo no puede; son características que la definen. Todo ello puede esconder, en quien la practica, inseguridad, falta de empatía, prejuicios, estereotipos respecto de la edad, el género, el origen; todo ello con el afán de dominar y controlar.  

La supremacía implica una posición de superioridad o dominio indiscutible en un determinado ámbito. Es la capacidad de ejercer control o influencia de manera decisiva, sin que haya un igual o superior que pueda desafiarla. Puede manifestarse en diversas áreas: militar, política, económica, tecnológica, cultural; pero sobre todo, moral.

La supremacía moral es la creencia o la actitud de que uno mismo, o el grupo al que uno pertenece, posee una moralidad inherentemente superior o más elevada que la de los demás. Implica una convicción de que las propias normas, valores, principios o acciones éticas son intrínsecamente correctos, puros o más válidos que los de otros individuos o grupos. Se manifiesta de diversas maneras: juzgar a los demás, autojustificación y falta de autocrítica, imposición de las propias creencias, arrogancia ética y doble rasero. 

La supremacía moral puede tiene sus raíces en la identidad de grupo, el dogmatismo,  pero también en un inseguridad de fondo, en la duda sobre si se es un impostor que ocupa una posición de supremacía sin merecerlo. 

La supremacía moral y la condescendencia están estrechamente relacionadas y a menudo se retroalimentan, especialmente en la forma en que se manifiestan en la comunicación interpersonal. La supremacía moral a menudo sirve como la base subyacente o la justificación interna para un comportamiento condescendiente. 

La supremacía moral es una convicción profunda que se traduce a veces en la condescendencia como la conducta o el comportamiento externo que surge de esa creencia. Es la forma en que la persona con supremacía moral interactúa con aquellos a quienes considera moralmente inferiores. Puede ser un a herramienta para reforzar la supremacía Moral. Al actuar de forma condescendiente, explicando lo obvio, utilizando un tono infantilizante, minimizando los problemas ajenos, la persona con supremacía moral refuerza su propia percepción de superioridad. Por un lado, la condescendencia busca establecer una jerarquía implícita en la interacción, donde el emisor se posiciona como el "sabio", "correcto" o "más moral", y el receptor como el "ignorante", "equivocado" o "moralmente deficiente". Por otro lado, la persona con supremacía moral puede justificar su condescendencia creyendo que está "ayudando" al otro, "educándolo" o "guiándolo" hacia el camino correcto, ya que "obviamente" el otro no lo conoce o no puede entenderlo por sí mismo. No ven su actitud como un menosprecio, sino como un acto de "benevolencia" desde su posición "elevada".

Algunos ejemplos: 

  • El "activista moral" condescendiente: Una persona que se considera moralmente superior por su compromiso con una causa (ej. ecologismo, veganismo, derechos humanos) puede dirigirse a otros que no comparten su nivel de compromiso con un tono de "te voy a explicar cómo deberías vivir" o "no entiendo cómo no puedes ver lo obvio", minimizando los esfuerzos o las circunstancias de los demás.

  • El "experto en vida" condescendiente: Alguien que cree haber tomado siempre las decisiones "correctas" en su vida (ej. en relaciones, finanzas, educación) puede dar consejos no solicitados a quienes "han cometido errores", usando un lenguaje que implica que el otro es ingenuo o irresponsable. "Ya te lo decía yo, si hubieras hecho X como yo, no estarías en esta situación."

  • El "gurú espiritual/religioso" condescendiente: Una persona que cree haber alcanzado un nivel de iluminación o rectitud moral superior puede hablar con los "no iniciados" o los "pecadores" de una manera que subraya su falta de entendimiento o su inferioridad espiritual. "Cuando alcances mi nivel de conciencia, lo entenderás."

  • El colega "más ético": En un entorno laboral, un compañero que se considera más honesto o trabajador que los demás puede supervisar o corregir a sus colegas con un tono de "te explico cómo se hacen las cosas bien", implicando que los otros son menos competentes o menos íntegros.

De estos ejemplos, el activismo moral condescendiente es especialmente relevante hoy. En ámbitos concretos: las universidades americanas de élite y los activismos que se nutren de los discursos que nacen en ellas.

¿Cómo vemos esto desde fuera?

El activismo moral condescendiente en las universidades de élite americanas es la manifestación de una supremacía moral (la creencia de que las propias convicciones éticas son inherentemente superiores) a través de comportamientos condescendientes (tratar a otros con superioridad o indulgencia).

Este fenómeno se observa en un contexto de creciente polarización política y cultural, políticas identitarias y debates sobre la libertad de expresión en los campus. Cultura de la Cancelación y Hipersensibilidad:

En muchas universidades de élite, se ha documentado una tendencia a la "cultura de la cancelación", donde individuos (estudiantes o profesores) que expresan opiniones consideradas ofensivas o "incorrectas" por ciertos grupos activistas pueden enfrentar ostracismo, denuncias públicas o incluso sanciones.

Esto a menudo se percibe como una hipersensibilidad a las "afrentas reales y percibidas", donde el activismo moral puede llevar a una vigilancia excesiva de la expresión y la actitud, no solo de comportamientos reprochables, sino también de aquellos que no comparten una ideología particular.

La condescendencia se manifiesta cuando los activistas asumen que aquellos con opiniones diferentes son ignorantes, malintencionados o moralmente deficientes, y por lo tanto, necesitan ser "educados" o "silenciados" por su propio bien o el de la comunidad.

Las políticas identitarias, que enfatizan la opresión de ciertos grupos sobre otros, han ganado terreno. Si bien buscan combatir la discriminación, a veces pueden generar un ambiente donde se enfatizan las diferencias grupales en lugar de las similitudes universales. Esto puede llevar a un sesgo ideológico en el campus, donde ciertas narrativas morales son promovidas como las únicas válidas, y cualquier disidencia es vista con condescendencia o como una amenaza.

Algunos críticos argumentan que las universidades, especialmente las de élite, han tendido a "mimar" a los estudiantes (codding), creando políticas que fomentan una sensación de victimismo e indefensión.

Esta dinámica puede alimentar el activismo moral condescendiente, ya que los estudiantes pueden sentirse justificados para imponer sus puntos de vista morales y exigir "espacios seguros" o la censura de ideas que consideran "dañinas", asumiendo una superioridad moral sobre aquellos que no comparten su misma "vulnerabilidad" o "conciencia".

La condescendencia puede surgir cuando los activistas, convencidos de la rectitud moral de su causa, desestiman o atacan a quienes no se suman a ella, considerándolos moralmente inferiores o, mucho peor, cómplices de injusticias. 

la "torre de marfil" se ha utilizado durante mucho tiempo para describir la aparente desconexión de la academia de la realidad cotidiana. En el contexto de las universidades de élite estadounidenses, esta crítica se intensifica debido a varios factores: preocupaciones diferentes a las de la mayoría, leguajes académicos poco accesibles y un entorno homogéneo en el que  a pesar de los esfuerzos por la diversidad, estas universidades a menudo albergan una población estudiantil y un profesorado que, en promedio, provienen de entornos socioeconómicos privilegiados y pueden compartir visiones del mundo similares. Esto puede llevar a una "burbuja" ideológica donde ciertas ideas y valores se refuerzan mutuamente sin ser expuestos a perspectivas más variadas de la "gente corriente".

Nos aparece aquí el tercer vértice del triangulo: la gente corriente. La gente corriente es a la vez lo que se desprecia, pero también los que se necesita. Es lo que no se quiere ser, pero al mismo tiempo es lo que es necesario que exista para que la supremacía destaque y se pueda practicar la condescendencia. ¿Qué sentido tiene un mundo en el que no hay victimas que rescatar?

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la torre de marfil vista desde dentro

This idea must die: “The University is an ivory tower


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Con todo, es necesario prevenirse de otras polaridades. Frente a la supremacía condescendiente puede oponerse el sentido común. Ahora bien, no se nos ocultan los peligros de dar una dimensión ontológica al sentido común. ¿Existe realmente algo que podamos llamar sentido común?

¿Es una simple colección de creencias populares o intuiciones, o está profundamente conectado con nuestra concepción de la realidad y nuestra forma de estar en el mundo. Es decir, el sentido común no solo describe lo que la gente cree, sino que también moldea y es moldeado por nuestra comprensión fundamental de lo que "es" y cómo "es" el universo en el que vivimos?

Sin duda esto merece una investigación adicional. 

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lunes, 26 de mayo de 2025

EL MAL VISTO DESDE LA METAFÍSICA EN EL XX. RICOEUR.

Paul Ricœur (1913-2002) forma parte de la tradición fenomenológica francesa (junto a autores como Emmanuel Lévinas, Merleau-Ponty o Mikel Dufrenne), y es heredera tanto de la fenomenología de Husserl, de Scheler y de Pfänder, como del existencialismo de Jaspers y Marcel.

También mantuvo una estrecha relación con el movimiento personalista encabezado por E. Mounier.

Pero la obra de Ricœur, que no aspira a una sistematicidad, se efectúa en un diálogo permanente con estos y otros autores (especialmente con la obra de Heidegger, pero también de Schopenhauer y de Fichte), y con la fenomenología de la religión, la lingüística, el psicoanálisis, el estructuralismo o la exégesis bíblica, para culminar en la que él llama una filosofía reflexiva constitutiva de una hermenéutica filosófica que, por su amplitud y ambición, es comparable a la de Gadamer. .

(Estamos pues ante una expresión genuina de la filosofía de la Europa continental del siglo XX, aunque con influencia en EEUU a través de su estancia en la U. de Chicago entre los años 1966 y 1978).

(Sobre el problema de la conciencia, Ricoeur discute con Descartes: el hombre no es un sujeto que piensa y conoce objetos externos; discute con Kant: no es un sujeto trascendental; y la reflexión no es intuición. Se inspira más bien en el ser-en-el-mundo de Heidegger, pero se aproxima finalmente también al circulo hermenéutico que recuerda a san Agustín: creo y comprendo; comprendo y creo). 
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Paul Ricœur Escucha cómo se pronuncia

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EL MAL: DESAFIO A LA FILOSOFÍA Y A LA TEOLOGÍA 

PAUL RICOEUR 

P. RICOEUR. «Le Mal: un défi à la philosophie et à la théologie» (1986) en Lectures 3, Aus frontières de la philosophie, tr. Personal. G. Zapata, SJ. Ed. Seuil, Paris, 1994, 211-233.

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Ricoeur parte de tres afirmaciones que se resisten a una teodicea coherente:

    - Dios es todopoderoso.

    - Dios es absolutamente bueno.

    - El mal existe.

Nos propone ir por partes, analizando tres aspectos  (fenomenológicos) del mal: el pecado, el sufrimiento y la muerte.

Dejando de momento a un lado el asunto de la muerte, nos queda que el sufrimiento se distingue del pecado por sus rasgos contrarios. El pecado, como mal moral, se centra en un agente responsable. El sufrimiento, en cambio, subraya su carácter esencialmente de mal padecido.

Por otro lado, el castigo es la pena que se sufre por un mal producido. Surge entonces la cuestión de si el sufrimiento es el castigo por una falta personal o colectiva, con lo que pecado y sufrimiento serian expresión de los mismos poderes maléficos. ¿Es el mal un único enigma?

Ricoeur propone analizar los niveles del discurso sobre el mal, dados históricamente. 

El nivel del mito va ligado a la explicación del origen del mal. 

El estadio de la sabiduría quiere responder además al por qué del mal. 

El estadio de gnosis añade otra cuestión más: ¿de dónde viene el mal?

Llegados aquí, Ricoeur nos trae a san Agustín, que a su vez había recurrido al aparato conceptual del neoplatonismo y con ello supera el problema del dualismo gnóstico. El mal no es sustancial nos dice san Agustín. El mal no viene del creador sino de las criaturas. La pregunta de dónde viene el mal se transforma en de dónde viene el mal que hacemos. La solución es grave: una inculpación en masa: el pecado original. 

El siguiente nivel es el de la Teodicea. El balance entre bienes y males es positivo. Así deja las cosas Leibniz. Kant, no obstante, al negar el carácter ontológico del mal, no puede más que considera la teodicea como un ilusión. hay que llevar la cosas la terreno de la práctica y con ello a la cuestión de la predisposición al mal.

Hegel retoma las cosas don de las había dejado Leibniz. el balance es ahora superación dialéctica: es necesario que algo muera para algo mayor nazca. 



 




EROS Y CIVILIZACIÓN DE MARCUSE EN MAYO DEL 68. ARQUEOLOGÍA WOKE

Eros y Civilización, de Herbert Marcuse, se había publicado más de diez años antes de mayo del 68. No era un texto reciente y ya estaba asim...